Bad Teacher : Sumacunlaude en Comedia

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No hay competencia para “Bad Teacher” hasta la fecha. Es la mejor comedia de la temporada y punto. De repente,el veredicto puede cambiar con el estreno en Venezuela de “Bridesmaids”,del clan Apatow.
Por lo pronto, nadie supera el 20 obtenido por “Malas Enseñanzas”, gracias a la contribución salvaje y desmelenada de la chica 10, Cameron Díaz, antítesis brutal y políticamente incorrecta de la moralista y puritana Michelle Pfeiffer de “Mentes Peligrosas”, cuya banda sonora y contenido se revisitan de manera iconoclasta. Igual sucede con el resto de las películas del subgénero escolar y universitario,de profesores heroicos y alumnos apáticos.
En efecto, la cinta protagonizada por la nueva maestra de la autoparodia, hace referencia a sus antecedentes del pasado, pero no para elevarles una estatua y utilizarlos como sostén de una lección caduca de superación de la adversidad, sino para reflejar su completo y absoluto anacronismo en la actualidad, cuando el cine de Hollywood debe reconocer el fracaso del sistema de enseñanza y rendirse ante el testimonio de su teatro del absurdo, imposible de redimir en un happy ending.
De ahí radica la excelencia del guión y de la propuesta reflexiva del hijo de Lawrence Kasdan, a través del lenguaje del humor negro en estado de gracia permanente. Llevaba tiempo sin reírme tanto en una sala oscura.
Los chistes verbales son realmente buenos, mientras la actividad física complementa el diálogo y el mensaje latente en su intención de desnudar a cada uno de los integrantes de una institución al borde del abismo, rescatada por documentales como “Esperando a Súperman”.
Muy por el contrario, aquí ni llegada del ultraconservador Justin Timberlake, en plan de Clark Kent, garantiza el éxito de la operación de “salvataje” de un epicentro social en ruinas, ya estudiado y explotado por otros autores de la meca y el ámbito independiente, como el caso de Michael Moore en “Bowling For Columbine”, Gus Van Sant para “Elephant”, David Murphy con “Not Another Teen Movie” y Alexander Payne a la vanguardia de la estupenda, “Election”. El ruido de fondo del ejercicio cismático de la semana, a reseñar el día de hoy.
Por tanto, el largometraje se inscribe en una tendencia paranormal y surrealista de la posmodernidad, para plantear sus críticas y desarrollar sus conceptos a viva voz, por medio de un solvente discurso entre clásico y telefímilco, aunque desplegado con plena conciencia de sus bemoles y clichés.
Así, dentro del esquema narrativo convencional, el director adopta recursos y formas trilladas con el fin de exponer su agotamiento y posible resurrección a partir de una mirada cínica, exenta de ingenuidad. De hecho, el ritmo perspicaz de la trama es una manera de transgredir el modelo cronológico al uso.
Aparte de ello, el enfoque arroja luces sobre los eternos problemas del tema en cuestión: los conflictos intergeneracionales, las dificultades para establecer una comunicación diáfana con los estudiantes, las anomias colectivas y los errores cometidos a ambos lados del salón de clases. Por cierto, se trata de un conjunto fenómenos evaluados por la cámara de Laurent Cantet en la brillante, “La Clase”, recordada por la colega, Malena Ferrer,a propósito del visionado de “Bad Teachers”.
Al respecto, recomiendo el libro de David Montesinos, “La Juventud Domesticada”, ensayo destinado a denunciar el vaciamiento de la cultura adolescente en el entorno de una globalización deshumanizada. Para él, el futuro de la educación reside en detectar las causas de la enfermedad y en adelante buscarle un santo remedio a la expansión de sus síntomas virales.
La apuesta de “Malas Enseñanzas” quizás vaya por allí en el sentido de no cruzarse de brazos frente a la depresión del sector aludido, y propinarle una terapia de choque, en pos de su rehabilitación.
Lejos de un cómodo nihilismo destructivo y de un desenlace amelcochado, el melancólico cierre de “Bad Teacher” apunta en una dirección estimable. La de encontrar y descubrir el auténtico amor por la profesión, a pesar de las desgracias e infortunios del contexto.
Cameron Díaz aprende una lección de humildad y la comparte con nosotros, dibujando una sonrisa de satisfacción en su cara. A su lado, ganan los perdedores de costumbre, y en sus hombros recae la responsabilidad de hallar una brújula para la tropa de pupilos.
Por lo demás, el autor revela sensibilidad por las mujeres y las defiende en sus diversas aristas de feminidad. Únicamente condena a las hipócritas, oportunistas y chismosas. A las materialistas como Cameron les concede el beneficio de la duda y les permite reivindicarse con los suyos.
Con los hombres sucede lo propio. El galán se revela como una fachada al lado del corazón y el legítimo espíritu vocacional de Jason Segel, una entrañable fuerza de la naturaleza, ahora sinónimo de calidad e inteligencia. Síganle la pista.
Ojalá los espectadores chorongas, cursis y solemnes sepan darle una oportunidad a “Malas Enseñanzas”. Les prometo diversión garantizada y una bonita ocasión de romper con sus atavismos.
En mi caso, no tengo rollos ni complejos.
Para mí es una película importante y estimulante. Incluso por encima de las supuestas óperas magnas del 2011.
Si quieren tomar un descanso o una vacación del Festival Español, no se pierdan “Bad Teacher”.
Ni hablar de sus nulos prejuicios para abordar tópicos considerados tabú.
Su fresco de la familia americana es de escupir las cotufas.
Por algo viajamos de regreso a Springfield y nos sentimos como en un aula de Bart Simpson.
El gag contra “Twilight” es lo máximo.
En conclusión, supera la prueba con creces.

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