(in)Seguridad.

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Como ha habido tanta queja de que todos critican y nadie propone, vamos a comenzar a proponer. Está bien, me convencieron. Aquí va un aporte.

Todo el mundo se queja de la inseguridad personal en Venezuela y en particular en Caracas. Todos los expertos coinciden en que el mayor problema en ese campo, es la impunidad. Supuestamente más del 90% de los delitos que se cometen en Venezuela, quedan impunes.

Aparentemente hay una multitud de causas para que eso sea así. En primer lugar: un Código Orgánico Procesal Penal (COPP) inaplicable y absurdo. Quizá bienintencionado en su momento, pero absurdo. Voces más autorizadas que la mía coinciden en afirmar que la criminalidad se ha disparado después de la aprobación de ese Código y la derogación de la llamada Ley de Vagos y Maleantes, que no sé muy bien qué decía, pero que permitía la realización de redadas cada tanto y que se llevaran a El Dorado a un montón de gente que no estudiaba, ni trabajaba.

Otro problema parece ser la carencia de personal en el sistema. No hay suficientes policías, no hay suficientes fiscales, ni suficientes jueces. Cuando hablo de policía, me refiero a policías administrativas, preventivas, represivas y de investigación. No tengo estadísticas a mano, pero he visto muchas veces a los alcaldes quejándose: «es que tengo X policías y necesito 2X para custodiar el municipio», y he leído a expertos como Fermín Mármol García diciendo «es que hay Y número de efectivos en el CICPC y hacen falta «5Y».

Como todo, es cuestión de real. Si tú quieres tener personal de calidad y en cantidad suficiente, necesitas poder pagarles bien. Hace falta billete.

Empezando con los policías: no tienen un buen sueldo, ni son apreciados por la sociedad. Entonces sería estúpido que un joven inteligente, capaz y con buenas calificaciones, optara por una carrera policial. Pasa lo mismo que con los maestros y los profesores de bachillerato (y está pasando con los universitarios), que perdemos a la gente más capaz.

Por mucha vocación de servicio que uno tenga, si el sueldo es malo y la sociedad te ve peor que a un delincuente… olvídalo. Algo similar ocurre con los fiscales de tránsito, que no son policías pero deberían serlo. A un fiscal no lo respeta nadie y además cobra una mierda de salario.

Entonces es necesario que al policía se le de un buen sueldo (entre 10.000 y 15.000 Bs. al mes, empezando), que le permita vivir en una buena zona, donde no esté rodeado de malandros. Desde luego, si vas a tener policías tan bien pagados, tu proceso de selección tiene que ser impecable. Que no cualquiera pueda ser policía, que la gente tenga que competir, que tener curriculum, para dedicarse a eso. Que tengan una carrera universitaria, cursos… Por supuesto, aparte del sueldo tienes que darles la posibilidad de ascender hasta el punto más alto de la organización policiaca. No se van a pasar la vida patrullando las calles.

Pero aparte del sueldo, habría que emprender una campaña institucional donde se le devuelva cierta dignidad a la figura del policía. Recuerdo que hace años las policías de los municipios Chacao y Sucre del Estado Miranda eran vistas de forma muy positiva por la gente. De hecho, cuando Enrique Mendoza siendo alcalde de Sucre fundó la Policía Municipal, esta se convirtió de inmediato en una referencia en cuanto a cuerpos policiales. Fue incluso la inspiración para fundar Polichacao, que en su época era reconocida como una excelente policía. Todo eso lo destruyó el hijo de José Vicente Rangel cuando llegó a al Alcaldía. Y la policía de Chacao no es que esté mucho mejor ahora gracias al incompetente de Emilio Graterón.

La policía de Chacao tiene además un gran inconveniente y es que la mayor parte de su personal, no vive en el municipio, con lo que se pierde el sentido de compromiso con la comunidad. No son vistos como «vecinos» sino como forasteros.

En fin, el policía no sólo debe ser bien pagado, también debe sentir que su trabajo es apreciado por la colectividad. Hoy en día no pasa ni lo uno ni lo otro, con lo que no puede ser una sorpresa que un joven honesto, preparado e inteligente ni siquiera considere la posibilidad de ser policía, cuando llega al momento de escoger una carrera.

Puede que para patrullar las calles no hagan falta personas con PhD, pero para una buena policía de investigación, sí. Hace falta gente preparada, formada e inteligente. Además hacen falta laboratorios, recursos. De nuevo, el asunto del presupuesto. Hoy, por no tener, la policía judicial no tiene ni patrullas.

