Secret Origin the Story of DC Comics: Luces y Sombras de una Utopía(Primera Parte de Dos)

A José Urriola,Joaquín Ortega,John Manuel Silva,Roberto Echeto,Gonzalo Jiménez y Ernesto Ruiz.
A todos los amantes y cultores del género.

Documental sobre la leyenda negra y dorada de la DC Comics, bajo encargo de la misma compañía. Por ello, el lado oscuro de la historia viene atemperado y filtrado por la intervención de los entrevistados,quienes son incondicionales de la empresa, cuando no fichas directas de ella.
Por tal motivo, algunos hechos son ignorados y hasta encubiertos. Por ejemplo, nada se habla de la crisis de la corporación al ser adquirida y absorbida por Warner Communications en 1976. La razón es obvia: el emporio Time Warner promueve y patrocina la película.
Por ende, se trata de otro curioso y sintomático caso de publicidad o propaganda dentro del medio, donde la no ficción se asume como encargo de una campaña de mercadeo para afianzar el valor sentimental de una marca en el imaginario colectivo.
Tiende a suceder con mucha frecuencia en la posmodernidad, a la luz de la porosidad y desvanecimiento de las fronteras entre los géneros. Lo vemos en la política, en los negocios y en la televisión. Es la realidad convertida en show de emplazamiento de productos. Ocurre en Venezuela con “Al Sur de la Frontera”. Acontece en Estados Unidos con “Secret Origin the Story of DC Comics”. Sin embargo, hay una enorme diferencia. “Secret Origin the Story of DC Comics” no se dedica a tapar el sol con un dedo como “Al Sur de la Frontera”. Por supuesto, tampoco esperen descubrir un wikileaks o una filtración en su contenido supervisado y controlado. Aun así, el film cumple con la misión de revisar el problemático origen de la factoría, cuya evolución también se deconstruye con pelos y señales, según el irónico punto de vista de los eruditos en la materia.
Lo mejor del trabajo audiovisual es revivir el polémico nacimiento y crecimiento de la industria en el contexto de las múltiples coyunturas y contradicciones de la sociedad americana. Emblema de las virtudes y defectos del capitalismo contemporáneo.
Por ende, la “DC Comics” no surge de las mitologías románticas y bucólicas del siglo XX, sino de las alcantarillas y periferias contraculturales de la depresión, cual legión de mutantes de la literatura, la vanguardia y el diseño, renegada y abominada por los guardianes de las bellas artes, la corrección moral y la academia.
En palabras de José Urriola, la “DC Comics” emergerá como una suerte de Frankestein capaz de aterrorizar al status, pero a las vez, empeñado en integrarse a las leyes del sistema para rentabilizar sus hallazgos formales. A la postre, su vena iconoclasta y apocalíptica será plenamente deglutida por la flor intestinal del enemigo principal del “mainstream”.
Sea como trendy o como artie, el fenómeno de la “DC Comics” define y describe las raíces y ramificaciones del árbol genealógico de la historieta gráfica, empezando en lo clandestino y terminando en lo convencional, a la manera de la “pornotopía” de Hugh Hefner con Playboy(hoy en proceso de diversificación pragmática en vista de la merma de sus ventas. Idéntico al destino de la DC Comics).
No en balde, los antecedentes de la “DC Comics” deben rastrearse en el período de esplendor de la “Pulp Fiction” picante de los años treinta, bajo la sombra de la caída de la bolsa.
Entonces los parados y desempleados, a falta de pan, compraban las revistas sensacionalistas del momento para llenar su vacío existencial y evadirse por unas horas. Las portadas eran cada vez más retadoras del puritanismo imperante, con chicas malas en poses desafiantes y perversas, a la forma actual de Diosa Canales y Larisa Raquilme.
La explotación erótica emprendía sus primeros pasos, aunque no por mucho tiempo. De inmediato, la cacería de brujas impide el desarrollo del filón, al condenarlo con armas similares a las del código Hays.
