Masa Crítica y Velocidad Terminal

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Tengo el infortunio de tener que viajar con frecuencia por motivos laborales (no me gusta volar. Hay algo irreal en ello, además de que Maiquetía es una gran cagada). En uno de estos viajes indeseados me tocó un gringo de compañero de pasaje, y digo gringo porque el tipo lo era a pesar de que me aseguró que era venezolano ya que había nacido en Venezuela  y sus primeros años los había pasado allí. Su acento y sus padres (ambos estadounidenses como me mencionó) lo delataba aunque a la final uno es de donde quiere ser (mientras te acepten claro está).

Así como la electricidad busca siempre el camino de menos resistencia la larga conversación decanto inevitablemente en Chávez, Venezuela, Cuba, Comunismo y lo que parece ser siempre el tag de un video nefasto de YouTube. No voy a  entrar en detalles de todo lo que conversamos ya que el viaje fue largo y la comida muy mala así que me dedique de lleno a la conversa pero a la final lo que me motivo a escribir esto fue un pasaje de la conversación que sostuve con Alan.

Alan me aseguro vehementemente que el problema de Venezuela es que la gente no sirve para un carajo. “No sirven para nada. Tienen los peores defectos: son envidiosos, golilleros (utilizó otra palabra, de hecho me la dijo en ingles: “free riders”. Demás está decir que aunque lo pongo entre comillas no lo estoy citando textualmente. Su forma de hablar el español hubiera dado para un texto ininteligible), mentirosos, deshonestos, confunden las causas con las consecuencias y lo peor de todo es que son hipócritas, muy hipócritas”

“No viven en el presente, ni tampoco en el pasado. Simplemente no están. Los único que los motiva es el sentirse superiores al prójimo y como son pobres de espíritu la superioridad la manifiestan con lo material y el poder. Son intrigantes y gustan que los adulen pero al mismo tiempo no he visto gente más arrastrada y huele culo (“brown nosing” fue lo que me dijo) en este mundo.”

En ese momento tuve una revelación y es que un gringo jamás te hablaría con tanta pasión y con una crítica tan agreste hacia algo, mucho menos hacia otro país. Ni porque se haya puesto a tu mismo nivel diciendo de entrada que él es venezolano para evitar futuros conatos de coñaza. De hecho era venezolano; nadie es capaz de criticar así a Venezuela más que otro venezolano.

“Vaya nada bueno entonces”, le respondí. “Si hablamos de hipocresía el país de tus padres no brilla necesariamente por ser el más sincero, me parece. Es difícil de confiar en alguien allá, la gente es muy falsa y el doble discurso es una institución”

“Sí pero en USA hay una masa crítica. Hay una núcleo (“core” me dijo) de gente que permite que las cosas no terminen degenerando e igualándose al red kneck que cultiva papas en Idaho. La entropía está presente en todo y si un país descuida a esta masa crítica se jode (“it’s fucked up” me dijo). Y Venezuela la perdió hace ya bastante tiempo.”

“Chávez y el chavismo” y en esto fue lapidario “es como una enfermedad oportunista, de esas que les da a la gente con AIDS (sic). La gente en Venezuela no entiende esto. Te pueden erradicar el sarcoma de Kaposi pero el virus lo seguirás teniendo y te terminará matando. Quizás por una pulmonía esta vez pero te terminará matando”

“Bueno de hecho ya hoy en día si tienes los recursos el SIDA no te tiene porque matar. Pero entiendo la analogía. ¿Tú lo que dices que es no hay elites, o no sirven verdad?”, le espeté.

“No son las elites ya que las elites por su propia naturaleza nunca tendrán masa crítica. Las elites son la que primero se esfuman de un país que se va a la deriva. Yo no soy pro-elite, detesto a las elites de hecho. Las elites financieras son las que han postrado a mi segundo país.”

“Venezuela es como un saco lleno de ratas. Eventualmente cada rata conoce su posición con respeto a las otras pero llega a alguien a batir el saco y la vaina se vuelve un caos (“back to square one” me dijo). Si hubiera una masa crítica de ratas, unidas, comprometidas, que saben donde están paradas y hacia donde van esto no pasaría. Pasará lo que sea pero esa bola de ratas rotará y girará dentro del saco pero seguirá unida y eventualmente cuando las cosas se calmen encontrara su lugar para seguir prosperando” continuó.

“¿O sea que la masa crítica tiene que ser consciente de que lo es?”. Le pregunté.

“Exactamente. La masa crítica tiene que saberse como tal. No es algo abstracto. Es algo real, bien real pero es algo tácito al mismo tiempo. No necesita de un líder por ejemplo.

