Cunde el pánico entre las filas del chavismo. Hasta hace nada, yo era bien escéptico frente al relato mediático del cáncer del presidente. Lo sentía demasiado melodramático, manipulador y folletinesco, casi como el guión de una película “choronga” de Memo Arriaga, enferma de importancia y solemnidad, condenada a culminar en un final feliz, donde el adolorido personaje se redime delante de los suyos o resucita de sus escombros, tras sufrir un calvario de padre y señor nuestro.
En efecto, el comandante es, por experiencia propia, especialista en la materia. Su libreto personal así lo avala: sobrevivió a sus muertes anunciadas del 4 de febrero, el once de abril, el paro petrolero, el referéndum, a los mentados magnicidios y pare usted de contar.
De ser escritor, Hugo le haría la competencia a Leonardo Padrón, otro maestro en hacer de su existencia un cuento posmoderno, entre el género de misterio y la técnica del suspenso, el romance enlatado y la teoría de la conspiración, la espada y la pared.
Ambos son víctimas de sus fantasías proyectadas en la televisión. De ahí su eterna necesidad de atención, de figurar en la palestra, aunque sea para despertar lástima, tristeza o molestia.
Por ende, me costó creerle, comprarle la moto de su última calamidad al Teniente Coronel. Sin embargo, las pruebas de la pantalla chica, no mienten.
Soy crítico de cine y puedo distinguir una diferencia mínima de kilos, desde el pasado hasta el presente. Pero ahora, fruto de la sobreexposición de la imagen del líder de la revolución, cualquier mortal y ciudadano sabe distinguir el grano de la paja como consecuencia de las enormes evidencias audiovisuales suministradas por el mismo protagonista, de un tiempo para acá.
Ni hablar de los niños. Para ellos, el jefe de estado no sólo anda desnudo, sino camino a personificar una de sus fantasías de video juego, al estilo de “Walking Dead”. Lo asumen como un fantasma, como un espectro de una cinta de terror de bajo presupuesto, como un zombie, mientras sus fanáticos sueñan con la posibilidad de embalsamarlo o curarlo en Cuba, nunca en su país.
Vaya paradoja la de un hombre supuestamente identificado con las banderas de los padres fundadores de su patria. Por desgracia, las células malignas también dejaron al descubierto su impostura nacionalista.
Un verdadero prócer de la república no se lo hubiese permitido, ni siquiera en el mejor hospital de Houston. Se habría tratado, como Ceratti, con los doctores de su pueblo, de su terruño, apostándole al talento y la tecnología criolla.
Lamentablemente, el panorama actual es diferente y debe remitirse al cuadro de Fidel en la Habana, lisiado por la incapacidad de sus doctores de la isla. La historia de la ejemplar medicina de allá, es un pequeño mito, atestiguado por nosotros en el reten femenino de Yoani Sánchez. Aplican métodos pasados de moda y cometen errores a diestra y siniestra, al calor de un sistema burocrático enorme e inoperante, al borde de la crisis.
Los Castro venden la mentira del paraíso de la clínica ideal del mar de la felicidad. No les recomiendo experimentar sus estragos de cuerpo presente. La ingenuidad, la inocencia y la confianza del militar en los quirófanos de la mentada perla del Caribe, lo llevarán a la tumba, junto con su faro de Alejandría, el barbudo mayor, controlado por su mando inferior a la manera de un muñecote, de un títere. Igual suerte corre el señor de los anillos de Miraflores.
Entonces, lo someto al pedestre examen de la comparación y quedo en shock. Lo observo el día de la salida de su primera intervención. Lo vuelvo a contemplar en la jornada de despedida de la semana pasada, rumbo a su segunda operación. Me consigo con un paisaje distinto, con las sombras del retrato heroico del pasado inmediato, con una suerte de espejo deforme de Mickey Rourke, desfigurado por la quimio en lugar de los esteroides y el botox. Me asombro en las narices del reflejo distorsionado del vano ayer. No hay atisbo y espacio para la duda. Canuto está mal, señores.
Por supuesto, sus propagandistas aprovechan la coyuntura para utilizarla como argumento político de su campaña electoral, administrada por Mary Pilli Hernández, pareja de Ángel Palacios.
