Pablo Pérez: Azul por Fuera, Blanco por Dentro

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Fondo azul. El mismo de Eduardo Mendoza y tantos otros candidatos de la vieja escuela de la guanábana. ¿Por qué no el verde o el blanco? Nos quieren esconder su origen y fundirlos con el tono representativo de la inteligencia, el conocimiento, la profundidad del océano y la filosofía. Irónicamente, nada menos cercano al imaginario político de Pablo Pérez, cuya demagogia dibuja un perfil estético de oscuridad y carencia de matices.
El hombre tira hacia el gris, aunque es de corazón adeco y espíritu de Manuel Rosales, candidato derrotado para las elecciones presidenciales.
En el sistema de los Chakras, el azul encarna los valores del crecimiento, la expansión y el habla. Pero tampoco son talentos heredados y manejados por el pobre discurso verbal y kinésico del hombre del Zulia, a quien lo sometieron a una terapia de desarrollo del carisma, para ablandarlo y refrescarlo.
Igual se perdieron los reales de su inversión en cambio de imagen, porque el caballero sigue siendo tieso, posado y ensayado. Sus nuevos gestos nunca lograron calar, como era esperado, y en cambio, pasaron a engrosar su galería populista de clichés desgastados, solo superados por sus consignas vacías y predecibles.
Finalmente, con su fondo azul, busca aproximarse al electorado joven, acostumbrado a mirar al cielo y a deleitarse con el diseño de la página de Mark Zuckerberg.
Por desgracia, hasta ahí llega su contacto con la red social, donde se apoya por mero interés. En consecuencia, pierde el favoritismo entre la masa consumidora de la web 2.0.
En resumen, su propaganda devela la máscara de un poder anticuado a vencer el día de mañana.
De ganar nos aguarda un futuro incierto.
Prohibido olvidarlo.

1 Comentario

  1. Parece que razón no le faltaba a los chavistas cuando tildaban a Pablo Pérez de «títere» de Manuel Rosales, sin ir muy lejos ahí está el sobrenombre de «Bernardo». Y es que, si nos ponemos a ver, UNT es como que más de lo mismo que ya teníamos con AD y COPEI. Muy poca gente la considero «salvable» (¿Delsa Solórzano quizás?) de ese partido nuevo que sin embargo parece optar por la misma cultura política de los llamados partidos tradicionales. En todo caso nunca me agradaron demasiado, y menos después de las reacciones que mostraron varios de sus líderes tras el anuncio de la alianza Capriles-López, para mí los dejaron en evidencia.

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