Después de una buena conversa con Sergio M.
I
Recientemente, El Chiguire bipolar hizo un importante aporte a la medicina moderna: ellos determinaron que el agüevonamiento es una enfermedad, definieron sus síntomas y mostraron un ejemplo claro de un paciente que sufre la enfermedad (mirar la foto). El joven, entonces, sufre de agüevonamiento, y yo creo que también. La diferencia es que para él, es un virus propio de la adolescencia, a mí por el contrario, se me manifiesta cuando veo, leo o escucho un medio de comunicación venezolano y algunas manifestaciones artísticas de cualquier disciplina.
Esa cara que tiene el bróder en la foto, es, exactamente, la misma cara que pongo yo cuando escucho, leo o veo a la “rosca dulce” de los medios de comunicación nacionales entrevistar a los mismos invitados, una y otra vez. La “rosca dulce” está conformada por periodistas y locutores y personalidades que están en la televisión, la radio, tienen columnas en los periódicos y cuentas de Twitter (simultáneamente). Esta ubicuidad propia del star system criollo, garantiza, de alguna manera, grandes pautas publicitarias, porque por mucho tiempo, satisfacían la necesidad de un público parcializado, incluidos, quienes ahora sufrimos de agüevonamiento.
La televisión venezolana está pasando el peor momento desde su fundación. La llegada del cable, las redes sociales, las pesadumbres propias de nuestro tiempo y el miedo, la tienen paralizada. Resulta, que ahora, Venevision, después de quedarse con la torta publicitaria, y ver cómo Diosdado Cabello hacía picadillo a su eterno rival, no le resultó tan divertido estar solo en la cumbre, después de todo. A manera de auto proyección de culpa, hace un remake de “La mujer de Judas”, una de las telenovelas más exitosas de Radio Caracas Televisión, con un resultado que no le hace, ni de cerca, honor a la original. De resto, Zorro y El Chavo, contigo, pelotearse los artistas que salen de Televen, y darle un contratico a los artistas que quedaron desempleados después del cierre de RCTV y no han conseguido trabajo en el exterior.
La radio y el periódico, más el primero que le segundo, siguen en su zona de confort, siendo, estos medios (y RCTV), valga decir, quienes más se arriesgaron en toda esta historia. Pero en la resaca post-polarización, se encuentran fuera de base, repetitivos y aburridos. No dan pie con bola. Moderarse y evadirse ha sido la divisa, después del cierre de 33 estaciones de radio. No iremos más allá de lo que hemos ido, parecer la estrategia.
El cine y el teatro, siendo las artes que nadie les prestó mayor atención, durante la frivolidad/nuevarica petrolera durante la etapa democrática (por, tal vez, no ser tan rentables como sus hermanas y primas hermanas) son las cenicientas que llevan la peor parte. En su débil estructura local, fueron presa, el cine de los propagandistas de turno, y el teatro de la inmutable y no-tiene-fin frivolidad venezolana.
En la música, la literatura y las artes plásticas, en Venezuela, ocurren milagros inexplicables. Porque no somos un país de lectores, nuestras desastrosas ciudades se niegan a darle espacio, ahora más que nunca, a obras de arte y los músicos son aficionados, pelabolas, últimos sobrevivientes de la tribu celta, en su mayoría.
Así las cosas, muy pocos aquí están dispuestos a arriesgarse, muy pocos quieren ponerle el cascabel al gato. Y ser verdaderamente transgresor, rebelde y original es un oficio cada vez más solitario. El conformismo, la flojera mental, la evasión y la indulgencia dominan la escena. La mentalidad minera nos tiene sentados en el sofá esperando la octava corona del Miss Universo, a falta de mejor cosa. Políticamente correcto le cobro a Movistar y me alcanza para el cupo cadivi cada año.
Pero analicemos esto más detenidamente
II
Sufro de agüevonamiento desde hace un año, aproximadamente. La santísima trinidad conformada por Globovision, Unión Radio y El Nacional/Universal, me dejaron de interesar. Me intoxiqué. Ahora escucho música, leo los titulares por encimita en noticia 24, y Daniel Pratt me convenció, con este recomendado artículo, que si algo es verdaderamente importante o contundente, me enteraré por las redes sociales. Con esta dieta, voy reina, y anden a ver si no me creen.
