(Fragmento).
El mesonero se acerca, camina por el pasillo, se acerca, con la mano izquierda sostiene una bandeja, la taza cae de la bandeja, el café se extiende sobre el piso, observa un rostro en el espejo. <<No recuerda su numero de teléfono. Piensa sin moverse, la vida da vueltas, la muerte va en línea recta. La telepatía no existe. ¿Qué tal si le envía una carta? Claro, podría alquilar un celular, y así llamarla, solo tendría que salir a la calle. Sabe que tiene un celular Motorola Razr, pero no puede encontrarlo… ¿Pero que sucedía cuando no existían los celulares? No debe pensar en eso, solo debe buscar el celular. Hoy es 30 de diciembre de 2010, debe salir de esa casa, tiene que descifrar el sueño premonitorio que tuvo en la madrugada. ¿Qué puede hacer?
Le pareció escuchar el timbre del teléfono que esta en la sala, fue un sonido extraño, como un gruñido en medio de la oscuridad, toda la casa se encuentra en tinieblas; se pregunta: ¿Quién habría apagado las luces? No recuerda que el lo hiciera. Ayer, antes de acostarse escuchó un sonido extraño, era como un gruñido, algo débil, y que luego fue en aumento. Nada tiene sentido. ¿Por qué hay tantas personas solas, porque hay tantos animales acompañados? Tal vez Gabi aun no tenga novio… “Seria bueno vernos y tomarnos un café, así nos conoceríamos mejor.” Esto lo dijo ella, si, lo recuerda. El inicio, quiere pensar en Gabi, pero María Alejandra piensa en el, de todas formas la vida no tiene forma, nadie elige quedarse solo, es como una dictadura del destino la que impone el absurdo de la existencia. Si el fuera el aire, subiría a las nubes, y luego bajaría en picada…
Quiere ver a Gabi, cuando se despide, le dice: “Te quiero.” ¿Qué es eso de hablar con el corazón? Cierra la mente, abre los ojos, esta en una calle larga, al final, la calle tiene una pared que le ofrece una extraña división. Las piernas le fallan, siente el cuerpo pesado, tiene una pistola en la cintura, escucha una sirena, ve un periódico, y el kiosco no puede verlo, el titular dice algo: No sueñes con robar un banco, despierta para que trabajes en el banco. ¿Qué? No entiende, que perdida de tiempo, que ganancia de espacio… El centro comercial esta allí, justo allí. ¡El banco! Desde aquí puede ver el banco. Siente el arma que está en la cintura. Quiere ser un hombre de bien, y ella no quiere ser una mujer del mal. Tiene una hija que se va a quedar huérfana. Nadie puede ayudarlo, esta sudando, al menos las piernas le responden, piensa en Freddie Mercury…!!!
¡¡¡Queen. Los vigilantes hablan a través de los radiotransmisores, no todo es un chiste, ni buen humor, la muerte no es un juego. Las manos también le sudan, quiere un cigarro, piensa en los baños, ve un afiche que dice: Deja vú. ¿Qué pasa en los baños, que pasa en los baños? ¡Paula! Paula trabaja en el Banco. Raul está frente al kiosco, y hojea un periódico.
-¿Estas soñando, o estas despierto?- Pregunta. Mira al techo, y refunfuña algo.
-¿Y tu, estas preguntando o estas respondiendo?-
El periódico se convierte en un BlackBerry. -¿Cómo es posible que no sepas utilizar el Twitter?-
-Hay personas que ni siquiera tienen Internet.-
-¿Tú crees en los sueños?-
-No.-
-¿Por qué?-
-Nadie puede ver los sueños de otra persona, ¿Entonces como puedes creer en algo que no puedes ver?-
-¿Dónde esta la pistola?-
-La tiene José Luis.-
-En los baños hay algo.- Susurra.
-¿Es una trampa o que?- Pregunta. Las gotas de sudor entran a su boca como una cascada. Y Raul insiste: En los baños pasa algo. Afuera del centro comercial está un Chevrolet Optra negro. Raul sigue hojeando el periódico, y puede ver una noticia: La D.I.S.I.P. allana… no puede ver bien.
-Tengo una granada.- Le dice, es lo primero que se le ocurre.
-¿Viste a la mujer que esta leyendo un libro?- Pregunta Raul.
