Desde hace unos cuantos años para acá hemos visto que tanto los medios públicos y privados denuncian, según sus puntos de vista, que los «otros», el enemigo, oposición o chavismo, según sea el caso, tienen grupos violentos que atacan a sus contrarios. Esta situación se está repitiendo en los últimos meses, con casos como cotiza o como el supuesto ataque que sufrieron los periodistas de catatumbo tv en la visita que hizo capriles en el estado zulia.
Si sintonizamos vtv, vive tv o ávila tv veremos las imágenes de cómo «grupos violentos» de la oposición atacan a los periodistas del oficialismo, si sintonizamos globovisión veremos cómo «grupos violentos» del oficialismo atacan a los periodistas de ese canal.
En los últimos tiempos he optado por adoptar la postura de no creerle nunca a los medios de comunicación, en este estado de polarización, que tanto el oficialismo como la oposición han usado, azuzado y abusado de él, para de algún modo producir terror en la población, de satanizar al oponente y de aparecer como pobres víctimas del contrario.
Muy bien lo hizo entender Michael Moore en su documental Bowling for Columbine, es el estado permanente de miedo lo que podría producir los hechos de violencia, mientras más miedo te produce el «otro» más violento estarás en contra de él.
Digamos que capriles ha estado usando la «no confrontación» en su campaña política, que a lo bien lo felicito por eso, mas eso no se refleja en ninguno de los bandos, sobre todo en lo mediático, continúa una permanente exaltación de la violencia y satanización del contrario.
Me gustaría saber si esos ataques de un grupo hacia otro, sea del oficialismo hacia la oposición o viceversa, suceden cuando no hay cámaras de vídeo, o será que sólo suceden cuando hay cámaras, eso no lo sé, si alguien lo sabe que por favor me lo diga.
E insisto en esto, ya yo he visto algo, que en realidad no es nada, qué consecuencias tiene la exaltación de la polarización, en colombia. Estar en medio del fuego, literal o metafóricamente, del ejército, los paramilitares o la guerrilla no se lo deseo a nadie, y espero, a lo bien que sí, que ese tipo de polarización no sea copiado acá, no es nada simpático.
Y en esto hay estar claros, tanto de un lado como del otro hay sus atorrantes, que esperan y desean que acá haya una conflagración para de allí beneficiarse, y lo peor es que los medios de comunicación masivos, tanto de un lado como del otro, están haciéndoles el juego, tantos a unos como a otros. Miren al vecino, a lo bien, y vean si es «buen camino» seguir en esa tónica.