Ella fracasó en sus gestiones como directora de VTV y Canal I. Él es el autor de las principales biografías épicas al servicio del mandamás del PSUV. ¿Un anticipo de lo peor? Sea como sea, los dos intentarán plegarse al lenguaje demagógico al uso, para llegar con éxito a la meta del 7 de octubre. El problema es su falta de creatividad.
Arrancaron con un espectáculo triste en el Teatro Teresa Carreño, similar al de un velorio o al de una pavosa reunión, previa a la defunción del agasajado de la noche. Me recuerda a George Clonney en la escena cumbre de “Los Descendientes”, cuando convoca a su familia para darles la noticia de la partida de su esposa. Discurso van y vienen al son de caras largas , lágrimas de cocodrilo y pataletas de ahogado.
En paralelo, el canal Ocho se convierte en una tribuna abierta para el griterío exacerbado de mensajes de amor hacia el afectado. Aun así, las auténticas noticias deben brillar por su ausencia.
Al vacío informativo lo llenan con las inquisiciones de Mario Silva, las reflexiones inanes del teórico pedante de “Cayendo y Corriendo”, las fastidiosas muestras de cariño de Tania Díaz y las disparatadas entrevistas de Vanessa Davies, un ejemplo de la prostitución del oficio y de la perversión del trabajo del periodista, con el objeto de fungir de vehículo para la exhibición de una marca registrada.
La procesión sigue por dentro y los reporteros de VTV fingen demencia, bajo la mampara del carnaval de disfraces permanente.
La ausencia y el hermetismo se combaten con Twitter, al costo de imponer un clima de incertidumbre perpetuo, administrado y potenciado por el poder de turno.
Gozan sembrando el pánico y desestabilizando a la gente. Emprenden la guerra cibernética y de cuarta generación, para adelantarse a los próximos teatros de la confrontación. Se preparan a base de puro ensayo y error.
Las cadenas de sucesión mueven sus fichas, aguardan a la calladita y esperan por los resultados, para fijar posición. Si adelantan un paso en falso, les cortan la cabeza. De allí el imperio del tabú en el seno de la nomenclatura.
Ojalá los civiles resuelvan el entuerto.
Los uniformados deshojan la margarita. Te quiero, no te quiero.
Los corruptos intentan limpiar sus evidencias y planificar sus negocios de cierre de temporada.
Varios saltan la talanquera, de la izquierda a la derecha.
Es un deber moral, plantarles cara y resistirles.
Me declaro en defensa de la democracia.
Vamos a contarnos.
No escurran el bulto.
Definitivamente, el 12 de febrero marcó un punto de inflexión.
Estoy empezando a creer que estamos en el comienzo de una transición, por los momentos incierta. Hay bastantes evidencias del mal estado de Chávez, y sin Chávez nada, por lo menos en el chavismo: se desintegra, no tiene a nadie como relevista o bateador emergente. Les queda tratar de arrebatar por algún subterfugio legal, el ala civil, o por la fuerza, la militar. Esa es la parte que me inquieta: ¿Los gorilas se quedarán tranquilos, viviendo de lo que han podido acumular, o tratarán de quedarse con el coroto?
Las teorías van y vienen y se confunden con los rumores. Una versión que oí de primera fuente es que si Chávez va a elecciones, gana; si no va, no habrá elecciones, se buscarán todos los mecanismos legales, paralegales e ilegales para suspender las elecciones hasta que los beneficiaros de 13 años de saqueo tengan la seguridad que no serán perseguidos. Es decir, que al final resultará mejor que no se nos muera…
Don Mirco, no sé si esto se puede llamar «transición», ¿transición a qué o a dónde?, estamos tan metidos dentro de los espejismos que nos montan todos, de lado y lado, que será un duro carajazo cuando nos demos cuenta que todo lo que nos mostraban, y cuando digo todos es todos, de allá y de acá, los rojos, los azules, los verdes, o los policromos, era pura arena, y ni siquiera una gota de agua nos dejarán porque unos u otros, quienes sean, se llevaron todo.
Tomado de Wikipedia: Una transición es la acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar, a otro muy distinto del anterior. Representa un cambio de un estado a otro.
