23 de Enero. Fecha clave de la historia de Venezuela. De hecho, partió en dos al siglo XX. Antes habían dictaduras a diestra y siniestra. Después, instauramos la democracia. Fue una victoria civil, del pueblo, de la gente con ayuda de los partidos.
En cierta forma, nos adelantamos a la primavera árabe y le dimos una lección moral al continente, cuando era sometido por tiranías y gobiernos títeres desde arriba hasta abajo. Por ende, es la antítesis del 4 de febrero, cuyos promotores lo imponen sin éxito para celebrar una derrota y un movimiento arbitrario de tanquetas al margen de la voluntad del soberano.
En cambio, hoy festejamos el triunfo de la luz sobre la sombra de la seguridad nacional, el arte kistch, la muerte , la persecución política y el oscurantismo ideológico de los tiempos del fascismo militar, donde la disidencia era prohibida y condenada a la muerte.
Nuestros padres vencieron el miedo para reivindicar el sentido de la vida, aunque te suene cursi y trillado. A la postre, el ciudadano reclamo la sublevación como parte de la gesta heroica y romántica en pos de nuestra libertad. De ahí el silencio sepulcral del poder castrense, durante todo el día.
Ellos prefieren lanzar cohetes y despegar aviones para aplaudir el fiasco del golpe de estado de 1992. Ahora se preparan con el objetivo y el propósito de imprimirlo en la memoria a la fuerza, con bombos, documentales, platillos y demás. Pero su meta, su afán carece de futuro. Prohibido olvidar en el 2012 el suceso del derrocamiento de los dinosaurios, de los uniformados.
Compártelo y enmarcarlo en su debido contexto. No permitas su adulteración, censura y posposición. Disfrútalo y reflexiónalo de cara al presente. En realidad es una jornada de júbilo. Yo siempre la recibo con entusiasmo y optimismo. Volvamos a encender su llama de esperanza en la calle y por la red social.