Censuran estreno de «We Bought a Zoo» en Venezuela

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Con «We Bought a Zoo», todos empezamos a preocuparnos por las carreras de Matt Damon y Cameron Crowe. Nunca supimos por qué la hicieron desde su horripilante trailer. Llegamos a pensar lo peor de ella, pero nos equivocamos. Ahora entendimos parte del chiste de su producción. La hicieron para demostrar un punto: el presidente venezolano es como el dictador de Corea del Norte y no aguanta una burla en su contra. Ahora la idea acaba de ser confirmada tras la censura de su estreno. Así, por arte de magia, el gobierno convirtió el lanzamiento de una película anodina para niños, en un asunto de estado capaz de justificar el propio visionado del film por los caminos verdes. De hecho, en China sucede lo mismo. Cuando bloquean una cinta, automáticamente se transforma en un fenómeno de culto e interés para el gran público. Todo un efecto boomerang. Por defecto e irónicamente, la revolución le hizo el mejor favor a la publicidad del largometraje. Me imagino la sonrisa del director en la actualidad al recibir la noticia. Lo malo es la constatación del serio problema con la libertad de expresión durante la Quinta República. No es el primero o el último caso. No por nada, venimos de la inquisición reciente de los caricaturistas de la oposición por el simple hecho de traducir la realidad a su estilo. Vaya retroceso y miedo a la disidencia. Triste porque se trata de una mascarada, de una soberana hipocresía. La doble moral reina en las altas esferas del poder. Solo es válido reírse de Capriles. Lo demás es propaganda del imperio. De regreso a la guerra fría. Otra raya para el tigre de Miraflores.
Como dice Mirco: Ya la ridiculez de este régimen alcanzó alturas inimaginables. Prohíben una película porque supuestamente se mete con Chávez. Imagino que los buhoneros harán su agosto.

6 Comentarios

  1. Oh dios, otra acusación de publicidad anti «nuestro glorioso comandante presidente revolucionario mesmo» más. Cada tres semanas es una de esas. Aunque al menos esta parece tener un pelín más de sustento que la pazguatada conspiranoica, digo, formal acusación que los de la esquina caliente le hicieron a Farmahorro por su campaña «de que te vas te vas», también vía un medio gobiernero (creo que el Ciudad CSS), hará como tres semanas.

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