El primer artículo fue compartido relativamente bastante en las redes sociales (más que nada entre gente que conozco), pero ya, nada realmente trascendente. Eso fue la semana pasada.
Ayer, lunes, a eso del mediodía, me llamó alguien de la prensa local. Yo estaba en una reunión.
Me fugué de la reunión, intrigado y emocionado, porque eso podía tener que ver con mi primer post, pero no, la prensa de Amberes solo quería que un venezolano explicara cual es el secreto de la mujer venezolana para ganar con tan alta frecuencia en concursos internacionales de alto calibre.
Les pedí que me llamaran una hora más tarde y así lo hicieron. Les hablé del arraigo del concepto «Miss Venezuela» dentro de la venezolanidad. Les comenté que ser Miss Venezuela no es solo cosa de ser hermosa, sino toda una escuela de modelaje, maneras, respuestas correctas, simpatía, confianza en si mismo y que se yo.
La verdad, pinté el Miss Venezuela mucho más bonito y menos superficial de lo que es (siguiendo ese principio literario que reza «por qué decir la verdad si mentir es tan sabroso»). Tambien les dije que quizás la belleza exterior de la mujer venezolana sí tenía algo especial y ese algo era eso de ser un crisol de razas. Que la belleza de la mujer criolla era difícil de categorizar para el mundo. No es realmente una belleza negra ni rubia ni indígena ni china ni árabe o mediterránea… es otra cosa… una belleza misteriosa, inclasificable y universal. Esperaba de esta manera abogar por un mundo en el que la mezcla interracial no se vea como un mal necesario, lo cual es el caso en la Europa mininacionalista de hoy dia.
La gente del periódico sonaba en todo caso muy convencida.
Pero tanto esfuerzo fue en vano, porque dos horas más tarde me llamaron de nuevo para pedir mi opinión porque hablaron con una caraja venezolana que dice que todas esas carajas estan operadas y voilá, se esfumó todo el misticismo de la mujer venezolana…
hoy fue publicado el articulo. el título: «El secreto venezolano? Cirugía plástica!»
