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Desmontando Wikileaks: Los Señores de las Sombras atacan de Nuevo


Con suspicacia y cierto morbo,leo el nuevo libro de Daniel Estulin,»Desmontando Wikileaks»,donde el autor busca repetir el éxito de «Los Secretos del Club Bildeberg»,pero ahora apuntando a la diana económica de las redes sociales.Nunca se puede fiar uno del todo de las teorías y argumentos conspirativos del escritor,siempre cercanos al amarillismo oportunista de un Dan Brown.
De hecho,sus criticos invitan a entender sus textos como piezas de ficción,alejadas de la realidad.Sea como sea,ando entretenido con las primeras páginas del último informe contra el muñeco de torta de Julian Assange,a quien se le acusa de formar una tapadera de los complejos intereses de la CIA y los tentáculos corporativos de Rupert Murdoch.
Hay una buena cantidad de información para sostener la tesis,de momento.Sin embargo,algunas afirmaciones temerarias y básicas del infiltrado(alrededor del caso Venezuela),me hacen temer lo peor y mueven a la sospecha de cualquiera.
Para el mentado espía,nuestra democracia actual es sólida y recibe los inmerecidos ataques del llamado «imperio».Por otro lado,a Estulin se le pasa la mano cuando desconoce la importancia de la resistencia China y la condena de facto,al tacharla de movimiento disidente digitado por Estados Unidos,a la manera de las revoluciones de colores impulsadas por los O.N.G. financiadas por la NED.
Aun así y a pesar de sus discutibles aseveraciones,»Desmontando Wikileaks» cumple con el trabajo de sacudir los cimientos de la página y de intentar arrojar luz en el interior de su laberinto opaco de relaciones geopolíticas entre esferas aparentemente divorciadas.
Verbigracia,la siguiente cita extraída de la investigación:
“Uno de los miembros del consejo es Phillips Adams,que ocupó cargos clave en la administración de los medios del gobierno australiano y colaboró con The Times,el Financial Times londinense y The New York Times. Adams trabajó como columnista para The Australian desde la década del sesenta. The Australian pertenece a News Corporation,propiedad de Rupert Murdoch, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores y el Club Bilderberg.Díficilmente se puede decir que vaya contra el sistema. Es representante del Comité Internacional de Index Censorship.¿Les sorprendiera saber que Wikileaks recibió el Premio a la Libertad de Expresión del 2008 de Index de Censorship que patrocinó el Economist Group?Menuda coincidencia, ¿verdad?”.
A lo mejor el principal problema del libro radica en su inconsciente similitud con la estructura binaria de Wikileaks, cuyas denuncias(de periódico de ayer) no admiten la gama de matices y redundan en un viejo paquete ideológico procedente de la guerra fría. De repente, Daniel Estulin envidia la fama y el poder de Assange. Quizás no era el candidato perfecto para desmitificarlo. Posiblemente los dos son títeres del sistema y no lo saben. No en balde, los derechos del libro se cotizan muy bien y cuentan con el respaldo de las grandes editoriales del medio.
Al final, solo una cosa es cierta. Los señores de las sombras continúan dominando el negocio de los Best Sellers, gracias a tontos útiles como Estulin y Assange.
¿Ustedes cómo lo ven?

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