Ya las cartas de los apostadores parecen echadas, como el año pasado con “Discurso del Rey”. Por lo visto, en el 2012 tampoco habrán mayores sorpresas en los resultados de la próxima ceremonia del Óscar. Sin embargo, siempre nos quedan esperanzas vanas por descubrir algún resquicio de diversidad y diferencia en medio de una gala tan uniforme, plana y predecible.
Reflejo de los contenidos hegemónicos de las cintas en competencia, salvo contadas excepciones, como “Pina 3D”, “Una Separación” y “Árbol de la Vida”(a pesar de su desenlace trillado y optimista en la orilla del mar de la felicidad).
Terrence Malick, el mejor director del grupo, no ganará la estatuilla. Menos los excluidos de la fiesta por razones de corrección política: Lars Von Trier(“Melancolía”) , Nicolas Winding Refn(“Drive”), Roman Polansky(“Carnage”), David Cronenberg(“Método Peligroso”), Tilda Swinton(“We Need to Talk About Kevin”) y Michael Fassbender (“Shame”), víctimas de la autocensura y la inquisición puritana de los torquemadas de la academia.
6000 señores blancos y mayores de 60 años elegirán por todos nosotros. Vaya desequilibrio. Por tanto, reconocerán a las demás razas por un asunto de trámite, de guardar las formas y las composturas.
En efecto, la gala del domingo intentará fungir de cortina o de tapadera de muchos problemas ignorados y omitidos por las piezas a glorificar: la guerra, el tenso clima del presente, la polarización entre republicanos y demócratas, la primavera árabe del tercer mundo, los enormes daños colaterales de la depresión económica, el surgimiento del movimiento indignado en las narices de la civilización occidental, el derrumbe del Euro y del Dólar, las falencias de la gestión Obama y la crisis de la propia industria ante su batalla perdida contra los piratas de la web.
Por consiguiente, se celebrará una gala en tributo y homenaje estratégico al pasado de la meca y de la historia del cine, pero no en versión de crítica al estilo de Román Gubern y Keneth Anger, sino de relato de autoayuda y superación de la adversidad.
Entonces, pare de sufrir los estragos de la discriminación con “The Help”, los fantasmas del once de septiembre con “Extremely loud and incredibly close”, las pesadillas del belicismo posmoderno con “War Horse”, los reveses de la maquinaría deportiva con “Moneyball”, los temores sobre la muerte con “The Tree of Life”, los estragos por los cambios tecnológicos con “El Artista”, las perversiones del espectáculo sembrado por George Mélies con “Hugo” y los golpes del destino de las familias disfuncionales con “Los Descendientes”.
Solo “Medianoche en París” escapa de la norma al burlarse, precisamente, de la pretensión de encubrir los traumas del presente debajo la alfombra del pasado, aunque ella misma contribuye a reconfirmar la tendencia en boga, al adaptar un tono de sueño idílico de fuga en la ciudad luz.
Incluso, “El Topo” nos miente descaradamente al rescatar a una institución en vías de decadencia como la inteligencia británica. Gary Oldam la limpia por dentro y la salva del hundimiento.
De ahí también el éxito y la promoción exagerada del discurso anacrónico de reivindicación de “La Dama de Hierro”. De ganar su actriz, Meryl Streep, presenciaremos uno de los momentos injustos y moralmente despreciables de la noche. Es darle la estatuilla a la “señora” por encima de la “criada”.
Indirectamente, premiarán a la hegemonía de los Hermanos Weinstein, los caballeros de la tabla redonda, los hombres blancos de las sombras, detrás de la distribución y producción de las favoritas y consentidas de los especuladores de las Vegas. En pocas horas, descubriremos si la tragicomedia silente de ellos se impone durante el festejo del antiguo Teatro Kodak, otro cascarón vacío explotado por la burbuja de la bancarrota masiva. Espacio digno y apropiado para poner en escena el teatro, el baile de máscaras conducido por el bufón de Billy Cristal al servicio de Brian Grazer, quienes con humor justificarán el reinado de la impostura, el doble rasero y la hipocresía.
A continuación, nos prestamos al juego de proponer y cerrar el trato de la quiniela prometida, según los pronósticos y las predicciones al uso. Crucen los dedos por su candidato de confianza. Mantenga los pies en la tierra. Asuman con conciencia las incongruencias del show. Al final, es la meca ensalzándose así misma, cual élite y monarquía rococó en acto protocolar. Fantasía kistch de usar y tirar. Cursilería solemne a no tomarse demasiado en serio.
En adelante, la mecánica es simple. Pongo la categoría y al lado los posibles contendientes para recibirla. Apenas excluyo un conjunto de las nominaciones específicas. Es todo.
Mejor guión original: Woody Allen por “Medianoche en París”, de costa a costa. Con opción, las demás. Mi candidata sentimental: “Damas en Guerra”. Oscar ya para Kristen Wiig. Mi amor platónico.
Mejor guión adaptado: Alexander Payne por “Los Descendientes”. Atención, es uno de sus trabajos menores.
Efectos especiales: batalla entre “Hugo” y “Rise of the Planet of the Apes”. Cualquiera de las dos, lo merece.
Canción original: “Man or Muppet” de “Los Muppets”. De ganar “Río”, apago el televisor.
Música original: Ludovic Bource por “El Artista”. Una locura. Ojalá lo pierda con Alberto Iglesias o John Williams.
Película de habla no inglesa: “Una Separación”. Pero aquí nunca falta una decisión arbitraria e inesperada.
Maquillaje: “Dama de Hierro” o “Albert Noobs”. La guerra de las divas en su primer round. Meryl quiere desdibujarle el rostro a Gleen. La inclusión de “Harry” es una falta de respeto. Nadie se lo cree con su maquillaje de viejo.
Edición: “El Artista” o “Hugo”. No hay para donde coger.
Documental: “Pina 3D”. A la academia le sube el caché consagrar a Wenders.
Dirección: Scorsese o Hazanavicius. El protector de la infancia abandonada en contra del preservador de la memoria.
Dirección de arte: Dante Ferreti por “Hugo” o Laurence Benneth por “El Artista”.
Fotografía(puros duros): Suenan Robert Richardson por “Hugo” y Guilliame Shiffman por “El Artista”. Prefiero a Emanuelle Lubezki por “El Árbol de la Vida”.
Animada: “Rango” o “Chico y Rita”. Así de simple. La segunda sería la sorpresa. Colearon a las dos de Dreamworks porque la de Pixar fue un desastre(“Cars 2”). Ponte las pilas, Mickey Mouse.
Actor secundario: Christopher Plummer por “Beginners”. Max Von Sydow le ronca en la cueva. Un empate contentaría a la aldea global(de la tercera edad). El Parqué Jurásico defiende su nicho.
Actriz secundaria: Octavia Spencer por “The Help”. ¿Alguien lo duda? Sea como sea, todos respaldamos a la pana de “Bridesmaids”.
Actor principal: la guerra de los galanes en crisis. Jean Dujardin reúne las condiciones para subir al podio( con su perro). Apenas George Clooney puede aguarle la fiesta( por llorar lágrimas de cocodrilo).
Actriz principal: Meryl Streep o Viola Davis. Yo voto por Glenn Close. Un fastidio si triunfa “La Dama de Hierro”. Insisto, apoyo a la empleada doméstica, no a la patrona. Cuestión de principios.
Película: “El Artista” o “Hugo”. Con aspiraciones de lograr la proeza: “The Help” y “Los Descendientes”. Batacazo: “El Árbol de la Vida”.