Mc Luhan resultó ser más asertivo de lo que parecía. El mundo está demostrando que cada vez más se acerca a la idea lanzada por él, en los lejanos 60.
Ya el país que no tenga su movimiento de indignados se va a ver como una pobre nación, que no está en nada: falta poco para que países como Cuba tengan sus 15 minutos de notoriedad, con su despliegue de indignación convenientemente cubierta por los medios de comunicación que realmente se mueven en tiempo real.
Es fascinante y a la vez aterrador: ¿Que pasará el día en que finalmente los indignados logren derribar las estructuras, y se apropien del poder? No tengo como imaginarlo, no creo que Facebook o Tweeter puedan servir para gobernar naciones. Jugando a la fantapolítica, se pudiera pronosticar que los gobiernos nacionales van a sucumbir, dando paso a una especie de supranación en donde no habrá fronteras, sino ciudadanos del mundo vagando libremente por todo ese ancho territorio.
Pero eso no es realista. Tengo la impresión de que los movimientos de indignados son simples remedos del mayo francés, apuntalados por la tecnología; tendrán cierta notoriedad reproduciéndose cual epidemia en distintas regiones del globo, y llegarán a su final por cansancio. Tal vez, solamente tal vez, logren alguno de sus objetivos, y quedarán como un hito más en la historia, otro fenómeno para los sociólogos.
Definitivamente, Mirco. Esto pica y se extiende por todo el mundo. El jeugo está trancado: el sistema político no permite la entrada de ideas que no quepan en los esquemas bipartidistas de todos los países (conservadores/demócratas, PP/PSOE, UMP/PS) y el sistema financiero hace aguas.
Esperemos que la salida sea la utopía que planteas: el otro lado de la cara es el fascismo, el control social, la represión estadal para proteger los beneficios de los que bailaron el tango de la globalización y jugaron con el sistema a placer.
Como pronosticador me muero de hambre. Una vez aclarado el punto, procedo con mi percepción: me parece que toda esta oleada de indignación va a pasar cuando cese la moda. Habrán cambios, pero gatopardianos; creo que todavía hay bastante mecha por quemar, antes de llegar al probable derrumbamiento de estructuras. Pero como dice el manido refrán, amanecerá y veremos.