-Si, la veo.-
Saca un pañuelo para secarse el sudor, una niña que pasea a un perro se detiene a ver las tarjetas que muestra la tienda, es algo así como una guerra entre Hello Kitty y Pucca. El perrito, empieza a ladrar, y descubre que le ladra a el. <<Cállate perro de mierda, coño ¿Tu también?>> piensa, solo piensa…
-¿Y la mujer? Que se hizo la mujer.- Le pregunta a Raul. – Se paró de la silla, y se metió en la cola.- ¿Y el libro que tenia en la mano?- Se lo entregó a un tipo.- ¿Qué tipo no lo veo?-
Raul recibe una llamada. Afuera del Banco los vigilantes caminan en dirección a los baños. Un Teniente del Ejército, que comanda una escuadra de soldados va en dirección al Banco, pero se detienen en la feria de las comidas. El Teniente desenfunda la pistola… los soldados cargan los fusiles, un joven que miraba un afiche… recibe la voz de alto. El joven gira con rapidez, decide emprender la huida, y los militares se involucran en una insólita persecución…
<<No quería venir a esta casa. >> Dijo. Hizo todo lo posible, pero terminó allí. Al pasar el tiempo, dejó de salir los sábados por la noche. No sabe cuantos días lleva en la casa de Raul. En la tarde, compran algunas botellas de ron, escuchan de fondo a Metallica, Pantera, Nirvana, y a los Beatles. Nadia, sostiene una taza de vidrio, ¿toma café? Nadia, es la hermana de Raul, alguien le da un número de teléfono. Camina sin pensar… Le dice a Raul que llame a María Alejandra, con una botella de ron, la conversación sube de tono, la mente baja por una montaña Rusa. Imagina que María Alejandra baila con el, y mientras bailan le cuenta lo del sueño premonitorio. Esta volando a través del universo. La culpa es del romanticismo, de no existir el sentimentalismo, las mujeres serian más racionalistas, el sentimiento entorpece a la razón.
Sin sentido ha preguntado que día es hoy, nadie responde, todos preguntan. Cree escuchar una voz, si, es la voz de Erika, entre la oscuridad no se distingue bien la silueta, ensombrecida, ¿Por qué? Ensombrecida. Claro, lleva un vestido azul.
-¡Hola, Carlos!- le dice.
Esta fumando un cigarro, la ve, y no deja de pensar en sus pulmones…
-¿Y que haces con todos esos libros que tienes en la sala?- es otra pregunta mas parecida a una respuesta. Se pone nerviosa, casi no logra entender lo que dice.
-¿Has leído algo sobre los sueños premonitorios?- ahora le parece que esa pregunta le pertenecía a ella.
-Si, algunas veces los sueños tienen un significado.- dice Erika en un tono alto, como si el orgullo le bajara por una montaña Rusa. Percibe un olor a licor… y tambien un olor a marihuana de los años 80.
-Cuando yo estaba en el Ejercito, tuve un sueño, y en el sueño, vi que un Teniente del Ejercito sufría un accidente de transito, me desperté, y fui a donde estaba el Teniente, y le conté lo que había visto en el sueño. Al día siguiente, el Teniente sufrió un accidente de transito.-
zzzzzzzzzz… Erika se queda callada, hablando en la mente, recuerda, recuerda, recuerda… un sueño premonitorio, luego de cumplirse ya pertenece al pasado… El presente no es el futuro, Raul está en el Bunker del Este, un bar, música… Rock. El, decide no salir, para entrar…
Gabi, vive en Maracaibo, tiene talento para cantar. Hace tiempo, cada sábado, Carlos iba a una discoteca. En el camino, conoció a una mujer, esto sucedió en el año 1.992. Caminaba lentamente por la acera, una rapida voz de cera, la calle estaba desolada, se detuvo, ella estaba justo en el umbral de la puerta principal. Nada tiene sentido. Al pasar los días, ella había fallecido a causa de un cáncer. Nada tiene sentido.
Va caminando, la acera, estática, un panal, dos colmenas, la calle se mueve como las olas del mar. Se pone un pasamontañas. Mira la fotografía de una mujer. Se queda mudo, no puede hablar, la telepatía no existe. El centro comercial, es un centro comercial. Lo único que recuerda… una mujer que se acerca… La calle vacía, la mujer en actitud sospechosa introduce la mano derecha en su cartera. ¡Un secuestro!…..