Estamos claros, el internet está cambiando el mundo que conocíamos, y el que no se adapte puede ir a rentar una habitación en la cabaña de Heidi, pero también, hay un discurso gastado, superficial y cada vez más desconectado de nuestra realidad. En tres y dos, no sabemos si correr a segunda o a tercera, y aquí nadie me está reembolsando mis gastos médicos. Por ejemplo, hace dos semanas se me ocurrió abrir Todo en domingo y en la casa tuvieron que llamar a Rescarven.
Ya venía dándole vueltas al asunto, y una mañana de domingo, por cosas del destino, y por una extraña razón, mi prima compró el periódico. Cuando me levanté esa mañana me lo tropecé en la mesa de la sala, me lo quedé viendo, como quien trata de recordar de dónde conoce esa cara. Todo tipo normal, nada que no haya visto antes pero cuando agarré la fulana revista me quedé en una pieza, pero de aburrimiento.
Artículos principales: «La redención de Titina Penzini», «Desde mi cama» (Cómo duermen Horacio Blanco, Marjorie De Sousa, Ramón Castro y Michelle Badillo), «Mire lo que tengo aquí» (Lockers, guanteras y mesas de noche del start system), «La irreverencia de Alex Goncalves» (Lo juro, por madonna).
Y pasó lo inevitable:
Puedo entender que Marjorie De Sousa en pantaletica vende, y está bien, no soy una mujer envidiosa. El problema es cuando la intimidad de la farandula se convierte en tu mejor estrategia para alegrarle el domingo a un venezolano agobiado, que no logra comprender cómo llegamos hasta aquí. Es evasión repetitiva, pero también, es un entretenimiento sin sustancia y que se olvida a los 20 minutos de soltar la revista. Igualmente, podríamos decir que hay falta de sinceridad. Si quieres ser una revista de farandula, o erótica, o de papagayos, quítate las caretas y dale con todos los hierros, acepta tu tema con dignidad y trabaja para tu target. Las medias tintas tienen las patas cortas.
¿Y por qué buscamos evadirnos? Porque, primero, lo necesitamos, segundo, nos intoxicamos con la polarización que caracterizó al proceso político venezolano en la última década. Para no saturar, se busca ser fresco y ameno, evitar a toda costa los temas sensibles, irse por lo seguro y subestimar a la audiencia, hagamos un calendario Polar y para la imprenta. O, como es el caso de Estampas, vanagloriemos a los talentos venezolanos que han triunfado en el exterior en un intento por subirnos la autoestima. Pero a nadie se le ocurre que un lector se puede preguntar ¿por qué estos chamos se tuvieron que ir para “triunfar”? Olvídalo, la respuesta no te la va a dar Estampas. (Pero en la sección de sucesos hay una pista, y en la de economía, otra, arma el rompecabezas).
Y aquí entramos, de lleno, a un tema clave: la polarización. Actualmente, nos encontramos en la etapa “resaca post-polarización”. La cual comenzó cuando nos empezamos a dar cuenta, lentamente, que el problema no es Chávez, el problema somos nosotros y nuestras actitudes, nosotros y nuestra concepción del país. El chavismo, con enorme talento, resume nuestros peores defectos como sociedad, pero es un producto hecho en casa, nuestro reflejo. Y cada vez que un venezolano se da cuenta de esto, la polarización se debilita.
Los medios de comunicación tuvieron sus 15 minutos de fama durante la polarización. En un círculo vicioso, nosotros le exigíamos que polarizaran y ellos respondían. El problema de la polarización es que, con la vena brotada, no hay espacio para la reflexión y la consecuencia la estamos sufriendo ahora: un discurso trillado, vacío y pocos pueden dar respuestas a nuestras preguntas. Los medios de comunicación están tratando de revivir la polarización que tanto éxitos les trajo, después de todo, pero no pueden, porque ya no tiene sentido. Resultó ser que siempre estuvimos durmiendo con el enemigo, desde antes que Chávez naciera.
