En estos días, adrianonimo publicó esto en su muro de facebook:
Jodida la ciudad que deposita toda su belleza en una montaña. Es bella, la montaña, pero no deja de ser trágico todo el asunto. La CIUDAD debería ser bella, y la montaña un «plus». Pero como no hay ciudad amable, dirigimos la mirada al Ávila, quien está cansado de la exclusividad de suspiros, nostalgias, y «no entiendo nada»
Una reflexión propia de un feriado en uno de los peores lugares del mundo. Caracas.
Físicamente, ninguna ciudad lo suficientemente grande es bonita. Y si crees lo contrario acerca de tu ciudad, vives en un pueblo o una burbuja. Las ciudades son lugares atestados de gente que trabaja todo el día. Lo que hace hermoso un atardecer en Manhattan o Paris no es «la ciudad», es el contraste. Son los colores que se filtran a través del smog, la sorpresa de encontrar un rectángulo verde donde sentarte. Esos edificios, esas iglesias, esos monumentos y parques, están allí para que tu vida sea lo suficientemente no-miserable como para seguir generando riquezas para tus amos.
Pero si pensamos mucho en eso podríamos volvernos locos ¿cierto? Así que muchos caraqueños, sobre todo aquellos que nunca quisimos escapar de nuestra ciudad, buscamos confort en ese segmento de la cordillera de la costa que abreviadamente llamamos «El Ávila». Según nuestro razonamiento, es posible tolerar 5, 10, 30, 50 asesinatos diarios, si tenemos ese telón de fondo al cual desviar la mirada.
Yo me he creído ese cuento desde siempre. He pateado el cerro lo suficiente para saberlo tangible, magnífico, peligroso, fascinante. Además, para cubrir el aspecto metafísico del asunto, he repetido hasta la saciedad el evangelio según Ilan Chester.
No fue sino hasta entrados mis veintes que descubrí que más allá de la obviedad del cerro, había algo verdaderamente hermoso en el estoico equilibrio de las ruinas en esa suerte de aspiración niuyorkina tropical, una ciudad que alguna vez intentó apostar a la grandeza y cayó en desgracia para quedar como un testimonio ocre y grana de un delirio tecnócrata.
Hay belleza en los mosaicos rotos del Centro Simón Bolivar, en los barrios marginales que crecieron dentro de los edificios invadidos de San Jacinto a Madrices, en la peligrosa desnudez de la Plaza la Concordia un primero de enero, en las paredes cubiertas de moho de Los Chorros, en las aceras destruidas por los árboles y las matas que crecen por entre las juntas del concreto de la Francisco Fajardo. Hay belleza en lo que otros consideran decadencia.
(Inclusive hay belleza en el hecho de que un militar haya descubierto que su misión de vida es acabar con Caracas, porque en el fondo, eso es mucho más honesto que fundar una megalópolis en un lugar donde sólo debería haber montaña, esa montaña)
No es el aspecto físico lo que hace a la ciudad hermosa, sino el significado. En el significado está la gente también, por supuesto. Los amigos, la familia. El acuerdo tácito de que estamos todos intentando sobrevivir a la ciudad y el pacto social de no jodernos (demasiado) la vida. Cuando eso se rompe y no puedes salir a pasear con tus hijos, hacer un picnic, tener un perro, o simplemente ir a trabajar sin que te metan 27 tiros en la cara, la ciudad se vuelve un lugar horrible.
Así que sí: jodida la ciudad que deposita toda su belleza en una montaña. Jodida la ciudad que deposita toda su belleza en significantes, jodidos sus habitantes, que no encuentran la belleza sin mirar al cielo, un edificio, un monumento. Jodida la gente que sólo piensa en sí misma, jodidos los que no fabriquen belleza a diario.
No soy de Caracas pero me gustó mucho ^^
Exacto
Esto me recordo una frase de Valery que parafraseada es » la Belleza es solo el preludio de un terror que apenas podemos imaginar». ; )
mas en serio tienes razon, la gente me mira raro cuando me pongo en la calle a observar una pequeña flor o ver esos milagros de la ciudad, como ver una mata de tomate silvestre creciendo en el pavimento. O viendo los fosiles de un muro. la gente por mi casa piensa que estoy loco, por eso, por buscar la belleza y apreciarla en mi entorno Sera el preludio del horror. pero ¡¡Que preludio!!!
gracias por sus comentarios.
xluis, sigo en Facebook tus «fotos de muros en el muro». Creo que eso es lo que intento decir. Una de las salvaciones es andar por ahí cazando esos detalles.
Hace un par de años monté un grupo en Facebook llamado Caracas Panorámica ( https://www.facebook.com/groups/71193380038/ ). La justificación del grupo es la siguiente:
«Caracas se ha vuelto una ciudad agobiante, en donde impera la anarquía, la suciedad y el «feismo». Sin embargo, todavía nos regala retazos de belleza, ya sea en un atardecer, un paisaje urbano, o en el sempiterno Avila. La idea de este grupo es la de dar cabida a fotografías de paisajes urbanos y suburbanos, dentro de lo que se puede llamar el àrea de influencia de Caracas.»
Bueno, el caso es que durante un tiempo traté de darle vida al grupo, pero más de la mitad de las fotos (tanto las mías como las de los otros colaboradores) eran del Ávila. Cuando caí en cuenta, se me quitaron las ganas de seguir con el tema, y allí está el grupo como perro sin amo, con algunas esporádicas colaboraciones.
Más allá del Ávila, el mar.
Más allá del mar
Asturias.
Y pues sí, por eso es el tótem, el ideal y consuelo a la desolación… Caracas sin Ávila es como perro sin amo… pero no olvidemos también que la ciudad no la hace sino la gente, y es por eso que está tan jodida y por ello tienes toda la razón cuando dices «Jodida la gente que sólo piensa en sí misma, jodidos los que no fabriquen belleza a diario».
El Avila esta alli para recordarnos que es mejor que nosotros, estaba antes de nosostros, estara despues de nosotros, en realidad El Avila nos odia por eso se queda alli mirando impavido como nos matamos, lo tratamos mal asi que nos deja podrirnos en nuestra inmundicia diaria anhelando su belleza, la que no poseemos ni poseeremos nunca como personas o ciudadanos. No nos lo merecemos. Ojala fuera un volcan y estallara y acabara con todo!
Maravilloso artículo que describe lo que muchos sentimos y apreciamos en esa jodida ciudad.
¡Bravo!
Entiendo que existe una justa demanda por una ciudad con otra valencia. La que tuvo, la que vivimos hace algunas décadas. Una ciudad donde están el Aula magna y el Cerrito, el Pque. de Este y la Hacienda La Vega, no puede estar jodida por un fatalismo. Por cierto, el Avila, La Silla y el Naiguatá forman parte de la ciudad desde que se trazó la primera retícula urbana, y sus fundos anejos, sobre el valle de la flor del amaranto.
coño de pana no le encuentro nada bonito a caracas :-s pero nada!
Creo que dentro de unos cuantos años (no creo que pase de un lustro) se vera mucho mas bella, en cualquier calle de caracas se ven anuncios que dicen 300 viviendas dignas, 200 viviendas dignas, y me imagino en poco tiempo, ríos de aguas negras recorriendo la ciudad por el colapso de los drenajes y los apagones todos los días con duración de mas 12 horas por haber comprimido la densidad de población a los limites establecidos por el farruquito…