Estoy de acuerdo, Mirco.
Un abrazo!
la transición que veo en venezuela: de pasar de la chingada a estar en la chingada, con otras caras y más o menos otros discursos.
No es verdad. Solo si nos dejamos arrastrar por el escepticismo y el conformismo de personajes como tu.
bueno, si de veras creen que el otro man significa un «cambio»… ya sé, lo que pasa que están en la etapa de «enamorados» con mister melindre, y claro, el amor es ciego.
Esa es una posición cómoda, ya que estamos jodidos y siempre vamos a estar jodidos, no hagamos nada. Si Chávez se muere o pierde habrá una transición, hay que ser muy ingenuo o muy cínico para pensar que la reconstrucción no pasa por la salida de Ch.
no es hacer nada, es no creerse que vendrá la paz y el amor, como los enamorados que se creen en el amor-para-siempre con otro man que su historial deja mucho que desear, tanto me recuerda la «esperanza de cambio» que representó CAP en su segundo periodo, o la «esperanza de cambio» que el mismo chávez representó en el 98-99… y si es una mierda estar con el fidel, con los chinos, con mamud, con las farc, también es una real mierda juntarse con calderón y fox, con uribe, o con aznar y rajoy… por eso es que esa «esperanza de cambio» con mister melindre es pura agua de borrajas.
Cualquier señor es preferible al presidente actual.
ah, sí, ya he escuchado eso antes… hasta el chapulín colorado… bro, ese infeliz e insulso argumento se lo acepto del chofer del autobús, pero de vos?
Podemos pensar y creer lo que sea, hablar paja y suponer esto o aquello, pero hay una cosa absoluta en la vida y es la muerte! Chavez tiene 2 escenarios para perder: o pierde las elecciones o pierde la vida, cagados deberiamos estar todos por la segunda posibilidad. No sé si alguien se ha puesto a pensar en serio que coño va a pasar en este país si ese pendejo se nos muere, antes o despues de las elecciones, da igual si gana o pierde si despues se muere. La oposición nunca ha servido para nada, nunca le podran ganar a Chavez pero la muerte si, eso es algo con lo que nadie contaba hasta hace poco. Cualquiera de los escenarios es horrible porque hay un país malandro que no se va a calar que le quiten su Chavez. No hay Elias Jaua, Nicolas Maduro, Diosdado Cabello que pueda con eso! Asustense, sin Chavez lo que viene es candela pura!
Yo no creo en el Coco, estimada.
No le tengo miedo a ningún escenario.
Si muere, hasta luego.
El país lo puede sobrellevar sin ningún problema. Dejemos el drama.
«Cualquier señor es preferible al presidente actual.» Esta afirmación es muy abstracta…
Pobres de aquellos que se aferran al modelo actual, un modelo autoritario y descuidado en cuanto a las necesidades del pueblo, y no digo que el que venga vaya a mejorar el desastre, pero de todas formas ya fue, ya de chávez hubo mucho y con pocos resultados, claro esta que si se muere los aliados a el no van a querer ir a prisión, algun plan «B» habra que aun no sabemos
Difiero bastante de todas las visiones tipo «cliché», así como de las todas las versiones románticas y fatalistas de lo que podrá ocurrir, decir que «No sé si alguien se ha puesto a pensar en serio que coño va a pasar en este país si ese pendejo se nos muere, antes o despues de las elecciones, da igual si gana o pierde si despues se muere» demuestra una profunda miopía e ingenuidad política, de hecho, estimo que el mejor escenario que podría ocurrir en Venezuela es que pierda las elecciones y luego el cáncer termine de hacer su trabajo: pasaría a la historia doblemente derrotado y se eliminaría la posibilidad de crear un mártir alrededor del comandante derrotado en elecciones.
Que pierda las elecciones y luego la vida podría ser lo menos traumático en términos de la transición inexorable que se avecina.
