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TE LO DIGO CON LOS DIENTES: ORTODONCIA CHIMBA Y REVOLUCIÓN

ORTODONCIA CHIMBA

Una revolución no se decreta, eso lo sabemos todos los que hemos padecido el bochinche bolivariano de estos últimos 13 años. Por supuesto, los chavistas insistirán en que, efectivamente, la transformación ha sido a paso de vencedores, sin que puedan ser muy precisos en ganancias concretas de este proceso.

Quizás eso que hemos ganado es más capacidad de autoengaño, de estar tan intoxicados con frases cursis y grandilocuentes que no podemos ver lo contundente de la miseria a nuestro alrededor. “Forjados en el crisol de la Historia”, “llamados a poner en acto la grandeza de Bolívar”, “alterando el campo de fuerzas geopolíticas que los poderosos han impuesto al oprimido”… Estas son el tipo de pendejadas a las que me refiero. Las he sacado ahorita mismo, al vuelo, y siguen la estructura que usa Hugo Chávez o cualquiera de los wannabes apostados en los pequeños cotos cedidos por aquel.

Lo más cómico – cómico precisamente por ser tristísimo – es que las evidencias del fracaso nos son dispensadas a diario, incluso por el canal del Estado, medio fundamental para darle hiperrealidad al delirio chavista. Así caemos en la nota acerca de la “ortodoncia chimba”. Conociendo como creo conocer la idiosincrasia del venezolano, me atrevo a decir que la intención del reportaje es moralizante: “miren lo que hacen estos muchachos”, “hay que denunciar esto para que se detenga”. ¿Y a quién se lo estás denunciando? ¿a los padres, a los maestros? ¿de repente ya no es responsabilidad del Estado, un Estado que a través de este gobierno se siente en el derecho de hacerse cargo de todo?

Y con esto, de nuevo la idiosincrasia del venezolano, la negación de lo obvio: ¿Acaso no se dan cuenta que ese reportaje toca todos los puntos álgidos que demuestran el fracaso del los planes absurdos implementados por el gobierno?

Por ejemplo, ¿dónde está el hombre nuevo de la revolución bonita? Lo que muestra el reportaje de VTV es que los venezolanos tienen no solo los mismos valores “de la cuarta”, sino que ahora son más creativos (por no decir estúpidos) en sus maneras de implementarlos en la vida diaria. Si de algo carecen los entrevistados es de lucha patriótica revolucionaria, pues solo vemos conformismo a los estándares de la burguesía criolla. No lo digo yo, lo dicen ellos: “me los puse porque se puso de moda, porque mis amigos me decían que me los pusiera… y que a las mujeres les gusta… ay que te ves mas bonito, te ves más simpático… cada vez más te lo pones, me’ta’entendiendo?”

Chúpate esa mandarina Hugo, tu pueblo quiere verse como los “hijitos de papá” que te gusta criticar.

¿Y por qué hacerlo de esta manera tan chaborra? ¡Esperen! ¿No fue el gobierno de Hugo Chávez el que con la Misión Barrio Adentro como alternativa a la consolidación de un sistema sanitario el que terminó de desmontar la infraestructura para promover la salud? Así que, ¿por qué se extrañan de que existan tratamientos médicos fuera de los recintos adecuados? ¿No es eso precisamente lo que promueve el gobierno, la informalidad y la buhonería en todos los niveles?

Y, claro, la mala fe abunda a lo largo del video. Desde los reporteros que hacen como si nada allí fuese responsabilidad del gobierno, hasta la muchacha que coloca los aparatos. Ella dice “cuando vienen con esta pega que es no es muy buena yo se los digo… te puede dañar los dientes… no va a ser mi responsabilidad… yo no obligo a nadie a ponérselos”. ¡Mamita, pero se los estás poniendo! ¡Eres parte del problema y sí, eres responsable!

¿Pero cómo podemos hablar de responsabilidad en un país donde lo que menos vale es la palabra y donde las acciones continuamente se resignifican para que el gobierno siga acaparando el poder? Si de VTV para arriba y del presidente para abajo este desconocimiento de la noción de responsabilidad es lo que abunda, por qué debemos pedírselo a una muchacha en un barrio, una muchacha que por cierto se resuelve haciendo ortodoncia chimba porque vive en un país que no le brinda oportunidades reales o por lo menos ajustadas con sus expectativas. Ella cobra, estoy seguro, y cobra no solo para cubrir necesidades básicas sino porque aspira a tener lo que tienen los pocos venezolanos que viven en zonas residenciales: no solo celular, sino también Internet, cable… ¿No es todo este asunto de la ortodoncia chimba eso, el signo de que queremos ser como eso que el presidente nos dice que no debemos ser? Y claro, la muchacha al final demuestra una sabiduría que ya quisieramos ver en el hijo de puta de Miraflores (¡gracias Corte Suprema de Justicia!): “por paveo los chamos hacen lo que sea”.

Ahora bien, respecto a la creatividad/estupidez, la reportera se pregunta «¿dónde y cómo estas personas obtienen material especializado?» Y con eso cierra la nota, prometiendo la respuesta para la próxima entrega. Estoy seguro que esa continuación dará muchas vueltas pero no dirá lo esencial: ¿no es la regulación de CADIVI, ese autobloqueo absurdo, el que ha generado uno de los mercados negros más florecientes respecto a dólares y todo lo que con ellos se puede comprar?

El pueblo resiste, eso es evidente. Mientras más los obligan a ser algo que no quieren ser, más creativos (y estúpidos) se vuelven.  Por cierto, esta estupidez también es regalo del gobierno bolivariano, y sus ideas alternativas acerca de la educación; ideas que se concretan luego a través de VTV para darles entidad ontológica. “Te lo decimos claro Hugo Chavez, aunque para nosotros no sea evidente. Nos pegaremos alambres con pega loca en los dientes, robaremos celulares, venderemos nuestro cuerpo, entre muchas otras cosas que hacemos (y haremos) porque queremos estatus, un estatus que tu gobierno no nos ha sabido dar”.

El que tenga ojos que vea.

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