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Los Abogados saben poco de amor.-

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“No existe en el mundo nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo” ciertamente, el corazón tiene razones que la razón desconoce. Desde la retórica perspectiva no coercitiva de las obligaciones naturales, los abogados tienen problemas existenciales de sobredosis originada por ciertas miradas imprudentes. Millonadas de besos guardados para quien les espere aunque se hayan ido y sea capaz de buscarles justo cuando menos lo merezcan, y no hay lugar a dudas que todo abogado guarda excesivas ganas de refundarse la nación, asentar la vida en una esperanza y apostarlo todo en una mirada.

 

En efecto, y con la mayor subjetividad posible, es bien sabido por todos, que no hacen falta argumentos lógicos ni siquiera improvisados, para fundamentar ese asunto que surge misteriosamente de la nada. Sepa Ud. Querido colega, que No hay otra ideología sino la suya, el campo de batalla es la bendita sociedad. La soberanía es mi cuerpo y es Ud. el único habitante de este inexpugnable territorio al que llamo corazón, de manera tal que, puede sin restricción alguna, ejercer soberanía si así lo desea.  No hay votaciones de ninguna índole, se hace necesario que sea Ud. quien refundela Repúblicay asuma el poder constituyente.

Bajo ese precedente, apreciado ciudadano le declaro en guerra bajo sentencia definitivamente firme, y de ser necesario algún decreto, olvídese de la paz, tome a consideración sus labios en extrema pobreza y mis ideales de patria.  Valga la pena recordarle que debe ejercer la función legislativa, claro está que es potestativo a sus intereses, crear y hacer cumplir el “ordenamiento”, pues para nadie es un secreto, que el poder está en sus manos, en sus labios cuando habla, en la ceniza de ángel que guarda su mirada, el poder en todo este asunto sin definir (entre nosotros), lo esconden las tardes de lluvia en plaza obelisco, y de antemano, debe tener conocimiento que le extraño como sólo se extraña lo que merece extrañarse. Es Ud. sin lugar a dudas, el secreto que nadie sabe, las ganas q nadie nota.

Por ley natural, corro el riesgo de ser hasta el último de mis días, y más allá, la más indiscreta y poco ética de sus colegas en formación,  sin embargo, poco importa el detalle tratándose de la especialidad que pretendo hacer con el paraíso que guarda su mirada; en su defecto, para no confundirme y proteger éste incrédulo corazón, evito a toda costa la creación de algún tipo penal en términos sentimentales, pero segura estoy que de hacerlo, sería usted el único supuesto para el efectivo cumplimiento de toda esperanza en un beso.

 

Instinto penal poéticamente humano, llamo al hecho de reconocernos aquella tarde sin más protocolo que una mirada, debo confesar que fue usted, en ese preciso instante mi prueba de fe, justo cuando Dios me miró a los ojos, le conocí. Intento explicarlo pero la magia de su mirada me vuelve silencio, una frenética sonrisa me hace pensarle, su nombre se escapa y el susurro de su voz me acompaña cada amanecer.  Tengo su sonrisa impresa en cada esquina de mi vida, el lápiz susurra su nombre cuando llueve y no hago más que dibujarle cada vez que cierro los ojos.  Más allá de querer gritarlo al mundo, prefiero guardar en algún paréntesis, la virginal pasión que esconde su sonrisa, esa que hoy le exhibo al mundo sin que nadie lo sepa, esa que estoy dispuesta a llevar conmigo por lo que le queda de vida al universo.

 

Siempre he creído que la lluvia es un orgasmo del cielo, y nunca estará de más afirmarle que sólo usted sabe porque su sonrisa es la única que romperá por siempre el eco de la lluvia y desde aquel entonces, este brillo en mis ojos tiene sus iniciales, irremediablemente estoy atrapada en los andenes de su existencia y juro entregarle mi vida entera si logra curar esta alergia al amor que en tanta sombra me ha sumergido, le aseguro con mi sangre en calidad de letra de cambio si lo cree necesario, que quiero derretir el cielo en su mirada, pues a pesar de todo, sólo estando a su lado, estoy convencida que a la justicia venezolana todavía le quedan esperanzas.-

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