<<Se parece a la mujer que estaba en el banco>>. No, no… la que estaba leyendo el libro…!!! Las sabanas levitan, está como un tonto, sentado y aburrido en su casa, se levanta, y abre la puerta del cuarto, cierro la ventana de la mente. Cinco hombres encapuchados, y fuertemente armados, entran a la habitación de un hotel, casi no puede escuchar, pero las dos personas que están acostadas, se sorprenden… la cara se estrella contra el espejo del baño, disparos, gritos, olor a pólvora, la sangre corre, las sabanas descienden. Lleva puesto un pasamontañas…
Orlando toca la puerta de la habitación, si, si, ya lo recuerda, había mucho sol. Ahora tiene el rostro descubierto. Allí está se ve bien, está alegre, algo triste. Tiene un celular Motorola Razr, y con el, toma una fotografía a Nadia, ella sonríe, lo mira, empieza la conversación, habla sin parar, y allí esta Nadia, se acerca… con la mano derecha sostiene un CD, se queda mudo, no puede hablar, la telepatía no existe. Orlando continúa en la sala, y al mismo tiempo está frente a ellos, el profesor Raul se despierta, Orlando se sienta en la silla de plástico, color azul, Carlos solo observa, Orlando sonríe y dice:
-Necesito que me acompañen.- Ahora el profesor Raul y Carlos, se quedan sin poder hablar… debiles para escuchar… Como un rayo que atraviesa la mente, da un salto, y se levanta de la silla azul, si, si, ya lo recuerda… Orlandol sorprendido, al igual que el profesor Raul, intentan hablar, pero no pueden. Va al baño, el espejo está roto, los fragmentos de vidrio… sobre el café… sale a la calle, a doscientos metros se detiene… avanza un Chevrolet Corsa color negro… detiene la marcha, se abre la puerta, y Nadia baja del Corsa, pero no puede ver a Carlos…
Ahora Carlos está cerca del centro comercial. Lleva puesta una gorra de los Tiburones de la Guaira, y una barba descuidada de aproximadamente dos semanas. Elige un camino, y caerás en la trampa de la auto imposición, pero si no eliges un camino, caerás en el sofisma de la libertad. El profesor Raul se convierte en un periódico, y el BlackBerry se transforma en un Twitter que dice: “Un Chevrolet Optra color negro…” Está en el patio de la casa de alguien, espera una llamada de Gabi. El cerebro es una burbuja de jabón, Nadia se dirige a Carlos… le dice unas palabras…
El calor aumenta, Barquisimeto se derrite a fuego lento. María Alejandra no llega aun, mientras la espera, pasan el tiempo bebiendo cervezas, y escuchando música, Nirvana, música depresiva, para adultos acelerados… no logra encontrar el celular. Puede ser que esta tarde llegue María Alejandra. Cae la noche, y después de cenar, regresa al mismo lugar, esta noche se ven claras las estrellas en el cielo, allá, hacia el este, queda Barquisimeto, ¿Qué estará haciendo María Alejandra? Aun se pueden ver los fuegos artificiales… está… bajo el umbral de la puerta principal, ¿Y si María Alejandra estuviera aquí conmigo? El infierno no sería un lugar tan frio…
Un viaje sin sentido. Allá en aquella casa ha quedado dentro de la computadora, la versión digital de Kafka en la orilla. La novela de Haruki Murakami… Al caer la tarde, el autobús se desvia a Ciudad Ojeda. El terminal es pequeño, estaban allí, como si estuvieran detenidos en el tiempo. ¿Cuando será el final de este viaje?
Va caminando, va sin apuros, entra a un hotel, llega a la recepción, pregunta por su esposa, habitación numero 17, toca la puerta, y se introduce en un túnel de estrellas, la mujer esta allí, si, allí… ella es alta, de cabello ondulado estático sellado al vacio, viste una camisa manga corta blanca, la imaginó con falda azul oscuro, pero no, solo lleva una falda verde aceituna.
