Tomemos una hoja de papel y hagamos una circunferencia o un ovalo lo más pequeño que podamos en ella, luego hacer otra circunferencia u ovalo ligeramente más grande que el primero logrando que esta segunda circunferencia u ovalo pase por dentro de la anterior, y así sucesivamente hasta llenar la hoja, luego, poner un punto en la primera circunferencia u ovalo que hicimos en esa hoja, esto es, en la más pequeña de todas, después, repetir lo mismo en otra hoja pero sin colocar el punto, pegar esa segunda hoja a la primera y hacer otra circunferencia u ovalo que logre unir todas las circunferencias u óvalos de la primera hoja con la segunda y así sucesivamente en un periodo de 111 años de vida humana para ver cuantas hojas logramos llenar y cuantas circunferencias u óvalos logramos hacer.
Luego de eso, imaginemos eso que hicimos como si cada circunferencia u ovalo fuera igual a un sistema solar y finalmente imaginémonos a nosotros dentro del punto que hicimos en la primera hoja de ese sistema de sistemas y quizá podamos imaginar lo ínfimo e imperceptibles que pudiéramos ser como individuos humanos, sin embargo, imaginarnos como parte integrante del sistema.
Todo esto para plantear e imaginar por un momento la infalibilidad del ser humano, porque con frecuencia decimos que sabemos o hablamos como si supiéramos, cada quien maneja la verdad desde su criterio y basados en equis o ye teoría, en equis o ye conocimiento, en equis o ye información, en equis o ye ciencia, culto, religión, doctrina, filosofía o lucidez alumbramiento exotérico endógeno encriptada único preestablecido predeterminado y especialmente revelador indiscutible e irrepetible de lo que es la verdad, algunos estamos seguros de tenerla en nuestros cerebros e incluso a la llamada verdad absoluta, a la cual le asignamos la característica indiscutible de ser portadora de todas las respuestas con un acierto de 100% de seguridad, infalibilidad, probabilidad y posibilidad, lo cual deja a todo aquel que no comparta nuestros conocimientos y certidumbres como un imbécil, por decir lo mínimo, pero pasa que los seres humanos, probablemente, no tomamos en cuenta todos los aspectos posibles de lo que puede afectar o variar un determinado conocimiento, por el mismo hecho de que quizá no abarcamos todo el conocimiento, pues, el conocimiento se encuentra en cada espacio tangible e intangible, y el conocimiento es además inexorable, por lo que tendrá un constante, dinámico, impredecible e inabarcable alcance, el conocimiento es también retroactivo, ya que se encuentra en eventos pasados y a medida que pasa el tiempo es cuando logramos pretender saber algo de lo que quedó sin saberse en ese pasado, pero eso puede seguir ocurriendo en un futuro, cuando nosotros, seamos pasado, sin hablar de que cada segundo que transcurre juega un papel preponderante y equitativo en la relación del conocimiento que se ha dejado de percibir, que se está percibiendo y que se percibirá, entendiendo además, que esto pasa a todo nivel en la inmensidad de nuestros entornos externos e internos, sea que los veamos y los percibamos o no.
Por lo que, esa misma dinámica e inmensidad del espacio y el tiempo, no nos deja saber todo al respecto, y cualquier cabo suelto es una razón para no estar seguros, mientras que ese cabo suelto sigue siendo dinámico y capaz de ser tan inmenso como el ejercicio de las hojas y las circunferencias y los óvalos, entendiendo que la inmensidad no es solo lo que es millones y millones de veces más grande, inalcanzable e inabarcable para un individuo humano, sino visto desde el punto de vista de los organismos para los que un individuo humano representa algo inmenso, inalcanzable e inabarcable, es decir, cosas que todavía no alcanzamos a ver porque nosotros somos inmensos y simplemente no sabemos que existen y no tenemos aún las herramientas para saberlo o no las hemos sabido utilizar o no sabemos que las tenemos o una interminable lista de posibilidades, y así para cada aspecto de la vida y el tiempo.
Sin embargo, una de las cosas maravillosas del cerebro humano, es que tiene la capacidad de ser lógico o ilógico según le convenga, y puede imaginar y suponer y lucubrar y especular, dando así la posibilidad de considerar cosas que no podemos ver ni probar, con el tan estable y seguro método científico y el pragmatismo, los cuales, son apenas dos propuestas y métodos de algún individuo humano que gracias a una idea generada por su maravilloso cerebro, son usadas en la actualidad como la forma más segura e infalible de comprobar algunos aspectos que interesan al ser humano, ello hasta tanto, no haya una mejor y nueva idea de comprobar los hechos, supongo, pero mientras la duda, la probabilidad y la posibilidad sigan abiertas y tengan espacio en nuestros cerebros, seguiremos siendo generadores de nuevas ideas en nuestro inmenso cerebro humano.