El hombre estaba allí, a mitad de la avenida. Pero no sabia a donde debía dirigirse. No recordaba algunas cosas, el menos recordaba su nombre, ¡Sanyer! <¿Que significa mi nombre?> Pensó. De pronto también recordó una fecha, y un lugar. Buscó en Google aquella fecha, el BlackBerry decía: Continúe caminando, no se detenga, evite el contacto visual con las personas, no se dirija al sur de la ciudad. desconecte el GPS. Tenia que tomar una decisión, no podía quedarse todo el día parado en medio de la acera. ¿ Debía ir a la izquierda o a la derecha? Entonces decidió ir al centro de la ciudad. Alguien le había inyectado 500 miligramos de amnesia. Su mejor arma: el presente.
Estaba por comenzar una gran batalla, los soldados informáticos se alistaban para el combate. Batallones de Hacker, divisiones de virus. El momento de la información y la desinformación. Sin ultimátum, el bombardeo comenzó a las seis de la mañana, aviones de mentira lanzando bombas de verdad. Los buenos atacando, y los malos recibiendo el ataque, pero del otro lado se podía ver que los malos atacaban, y los buenos recibían el ataque. Un misil maniqueísta destruyó las dudas de las masas. Sanyer se colocó unos lentes infrarrojos para ver las mentiras en la noche.
Saldo: 76 computadoras heridas, 244 Pendrives muertos, 35 nidos de Twitter destruidos. En medio de la oscuridad el ejercito blanco seguía disparando comentarios en la web. Clarisa tuvo que rampar, ante una ráfaga de mentiras que impactaron contra una barricada de verdad. Desde la radio am del ejercito negro disparaban con una ametralladora oriental, los proyectiles tenían el nombre de una república, eran ensamblados en un reino, y revendidos por una dictadura. Una columna de tanques se aproximaba por la derecha. <Flanco izquierdo.> Pensó Clarisa, Sanyer corrió hasta una trinchera mental, para protegerse de un avión no tripulado que se estrellaría contra la realidad.
La artillería de fanáticos disparaba contra la tolerancia y la diversidad. Para atravesar la plaza del sur, Sanyer se disfrazó con el uniforme del ejercito negro. Clarisa combatía en el ciberespacio para distorsionar la realidad. Hablaba de mentiras, sin decir nunca la verdad. Todo lo que decía siempre significaba lo contrario.
-¿Estas hablando en serio?- Le preguntó Sanyer a Clarisa.
Clarisa no lograba entender a Sanyer. ¿Cual era el problema de inyectarse 500 miligramos de racismo, 500 miligramos de política, y 500 miligramos de religión?
-Soy atea, porque dices que te hablé de religión?-
Clarisa tomó el uniforme del ejercito negro, y con el celular apuntó a una diana de color blanco.