Por tanto, ahí entran en acción los héroes de la DC comics para colmar y saciar el apetito de novedad populista de la masa “carenciada”, a través de las proezas diferidas encarnadas en “Superman”, “Batman” y “La Mujer Maravilla”, de cara a las miserias del crimen organizado, la delincuencia, el caos y el descontrol del estado.
Los hombres y las mujeres duras de la “DC Comics” brotan como hongos tras la tormenta, para erigirse en modelos de vida y éxito; en las únicas promesas de salvación frente al colapso del sueño de la tierra de las oportunidades. Pronto su ingenua visión maniquea sufrirá cambios drásticos, pasando del blanco y negro a la más inquietante escala de grises, en función del devenir de las décadas. Verbigracia, el impacto de “Dark Night”.
A propósito, “Secret Origin the Story of DC Comics” evoca con inteligencia y sentido crítico las diversas etapas y edades del Rock de la casa matriz de la Liga de la Justicia: la de oro, la de plata, la de bronce y la moderna. Al respecto, entendemos el por qué de las transformaciones del hombre de acero y sus amigos.
“Superman” se gesta como ícono de los inmigrantes adaptados y naturalizados,dispuestos a combatir el mal e importar las propiedades del viejo continente(alias Planeta Krypton). Posteriormente, se consolida como la divisa de la reacción conservadora, el partido republicano y las tradiciones de la derecha imperial. Lo matan en los noventa para sacar réditos y lo resucitan de inmediato para volver a cobrar el resto de su herencia.
“La Mujer Maravilla” incorpora al inicio las fantasías machistas de dominación femenina, para luego cristalizar los ánimos de revancha de las mujeres de los sesenta y setenta. Aparte, siempre fue la original caricatura animada del fetiche del “bondage”, libre de las coerciones de la represión. Vive atada en cada capítulo y le encanta torturar con cuerdas a sus agresores del sexo opuesto. En los cincuenta, desempeña los oficios de la perfecta ama de casa y deciden “endoñarla”. Junto con Luisa Lane, personifica las aspiraciones maternales del baby boom y el melodrama de la novia abnegada de los folletines de antes.
“Batman” es un trasunto de un nuevo rico y un alter ego de un “Playboy”, de un millonario rompecorazones, con licencia para matar y perseguir ladrones, en venganza por la muerte de su padre a manos del hampa común. Gracias a él, el sector mafioso de la “DC Comics” se lava de complejos de culpa y proyecta sus evidentes deseos de trascendencia en la ciudad gótica.Es decir, en la Gran Manzana, sede de “DC Comics”.
A “Batman” le buscan un ayudante joven para cooptar al target adolescente en alza, desatendido por el establishment. El éxito de la pareja es rotundo y la competencia copia la fórmula. Luego viene la serie de televisión y las acusaciones infundadas por pedofilia y homosexualidad velada con el chico de mallas y antifaz. Uno de los secretos mejor guardados por la DC Comics.
En consecuencia, los torquemadas de la inquisición de la posguerra no la tendrán difícil para llevar al banquillo de los acusados a los padres de las criaturas bizarras y kistch por excelencia. De allí le asignarán un castigo a la “DC Comics” en clave de un estigma, de una etiqueta de censura al peor modo de la Ley Resorte.
Los contenidos de las historietas se banalizan y domestican, mientras los hippies empiezan a leerlos con recelo y cinismo. La “DC Comics” pierde a su público esencial y amenaza con hundirse en el apogeo de la ola de la psicodelia.
Ciertamente toca fondo pero acaba de renacer de sus cenizas como el ave fénix, como “Superman”. La “DC Comics” reemplaza a sus dinosaurios y contrata a sangre fresca. El resultado es efectivo y poderoso. Los héroes se despojan de sus trajes anquilosados y buscan reestablecer la comunicación con las audiencias de relevo.
Acto seguido,“Flecha Verde” pelea por los derechos humanos y sociales de los marginados, en oposición a la agenda de sus colegas de ruta. Le da la espalda al pasado y le abre las puertas de la modernidad a la “DC Comics”.
Esta maravillosa historia continuará en el próximo y definitivo episodio.
No se lo pierdan.