Una nueva forma de literatura

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http://www.youtube.com/watch?v=dvc8Nmp-CP0&feature=youtube_gdata

 

Presentación

www.hyperville.com.ar  es una novela web en donde se despliega la historia de Hyperville no a través de capítulos, sino por medio de links que abundan en cada página con un aire a murmullo de chusmerío.

El lector podrá seguir la historia a partir del click que desee, desarrollando una nueva obra en cada lectura. Además, podrá encontrarse con audios, videos e imágenes. El soporte multimedia permite así que también la literatura se apropie de nuevas voces.

www.hyperville.com.ar pertenece al grupo de obras que son y no son novelas. Son, a la vez, novelas y antinovelas. Es una novela porque mantiene la estructura introducción-desarrollo-desenlace, pero, principalmente, es una antinovela porque la relación introducción-desarrollo-desenlace se presenta diseminada, disgregada, involucrando de esta manera al lector en una serie de procesos y formas de lectura que desbordan los moldes de la novela, generando así una nueva forma de literatura: la literatura 2.0.

www.hyperville.com.ar es un proyecto independiente y enteramente pulmonar.

Espero que se tomen un tiempito para visitar esta novela web y, si les gusta, que la difundan.

 

Inicio: Brasas de la noche
Viernes 3 am en Hyperville.
Garúa.
Garúa y no alcanza para sofocar el fuego voraz que consume a la casa.
Una casa se incendia en la calle 10 de Hyperville.
Enfrente, la brasa de un cigarrillo es lo único que delata al hombre con sobretodo que mira el incendio fumando desde la sombra enorme de un sauce.
Un auto estacionado en la vereda de la casa que se incendia es el respaldo
intermitente de la espalda de Luna, que se balancea, sentada en la vereda, mirando el
incendio.
Un auto agarra la calle 10 en la esquina de la calle de la casa que se incendia. Venía por la calle 25. Tal vez dobló porque se dio cuenta del incendio y quiso chusmear qué pasaba. Gabriel no se da cuenta de que hay un hombre fumando, mirando el incendio
que devora la casa, apoyado en un pilar de la casa de enfrente, bajo la negra
enormidad que emana un sauce de noche.
Se baja del auto, se agarra la frente con empatía, llama al 911.
Luna deja abruptamente de estar sentada en la vereda; se para y sale corriendo.
Gabriel guarda su celular en el bolsillo de su campera pensando que se le puede caer
de ahí fácilmente, pero no tiene ganas de esforzarse para hacerlo entrar en el bolsillo de
su jean ni tampoco tiene ganas de estar incómodo por la seguridad de no perder el celular, a fin de cuentas, está medio viejo y anda medio para el culo.
Ve a una mujer salir corriendo desde el piso (¿?). No sabe si seguirla o esperar a los bomberos.
Por las dudas, se va para su casa.
La puerta de la casa que se incendia se abre, una anciana en llamas grita, saliendo de
la casa. Se cae a los dos pasos.
Eusebia se desmaya y muere carbonizada.
El hombre que fuma enfrente da su última pitada, deja caer el cigarrillo en la vereda de la casa de enfrente, lo aplasta, moviendo la suela de su zapato izquierdo para
apagarlo y se va.
Barthaloth llega a la casa que se incendia, mira el cuerpo de Eusebia, mira el
incendio.
Luego, llega la policía acompañada por los bomberos.

 
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Mi nombre es Hernán Dambrosio, tengo 26 años y hace unos 11 que escribo. Soy Profesor de Letras desde fines del 2010. Empecé escribiendo cuentos, luego me volqué hacia la poeasía; hace varios años que experimento una poesía narrativa que pretende apoderarse del blanco de la página y llenarlo de temporalidades y entrecruzamientos de versos, personajes, hechos, etc. De mis primeros años escribiendo, sobrevivieron dos obras: una novela hecha de trama, cuentos y poemas (La vie en Blue; 2004) y un libro de cuentos y poemas sobre lo poco original de llamarse Juan (Todos los Juanes del mundo; 2005). Luego, escribí un poemario (Me fumé la soga del cuello; 2006), una novela en 10 poesías y 3 nouevelles (Música de coma; 2008), un poema-novela (El inacabable cortejo de termitas por el árbol de la vida, 2009) y un poemario (Meando elefantes; 2010). Entre 2007 y 2009 fui codirector de la revista literaria Finisterre, que, luego de su segundo número, mutó en la revista de cultura y literatura Gato Blanco, que ahora tiene ínfulas de ser una página web. Autodité en cd unos pocos ejemplares de Música de coma en el 2008 y en el 2009 autoedité Singing in the brain, comprándole el packaging a una imprenta por el precio de mis ojos. Abrí y cerré blogs, naufragando disfónico en un océano de voces y voces y voces. Sólo busco un puerto para leerle a las sirenas.

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