Y al no reflexionar no se puede hacer un sano y fructífero análisis crítico de nada. Lo que le debe mi formación intelectual a Panfletonegro (y a algunas de sus brillantes plumas) es incalculable, y una de las cosas que más le agradezco es haberme mostrado tan crudamente el enorme problema que tiene el venezolano con la crítica. Para muchos venezolanos la crítica es una perra, el que critica “algo venezolano” no quiere a su país, y esa relación disfuncional que tenemos con la crítica nos ha hecho más daño del que imaginamos. Y es precisamente allí donde nace la mediocridad y el conformismo.
Ahora, me resulta escandaloso que el oficio de crítico no sea respetado y remunerado en este país, y que por el contrario, el que se atreve a criticar a algo sea tildado de “maldito envidioso frustrado que no sirve para nada”. La verdadera crítica es un ejercicio intelectual necesario para el progreso, y si nosotros no superamos el gravísimo conflicto interno que tenemos con la crítica esto va a ser un eterno retorno.
La mediocridad y el conformismo incrementan el agüevonamiento a niveles estratosféricos. Y el conforme es, por naturaleza, flojo, y si a esto le sumamos la debilidad del muchos venezolanos por el dinero fácil y la excitación que le produce ver un río revuelto, tenemos la mesa servida para entender un par de cosas, más que evidentes. Por ejemplo, lo difícil que resulta arriesgarse cuando una formula resultó. Esa falta de riesgo, me da la impresión, es una de las razones por la que venezolanos, verdaderamente talentosos, queden marginados del sistema (esto aplica en todos los ámbitos). Inteligente y todo lo que quieras, pero no tiene el “noséqué” que tanto gusta a la gente.
Tampoco te arriesgas si, como decía Cabrujas, la noción más fiel que tienes de Venezuela es que esta vaina es un hotel y es mejor no ponerse a inventar. Al Venevision auto censurarse, y posteriormente, Televen, le hicieron el juego al gobierno. Ahí fue cuando el chavismo entendió que en Venezuela sí hay gente dispuesta a “agarrar la línea” y el que no se meta en el carril está arriesgándose a un “cierre” estipulado por nuestra ley. Y es inevitable pensar que si hubiesen ido todos los grandes medios en bloque, bien auto censurándose, o arriesgándose, las cosas fuesen distintas ahora. Pero queda el consuelo de que, después del cierre de RCTV, a Venevisión le cayó la pava que da miedo, y si no me creen, es porque no vieron el último Miss Venezuela, eso parecía un castigo de dios.
Hacemos un recorrido crítico por la televisión, radio, periódico, cine, teatro y el resultado es el mismo: una apatía paralizante, pesadumbre, mucho ruido, frivolidad, flojera y falta de cojones. El matatigrismo, después de la caída de unos cuantos valientes, está haciendo estragos y llevándose todo a su paso. Eso sucede, me parece, porque no trabajamos para consolidar las cosas y darle bases anti sísmicas y anti tiranos. Y voy más allá, si construyéramos esas bases bien solidas, nos evitaríamos bastantes dolores de cabeza.
III
Al venezolano le da terror verse en un espejo. Despertó de un sueño demasiado bello para ser verdad, y se mantiene en la etapa de negación. Algunos lucidos, aquí y allá, han dado en el clavo y han vislumbrado el camino, pero la mayoría no les ha parado ni media bola. Hemos incurrido en el más dañino de los pecados: la soberbia.
A nosotros la “riqueza” nos brota de la tierra sin mucho esfuerzo, la trabajamos muy poco, hemos convertido el buhonerismo en un arte; en todas las áreas, somos una sociedad de mineros. En cambio, quien trabaja la tierra, sabe que cuando siembra una semilla, tiene que esperar a que la mata crezca y le dé el fruto, y así aprendió el valor de la paciencia. A nosotros nos hace falta esa humildad, entender que el trabajo y la dedicación sí pagan, lento pero seguro. Nos sale curso intensivo de jardinería.
