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CONFESIONES DE MEDIA MAÑANA.-

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Acompañada de la corte celestial que habita tu recinto sagrado, perseguida por leyes y frases de amor repetidas, Vengo a decirte que si bien es cierto que Ludovico no pudo contigo, no es menos cierto que tu ausencia así lo hizo conmigo.-

Por otro lado, quiero hacer de tu conocimiento que, no es que me haya enamorado como quizá puedas pensar, porque a decir verdad no me interesa en lo absoluto saber a ciencia cierta de qué color son las noches que dibujan tu nombre; sólo que algunas veces (y más contigo) “acercarse es mejor que llegar”.-

Sin embargo, aquí estoy! Vengo a confiarte mi afán de desayunar en la cama porque desde mis conclusiones la mesa tiene mejores utilidades!

Hoy decido montarle una cabina con tu nombre a mis latitudes existenciales, No es que tengo tiempo libre para extrañarte, no es que mi silencio no tenga nada que decir como para querer compartirlo contigo. Inexplicablemente te has vuelto una especie de ceniza angelical, tu sonrisa ha cortado mi muerte, me pierdo en la distancia y evito repetir tu nombre para no confundirme.-

No pido absolutamente nada de tu parte, no quiero sonar poco ética, vulgar, desvergonzada o semejante pero no encuentro otra forma para decirlo, lo que quería ya lo tengo! Tengo tu olor adormecido en mi nariz, tu huella dactilar en mis labios y sin temor a equivocarme puedo decirte que eres la definición exacta de mis deseos, mi cintura y mis locuras, valga la pena decirte que mi cuello respira tu aliento.-

… y por si algún día te preguntan que hay entre nosotros, qué soy para ti o esas cosas estupidas que suelen preguntar, cualquier explicación es válida, es inevitable esto de pronunciar tu nombre y traspasar la almohada, volverte suspiro… sencillamente, se me hace urgente florecer raíces en tu piel, tómalo como quieras, al fin y al cabo poco me importan las leyes si se trata de ti, eres una especie de orgasmo del cielo y yo la mariposa enjaulada que espera tu regreso.

Mis zapaticos de cristal, esta sonrisa de papel, mis cinco vidas, mis siete letras, mis ojos de luna y piel de arena reverdecen ante tu sombra. Ni Ludovico pudo conmigo, sin embargo tu mirada, tu mirada es la palabra que pronunciaré sin arrepentimientos, sin argumentos, sin mas ni menos, porque si, porque me da la gana, porque no hay nadie mas que me interese en esta urbanización de muertos que llaman mundo!

“Alguna especie de sortilegio me devuelve al espacio que siempre ocupé”… y no espero que respondas, que sientas nada o peor que eso sientas algo, sólo espero que sepas que unas horas bastaron para hacer por ti lo que no hice con nadie, sentarme “un día como hoy” domingo por la tarde a decirte entre otras cosas, que si algo quiero, es verte de nuevo.-
Besos repartidos… un abrazo, y algo más. Sin más a que hacer referencia… Blablabla (putas formalidades)…

Suya Yo.-

Mariana Barreto.-

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