De acuerdo a los planteamientos y preguntas que me hizo Ernesto en mi post Vota NULO, respondería del siguiente modo:
Cierto que muchos y muchas nos hemos, en un principio, enamorado del proyecto “bolivariano y revolucionario”, pero luego vino la rabia, luego las preguntas, y luego muchos y muchas han pasado de seguir a los opresores de hoy para segundar a los representantes del dominio de ayer, optando en la, estoy convencido de ello, equivocada estrategia del “mal menor”, hipotecando su libertad, como los chavistas, para dejarse conducir por otra cúpula, desde sus alturas, qué camino seguir, con una aparente democracia.
¿Cuál es la propuesta?
En definitiva, la autonomía, en colectivo, grupos autogobernados por sus mismos integrantes, “para pelear por la conquista de los derechos secuestrados por el poder: vivienda, empleo digno, salud, educación, seguridad personal, espacio público y calidad de vida, entre otros”.
Esto, desde luego, fuera del contexto de elecciones, porque, y en esto estoy también estoy totalmente convencido, las elecciones no es sinónimo de democracia, y para muestra un botón: el chavismo se ufana que en Venezuela hay democracia porque promedio hay elecciones cada año, cuando sabemos que es una farsa, que es una dictadura con apariencia de democracia, o una “dictablanda”.
Esta forma de organización que propongo, y que desde luego no es nada nueva, es totalmente ajena al Estado y a la empresa privada, con una relación horizontal y por cooperación y sin mando. Con esto rompe la falsa dicotomía chavismo-oposición, sino colectivos luchando por sus propios derechos y no por los privilegios de las cúpulas.
Por lo tanto los movimientos autónomos tienen capacidad de transformación contínua, “por la vía insurreccional, en un verdadero movimiento revolucionario. Y para esto no hay atajos: ni políticos con máscara popular, ni caudillos con pies de barro.”
Esta, desde luego, es mi propuesta, sujeta a discusión, no pretendo dar mi última palabra, sino que sea un constructo colectivo, pero he de enfatizar, una vez más, que no pienso votar por ninguno de los dos, si me abstengo que se me acuse entonces de apático, si voto nulo que se me acuse entonces de nulidad, ya me sabe a gamelote, pero no quiero apoyar a ninguno que sé muy bien que para cualquiera de los dos soy una nulidad.