Además de agüevonamiento, también sufro de optimismo y sólo como atún enlatado, las dos primeras se pueden curar, pero la última no (me espanta ver un atún fresco). Confío en el destino, en pocas cosas creo tan fielmente. Una generación se está gestando, y conseguirá la cura a mi terrible enfermedad. Alguien nos tiene que salvar de ver a Ramón Castro en bóxers cada dos meses (cosa, que creo, ni interesa al loro en su triste jaula, es más, tú amenazas a un perro con Todo en domingo y se te caga de la risa en la cara), porque si no me da la chiripiolca y me pongo así, en serio…
Coño, chama, esto es lo mejor que has escrito. Muy bueno de verdad…
Lo que no me gustó fue el final ¿no te parece demasiado mesiánico? De esos finales ya tenemos bastante.
Lamentablemente yo no le veo pronta solución a esto, la nueva generación hace rato que le perdió la fe a la educación y al trabajo. Cada vez conozco más compañeros y amigos que dejan a un lado su profesión o estudios, para enchufarse en el último negocio. Y la verdad es que haciendo cualquier cosa ganas mucho más que un profesional, que además tiene que soportar la discriminación política e intelectual porque cada vez más el único empleador que queda es el gobierno. Si eres una persona competente pero tu competencia no te permite repetir como loro las «máximas» del socialismo del siglo XXI (vaya usted a saber que pasticho es ese, que de paso lo inventó gente que lo único que leyó sobre el tema fueron los cómics de RIUS y eso por el 2000 y pico), eres el enemigo mortal, ese algo que eliminar.
La nueva generación lo que viene es con un radar superpotenciado para oler guisos, enchufarse dónde hay y, si todo lo anterior falla, matraquear.
Antes de empezar espero que no vayas a salir como el pana John Manuel Silva, insultándome porque supuestamente yo le envié Spam…!!
Ahora si: Adriana, leí completo este articulo.
Aquí le conseguí una transposición: «La radio y el periódico, más el primero que >>le<>del<< muchos venezolanos."
Ahora vamos con mi opinión. Tu dices: "muy pocos aquí están dispuestos a arriesgarse, muy pocos quieren ponerle el cascabel al gato. Y ser verdaderamente transgresor, rebelde y original es un oficio cada vez más solitario." Creo que en un momento me perdí en tu articulo, no se si estas elogiando a chiguirebipolar, estas criticando a Venevision, el teatro, el cine, a las revistas piches de los domingos… Bueno, por mi parte, a mi no me interesa que coño hace Venevisión, ni que es el contenido de las revistas de los domingos, yo no pierdo el tiempo en eso, ya el semanario Urbe de Adriana Lozada me ladilló bastante, y me dijo que la TV es mediocre, igual los demás medios, y porsupuesto las revisticas de los domingos… Yo quisiera leer de ti, algo innovador, por ejemplo, ¿como es eso de "arriesgarse, como es eso de ponerle el cascabel al gato, como es eso de ser verdaderamente transgresor, y rebelde?"
Y te digo que yo no se quien coño es Alex Goncalves, lo único que se, es que antes de leer tu articulo yo estaba leyendo a "Un hombre que duerme" de Georges Perec, y al mismo tiempo leía a "El pájaro que da cuerda al mundo" de Haruki Murakami, y todo gracias a Scribd.com, ya que no pude encontrar La broma infinita de David Foster Wallace, ni la Escoba del sistema…
Aquí le conseguí una alteración: «La radio y el periódico, más el primero que (le) segundo.» Me imagino porque escribiste muy rápido, se te paso, aquí esta otra: «y si a esto le sumamos la debilidad (del) muchos venezolanos.»
Brillante, amiga. Sin duda, de lo mejor de tu cosecha 2012. Nos vemos el próximo fin para comentarlo. Un fuerte abrazo!
Hace años me di cuenta de ese problema, pero yo tengo una hipotesis mas siniesra, eso lo escribi aqui mismo. «Cosas de la narcocrasia» http://li.co.ve/bkV donde explico el origen de nuestro aguvonamiento.
¿Te recuerdas de la Calina del año pasado? eso es que nos estaban dando «Guevulina» qu es una sustancia que produce aguevonamiento cronico sistematico.