En cuanto a los jueces y fiscales, de verdad, no sé cómo serán hoy en día las cosas. Supongo que se aplica lo mismo. Me imagino que a un joven abogado le resultará mucho más rentable dedicarse al libre ejercicio de su profesión que trabajar en el Ministerio Público. De no ser así, sobrarían los fiscales.

La situación debería ser tal, que a la hora de entrar a la universidad, la gente entrara a estudiar Derecho pensando «cuando me gradúe, quiero ser fiscal» o «cuando me gradúe, quiero ser juez». Los egresados en los primeros puestos de las promociones de Derecho deberían desear fervientemente obtener un cargo de ese tipo. ¿Es esa la situación actual? No lo sé, pero lo dudo mucho. Si lo fuera, no habría déficit de personal en esa área.

Pero, para tener suficiente real, el Estado venezolano tiene que desprenderse de un montón de obligaciones que no son de su competencia. Basta de fabricar cabillas y cemento, basta de hacer de empresa constructora, basta de hacer de proveedores agropecuarios, basta de tener bancos y aseguradoras. Que se desprenda de siderúrgucas, minas de oro, telefonía, electricidad. Que se quede solamente (y eso por ahora, porque la plata de verdad hace falta) con el lucrativo negocio petrolero para que así pueda invertir en infraestructura y en los verdaderos sectores que le competen: Salud, seguridad y educación.

¿Que es «el típico discuros neoliberal»? No lo sé. Lo que sí sé es que hay que ser bien imbécil para despachar ideas y propuestas etiquetándolas con clichés.

En fin, lo dejo a consideración de vosotros, ilustres panfleteros.

Salud.

6 Comentarios

  1. Leí con mucha atención tu artículo. Podría decir que estoy casi en su totalidad de acuerdo con lo que dices, en cuanto a lo inmediato, pero creo que te quedas corto al abordar el tema. Según entendí la solución al problema de la inseguridad es que hayan más y mejores leyes, más y mejores policías, más y mejores jueces, más y mejores fiscales, más y mejores cárceles… Es decir, con tan solo a través de la coerción, pero sin modificar las causas de la inseguridad, es como más y mejores pastillas para el dolor de cabeza pero sin atacar o buscar las causas del dolor de cabeza. El problema de la inseguridad es sistémico, y dudo mucho que con sólo la pastilla para el dolor de cabeza se soluciona.

    Y con respecto a la ley de vagos y maleantes, el problema es que era, cuando se aplicaba, muy clasista, sólo se llevaban a los «cara e’ malandros», pero no se supo que se llevaran a los «ladrones o matones finos» o «elegantes» o «caras bonitas», que también los hay.

    Pero está bueno el intento, falta darle más profundidad al tema.

  2. Claro, las causas.

    Prometo que esas soluciones a largo plazo quedarán claras cuando termine la serie de artículos en los que delinearé mi «programa de gobierno», por llamarlo de alguna forma, ya que nunca he tenido ni tendré aspiraciones políticas.

    Si es poco profundo, puede deberse al hecho de que no soy experto en el tema. Solamente comento a partir de lo que veo en mi entorno y lo que leo en los periódicos. Es la opinión de un ciudadano de a pie, como todo, perfectible.

    Gracias por comentar.

  3. «Según entendí la solución al problema de la inseguridad es que hayan más y mejores leyes, más y mejores policías, más y mejores jueces, más y mejores fiscales, más y mejores cárceles…»

    Para dejarlo claro: No es LA solución, pero sí parte de ella.

  4. Vale, y si me convences voto por ti.

    Hablando en serio, creo que la base de todo es algo que está trilladísimo pero es muy cierto: la educación, pero no sólo la educación formal, sino todo lo que educa, o des-educa, como la familia, los medios de comunicación masivos, los discursos políticos y un largo etcétera, sin dejar de lado el aspecto económico desde luego, que, insisto, tienen mucho que ver y mucha responsabilidad, en el tema de la inseguridad.

  5. Es fácil ponerse romántico, pero la delincuencia es como cualquier otra actividad económica: una cuestión de oportunidad. Si existen muchas oportunidades de dedicarse a eso y es rentable, más cantidad de gente estará dispuesta a echarle bolas. O sea es una simple relación riesgo/ganancia. Venezuela es Zona de riesgo 0 o algo muy parecido…

  6. Buen resumen. Lo primero es elevar ese riesgo a casi 100%. Que no se quede impune el noventa y pico de los crímenes, sino que se castiguen casi todos.

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