Ya sé que «el mundo siempre fue y será una porquería». Lo fue en el 510, lo fue en el 2000, lo va a ser en el 2500. El siglo veinte fue «un despliegue de maldad insolente», y el veintiuno no va por mejor camino, según vamos viendo.
Quizá el problema más grande que tenemos hoy en día es que «¡Todo es igual!/¡Nada es mejor!» Aquí se acabaron los baremos, «No hay aplazaos/ni escalafón». Si uno por allá tiene la costumbre de matar a pedradas al prójimo, pues se le aplaude, porque es su cultura. Si el de acullá hace cualquier chorrada y la pone en la galería adecuada, eso es arte. A la mierda Miguel Angel y Leonardo.
¿El reguetón? es música. Ya se sabe: sobre gustos no hay nada escrito, con lo que Daddy Yankee y Mozart pasan a ser la misma cosa.
¿Confiscar, amenazar, insultar, reescribir la historia? Tranquilícese, mi amigo, que los adecos ya lo hicieron antes y por lo tanto es legítimo. No hay problema.
Las corridas de toros, son malas. Son tan malas que alguien que vaya a ver una, sea por ingenuidad, curiosidad o simple demagogia, debe ser execrado de la vida pública nacional. Pero es chévere echarle gas del bueno y peinilla a niños, jóvenes y al que se atraviese. Enseñar a los niños a odiar a los escuálidos, y quién sabe si en el futuro matarlos, eso sí es de pinga.
El respeto es un asunto pasado de moda. Hoy en día es cosa normal que dos hombres hechos y derechos pasen cerca de una hora insultando a una mujer en televisión, insinuando canalladas, amenazando. Para empeorar las cosas: en un canal público. Guapos y apoyados.
Hoy en día es mejor ser un delincuente mediático y aparecer en la TV como segundón y sigüí de otro delincuente, que servir humilde y dignamente al país porque, al fin y al cabo
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley…
Ernesto Sabato decía que esta canción es todo un tratado filosófico
Es el único tango que me banco. Buen artículo, Frank.
Gracias, Adriana y Mirco.
El caso de la dupla Mario Silva-Jorge Amorín me parece una vaina más allá de toda descripción. En una sociedad funcional, ese par estaría preso.
Espero que, cuando regrese la normalidad, esos dos pasen unos cuantos años en chirona.