Creo que el chamo de la foto puede tener algo que decir aquí. Yo opino… más o menos lo mismo que tu. Y hace rato, largo, que dejé de ver televisión nacional (y últimamente tampoco veo cable, salvo algunos programas que me interesan; ya no uso la TV para matar el tiempo, ahora la red me absorbe). Y de radio, me calo 97.7 a veces en el carro, el resto es insufrible. Hace años me echaron un cuento sobre Marcel Granier (no se si será cierto, pero se non è vero è ben trovato): una señora le reclamó lo malo de la televisión nacional, y de su canal específicamente, y Granier le dijo: «si usted deja que sus hijos vean televisión nacional está loca. Para ‘ellos’ está el cable», dejando claro que la programación estaba específicamente diseñada para un estrato social determinado, el de mayor «masa crítica» (y conste que eso de critica lo escribí con el mayor de los sarcasmos).
Gogo, ya dije que estoy enferma de optimismo, no pude evitar el final. La esperanza es mi motor, los sé, soy muy cursi y tengo muy mal gusto, pero alguien me puede contagiar de pesimismo, vamos a ver ;)
Mensaje: volvemos a lo mismo, yo puedo criticar y no ser original, ni transgresora. Y es bueno que quede claro, que cuando yo hablo de los venezolanos, me incluyo, con toda la vergüenza y orgullo que eso me puede dar. Yo no reniego de mi país, lo quiero sinceramente y por eso escribo esto.
Muy bien por tus lecturas, si consigues La escoba del sistema de mi amado David, y si no es mucha molestia, te voy a pedir que me lo mandes al email. Saludos
Sergio, mi pana, esto lo escribimos a cuatro manos, gracias a ti, nos vemos, fuerte abrazo de vuelta
Luis, uno no puede dar un tubazo contigo around. Ya me paso por tu post, abrazo
Mirco, yo me muero por conocer al chamo de la foto, en serio. Lo de Granier, triste hasta las lagrimas, y esto tiene que cambiar…
Gracias a todos por leer y comentar
Nos vemos por estas calles
adri recuerdate que eso lo escribi un 11 de abril y quise matar a dos pajaros con el mismo tiro
Muy buen artículo, que da por supuesto en el clavo.
En realidad yo hace largo tiempo que dejé de ver televisión venezolana, después de lo cual persistí un tiempo más leyendo prensa escrita, pero tiré la toalla también, simplemente me harté del menú de noticias siempre a base de Luis Vicente León, Chino Y Nacho, Shakira y Gustavo Dudamel.
Confieso que me tentó la portada de Marjorie De Sousa en el periódico que estaba en casa y rompí el ayuno voluntario para hojearla, pero el encontrarme al inefable Horacio Blanco (el gran «rebelde» a sueldo de Movilnet, de la Alcaldía de Jorgito Rodríguez y todo aquel que pague) fue demasiado y la dejé, pero eso fue un merecido castigo por no ser consecuente en la abstinencia de mediocridad a la que me había comprometido.
sencillamente me quitaste las palabras de la boca, y lo dijiste mucho mejor que yo…
de lo mejor que has escrito, cada post es mejor que el anterior, eso esta muy bien…
saludos
Vale, Devil, muchísimas gracias por tus palabras. Nos leeremos
Napoleón, no me había detenido a pensar lo de Horacio con calma, bizarro, saludos y gracias
Genial! No soy la única que piensa que a los medios se los llevó quien los trajo! Paciencia chama, por ahi se ve que la gente está como que abriendo los ojos tímidamente. Además si uno no ‘consume’ esos medios ellos pierden, tendrán que adaptarse o morir, sé que suena a otra cosa, pero el público les va pasar factura. Tenemos tantas facturas por cobrar en este país…
Pasar factura, interesante. Amanecerá y veremos. Pueden empezar por pagarme mis gastos médicos. Gracias, Andre, un abrazo
Más lúcido, imposible. Aplaudo la nota sobre la crítica.
Pero hay muchos del sistema que se quedan Adriana!
Tienes que haberlos visto, ofreciendo tallers de actuación donde se pueda. :P
Sí, Klaus, lo de los cursos es increíble. Lo hemos denominado “matatigrismo cultural”
Saludos, y muchas gracias por leer y comentar