Pues a mi si me tiene paranoica la posibilidad de que se muera, no por el gobierno y su funcionariado sino por la reacción del «pueblo», hay demasiada carga emotiva aún contenida en sectores llenos de armas y de gente que no tiene más nada que perder si pierde a Chavez. La oposición sigue jugando al marketing de oficina y cobarta con Capriles y en esos cerros pa’ dentro lo que hay es rabia que jode. Paradojicamente a pesar del discurso de odio de Chavez hacia la burguesia y la clase media, es el mismo quien contiene y aguanta ese odio que se expresa mayormente en esos sectores, pero sin ese muro de contención que va a pasar? La policia de Miranda no se mete en una invasión de un edificio en el este que hay que mandar a la guardia nacional, como creer que capriles o cualquiera de los encorbatados de oposición va a poder con la jauría que se va a desatar? Ingenuidad politica la del que no sabe lo que se cocina en los barrios!
Si se roban mil casas en el Ministerio de la Vivienda, «una invasión no tiene sentido».
Habría que convencer de esto, a los invasores ligeros, y así los invasores duros quedarían desarticulados. Luego habría que intervenir el Ministerio de la Vivienda, y ofrecer una administración transparente y menos corrupta para que alcancen las casas para la mayoría, esto aquietaría a los invasores ligeros, el resto para pasar la pagina de las invasiones en Venezuela seria: Que un nuevo gobierno haga casas con un saneado Ministerio de la Vivienda, y que también ese nuevo gobierno haga alianzas con las constructoras privadas.
«hay demasiada carga emotiva aún contenida en sectores llenos de armas y de gente que no tiene más nada que perder si pierde a Chavez»
Si ya Chávez hubiese perdido PREVIAMENTE las elecciones, Chávez + el chavismo estarían MORALMENTE derrotados. Los que no tienen nada que perder no son nuevos en Venezuela, son los mismos del 27F. El 11 de abril de 2002, cuando Chávez tenía 60% de aceptación y apenas 3 años en el poder, ¿cuántos millones de personas bajaron de los cerros a quemar las urbanizaciones de la clase media a pesar de todos los llamados de los dirigentes chavistas?
Insisto que aborrezco los fatalismos del tipo «los cerros van a bajar a quemarnos vivos a la clase media si Chávez se muere», mucho menos si Chávez muere DESPUÉS de perder las elecciones presidenciales. No hay que ser un genio para conocer el efecto desmoralizador de una derrota después de 13 años de promesas incumplidas, por otro lado una cosa es que a alguien se le ocurra estupidez de matar a Chávez y otra muy distinta que a Chávez lo mate un cáncer, ¿a quien(es) van a salir a buscar esos pobres desclasados y marginados para saciar su sed de venganza si al Comandante lo mata el cáncer? ¿Van a salir a buscar el cáncer para matarlo?
«Paradojicamente a pesar del discurso de odio de Chavez hacia la burguesia y la clase media, es el mismo quien contiene y aguanta ese odio que se expresa mayormente en esos sectores, pero sin ese muro de contención que va a pasar». Esta tiene que ser una de las afirmaciones más inverosímiles que he escuchado en años, ¿que Chávez es un muro de contención del odio? Por el amor de Jesucristo, ¡Chávez ha sido el principal motor de odio del país? No, si es que ahora va a resultar que el hombre es casi la Madre Teresa de Calcuta.
Hablando del Chapulín Colorado…
http://youtu.be/CqPd5gmEzlk
Es increíble como un grupo de personas se pueden resignar ante el mismo jueguito de siempre, «Cualquier señor es preferible al presidente actual.» ningún señor es preferible a ninguno, mientras este sistema sigue existiendo y una sola persona tenga todo el poder, seguirá repitiéndose la misma historia una y otra vez. Ingenuos los que presenciando esto siguen teniendo las esperanzas de cuenticos de hadas que les venden los medios.
Y siguiendo con el tema del infeliz e insulso argumento de “Cualquier señor es preferible al presidente actual”, eso me recuerda que cualquier bestia podía ser mejor presidente que Lusinchi, ese cualquier bestia que vino luego fue CAP, y ya sabés lo que pasó.
Ustedes podrían trabajar como productores de La Hojilla.
Especialistas en desviar la atención.
Puedas hablar sobre el tópico planteado, imbécil?
Tu opinión al respecto?
Se muere o no?
Y después?
Vaya.