– ¿Te sientes de verdad representado por alguno de los dos bandos?
– ¿Sabes cuál de los dos es realmente sincero?
– ¿Sabes cuál de los dos es más demagogo?
– ¿Sabes cuál de los dos es más populista?
– ¿Te parece realmente espontáneo que alguno de los dos cargue niños o bese viejitas en campaña?
– ¿Te sientes realmente tomado en cuenta por alguno de los dos?
– ¿Crees de verdad que alguno de los dos acomodará este país?
– ¿Le tienes realmente confianza a sus dirigentes, sean de uno o del otro bando?
Si respondiste NO a todas las preguntas anteriores entonces estás de nuestro lado, de los hartos, de los olvidados, de los despreciados, de los emputados, de los vilipendiados, de los burlados, de los jodidos, tanto de un lado como del otro, de los que sentimos que los dirigentes políticos, desde Chávez y Capriles para abajo, son todos unos atorrantes, de los que sentimos si le damos el voto a alguno de ellos venderíamos nuestra conciencia, nuestros principios, de los que sentimos que tanto unos como otros están totalmente distanciados de lo que realmente somos.
La abstención podría significar indolencia, desidia, antiparabolismo, mantener el status quo, como afirman algunos, en cambio el voto NULO es para demostrar nuestro descontento, nuestra protesta, tanto hacia unos como hacia otros, de manera ACTIVA.
Ya funcionó alguna vez
En efecto, un voto nulo superior al 10% hizo tambalear un país. Sucedió en Argentina en el año 2001, con el país en plena recesión económica llegaron unas elecciones para el 14 de octubre de aquel año. En aquellos comicios el voto nulo se fue hasta el 12´9 %, el voto en blanco subió hasta el 8´2 % y la abstención llegó hasta el 27 %. La población se echó a la calle el día después de las elecciones y aquello desembocó en la crisis de diciembre de 2001 y el famoso “corralito”. De la Rúa tuvo que renunciar a la presidencia y en seis meses se sucedieron los presidentes hasta que la ciudadanía fue escuchada.
Después los argumentos ya dados parece claro que las elecciones son una farsa. Por eso, puestos a participar de alguna manera en la farsa, el voto nulo es el único que deja bien claro que no estás de acuerdo, el voto nulo rompe las reglas, y además te permite la posibilidad de expresar tu descontento, tu rebeldía, tu desapego a este sistema con un sello propio, personal e irrepetible, lo cual, sumado a las pasadas razones, le da además un toque divertido a este mundo tan serio y difícil que nos ha tocado vivir.
Si estás de acuerdo a todos estos planteamientos entonces únete a nuestra acción, para el próximo 7 de octubre vota NULO.