Actualmente,el gobierno y el Canal 8 hacen una grosera explotación política del éxito ajeno de la Vinotinto a su regreso de la Copa América,por medio de su red de canales del estado.
Primero,los recibieron en un acto protocolar vergonzoso en el aeropuerto de Maiquetía donde los moderadores aprovecharon para refrescar la cartilla de su discurso populista y nacionalista,mal digerido.
Posteriormente,los montaron en una carroza horrenda,como de caravana de candidatos políticos y Misses de carnaval de provincia,para hacer un recorrido por los supuestos bastiones del chavismo,desde Catia,el Calvario y la avenida Sucre,con destino a la Plaza Venezuela restaurada por «Fundapatrimonio».Es decir,los dominios del alcalde rojo rojito.
Veremos si los dejan llegar a la Plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes.
De nuevo,el fútbol vuelve a adquirir su peor tono de propaganda chauvinista,de supuesta gesta heroica de la patria en el contexto del bicentenario.
Al final,esperamos,la gente sabrá distinguir el grano de la paja,el reality show de la auténtica celebración,el pan y circo del verdadero festejo,el excesivo triunfalismo del real alcance mundial de la selección.
Siguen los potes humo a la orden del día para ocultar la sangre,el sudor y las lágrimas del país.
Ojalá no nos empaven otra vez.
La locución de Boris Castellanos por el canal ocho da pena ajena.Pero brinda su cuota de humor involuntario.
¿Nos robaron la final?¿Los árbitros conspiraron contra el avance del deporte vernáculo?
¿Hasta cuándo con las teorías de complot al estilo de «La Hojilla»?
Al menos los jugadores andan tranquilos y no se prestan a la trampa de la polarización.
Lastimosamente los utilizan como títeres del Gran Hermano.
Aunque son seres humanos íntegros y dignos de respeto,como Franklin Lucena quien pidió disculpas para sensibilizar a sus siniestros inquisidores y acosadores.Su declaración era entre desoladora y triste.Parecía un llamado de clemencia y piedad.
De hecho,ya lo fueron a buscar a su casa unos fanáticos de armas tomar.Sería horrible si la pagaran con él.
Es importante garantizarle su derecho a la vida.
Hasta Maradona falló penales.
No es para tanto.