-Estas igual, no has cambiado nada.- le dice. Se nota el nerviosismo. Mira el televisor como introduciéndose en un túnel… de pronto observa el espejo frente a la cama, y observa a dos personas, un hombre, y una mujer, pero esas personas no se sorprenden y continúan acostadas en medio de la mayor tranquilidad. Bonito, todo me parece bonito, dice el televisor, el televisor es un vouyerista…
Esta noche, ¿Quién puede estar triste? Alégrate con tu mujer, dice la Biblia??? Observa la habitación, tiene la sensación de que ya he estado allí en ese lugar, le parece haber visto esa cartera de mujer en otro sitio. Estan más despiertos que un experimento de anfetaminas, nadie quiere dormir. Una niña de once años de edad, está dentro del espejo, la mujer dice unas palabras:
-¿Viste que todos los sueños se hacen realidad?- La fantasía del espejo hace que la realidad no se pueda ver, ahora entran en una calle larga, muy larga, la mujer promete cosas, hace mas promesas que un político en campaña. Carlos inmovil, se ve alegre, algo triste, acostado en un mueble, apostado endeble, poco a poco las sabanas se convierten en una fina arena ligada con tierra y polvo…
Llegan de noche, la gandola se encuentra estacionada frente al centro comercial. El conductor de la gandola, es un hombre corpulento de unos treinta años, alto, y con una barriga prominente.
-¿Te gustaría aprender a manejar este carro?- le pregunta.
-No.-
La gandola salió de Barquisimeto con rumbo desconocido. Antes de acostarse lee en la computadora, una reseña de lo que Alicia encontró al otro lado del espejo. La niña de once años se encuentra dentro del espejo, puede verla, ofrece una impresión de timidez. Tiene el pelo liso, hasta más abajo de los hombros, y la pollina le cae sobre la frente. Lleva una camisa blanca, y una falda azul oscuro. Los zapatos negros, y medias blancas.
Su semblante cambia, se ve preocupada. Es algo de angustia, no diría que llega a sufrimiento, ella es una niña de once años, ¿Qué tanto puede sufrir? Una lagrima baja por su mejilla, ¿Por qué esta llorando la niña? Carlos no quiere saber de risas mientras viaja a través del espacio como una señal de celular a celular. Sin comunicación las sabanas levitan, y desciende una lluvia de escarcha sobre la cama. Carlos emerge de la tierra, y la niña sigue llorando. Piensa en algo de sepultado, pero no está muerto, es de carne y hueso. No quiere pensar en urnas, ni cementerios. ¿Esa niña esta llorando por el? Las sabanas descienden… <<Mi hermano, mi hermano. >> Se despierta llorando, Carlos también ha llorado en sueños, y sabe la razón del porque ha llorado en los sueños…
Jaiker, el gandolero, ve a Carlos sumergido en un libro de economía política. <<Pobre hombre. >> pensó… sonrie, ¿es una burla?. Jaiker continuaba pensando, este hombre es un extraño para mi, nada tiene sentido, ¿Y si este hombre es un asesino? Puede ser que este hombre esté solicitado a causa de algún delito que haya cometido.
Jaiker había nacido en una familia disfuncional, era el segundo de cinco hermanos, tres varones, y dos hembras. Jaiker, se fue de su casa apenas era un adolescente, al cumplir la mayoría de edad se alistó en el servicio militar. Al culminar el servicio militar, con algunos contactos llegó hasta la empresa de transportes pesados: Texeira-Minetti. Jaiker había sido pendenciero toda su vida. Como era delgaducho no parecía que fuera a tener mucha fuerza, pero la alcanzaría a tener, y de sobra. Además, una vez que se molestaba ya no tenia freno, ponía unos ojos de loco que, por lo general, amedrentaban a sus contrincantes. Tal vez cuando niño fue expuesto a 7 millones de horas: Hulk…
Ahora Carlos despierta, después de seis tazas de café negro, despierta. La niña de once años esta al otro lado del espejo. La niña espera algo. ¿Por qué esta asustada la niña? Jaiker intenta recordar, es difícil, le duele la cabeza, el dolor de cabeza es intenso. Los rayos gama le preguntan: ¿si los cientificos miden la velocidad de la luz, quien mide la velocidad de la oscuridad? El doctor David Banner se pierde en los años 80, la marihuana nunca se pierde. Jaiker es un gandolero de Venezuela, que vive en la mente de un gandolero de Japón. Tokio, Paraguaipoa, Maracaibo… Lo único que puede recordar… una mujer que se acerca a el. La calle vacía, la mujer en actitud normal extrae la mano derecha de su cartera. Frente a Jaiker estaba una mujer que lucia un vestido verde. Tenía el cabello negro y liso que bailaba con el viento. ¡Esto esta ful de putas, ah, y de transformistas también! Jaiker y la prostituta van caminando, van sin apuros, entran a la habitación de un hotel, habitación numero 17, y se introducen en un túnel de estrellas… todos… adentro del monitor…