Fíjate el desastre de Bush. Eso no ha aminorado en absoluto las capacidades de USA. La capacidad de un país de levantarse es lo más importante ya que de que vas a caer vas a caer. Los políticos son una cagada en todas partes pero si tienes un sistema basado en el ensayo y error como la democracia y una masa crítica cualquier cosa es posible. Si no tienes masa crítica, tengas la democracia que tengas el país en cuestión se irá para el carajo. Por pura entropía. Tú conoces lo que es la entropía, ¿verdad?”

“Sí, de hecho soy físico”. Le aclaré con cierta soberbia porque ya era como la tercera vez que me soltaba la palabrita creyendo a lo mejor que yo ni puta idea de que lo que se trataba.

“Mira cuando se dice que divide y conquistaras (“divide and conquer” me dijo) de lo que se trata de dividir es a esta masa crítica. ¡Ya lo sabían los romanos! Yo te digo una vaina. A Venezuela hoy por hoy la invade quien quiera. Cualquier pueblo de mierda medio organizado y un poco más disciplinado que nosotros es capaz de colonizarlos. ¡Y sin echar un tiro además! Aquí no hay nada que dividir ya.”

Cada vez que vuelo siempre tengo muy presente la velocidad terminal. Aquella velocidad constante que alcanza un cuerpo en caída libre cuando la fuerza de gravedad iguala la fricción causada por el aire. No es el mejor concepto con el que entretener tu mente mientras estas en una capsula de metal llena de peos a 30.000 pies de altura pero en fin, muchas veces forzarte a no pensar en algo es la peor estrategia para no pensar en ello. El hecho es ¿habrá Venezuela alcanzado ya la velocidad terminal? Afortunadamente el avión no lo hizo pero si la conversación que siguió por otro curso lleno de lugares comunes. Aterrizamos en nuestro destino y me despedí de Alan sabiendo que más nunca lo volvería a ver.

Luego a solas en el anodino hotel y pensando un poco en lo que hablamos sentí que me quedé con más preguntas que respuestas. Por ejemplo, Alan no me aclaró que evidencia tenía él de que en Venezuela no haya una masa crítica. “Venezuela es una semerenda mierda ergo no hay masa crítica” no es ser muy rigoroso que se diga y como dice él, se puede estar confundiendo las causas con las consecuencias. Puede ser que esta masa crítica esté dormida o reagrupándose luego del último sacudón.

Además, me quedé con la gran duda de si es algo que se pueda cuantificar. Yo no sé si esta masa crítica tiene que representar al menos un 30% de la población o un 20% o un 43.15%.

¿Qué es lo que define a la masa crítica y como se identifica a un miembro de ésta?

¿Será la masa crítica una forma de serendipia? ¿O será una propiedad emergente?, como esos pájaros que vuelan en grupo y forman agrupaciones estrambóticas pero no por eso menos bellas y tal parece con una función colectiva bien importante. En este caos singular ningún pájaro choca con otro, es como si la masa fuera una entidad en sí misma con sus propias propiedades. Y de ser una propiedad emergente, ¿qué condiciones iniciales se necesita para que esta masa crítica cuaje?

¿Sera la masa crítica aquella que impide que los países entren en velocidad terminal?

¿Porque en unos sitios sí y en Venezuela, según él, no? Es complicado dirán algunos. Es que aquí vinieron los españoles (nunca falta alguien en decir eso luego de 500 años). El problema empieza en el hogar dirán otros.

Yo creo que nadie lo sabe de hecho y Alan no me dejó su e-mail.

Para rematar no entendí su ironía acerca de la colonización de Venezuela. ¿Implicaría algo con estos comentarios? Es difícil leer a alguien que te habla con la lejanía y el acento del extranjero pero soltando un “carajo” o una “vaina” de vez en cuando. Hablar pretendiendo que se desconoce algo siempre me ha despistado. Chávez, por ejemplo, es un experto en eso. Cuando dice “¿cómo es que se llama esta cuestión chico?”, “Diosdado, ¿cuántos millones de gringos son los que viven como unos miserables?” ¿Conocerá o no las respuestas y solo pone las preguntas para conectarse con las masas, para ver que bola le lanzan? Nunca lo sabré, pero esta misma forma de comunicarse la tenía Alan, a su manera claro está.

Yo sigo con mis dudas como podrán ver y hoy por hoy no sé ni donde estoy ni que ratas tengo a mi lado. Tengo la ligera impresión de cuando fue el ultimo sacudón que nos dieron pero en el momento no fui consciente de ello.

Lo único que tengo claro es que este saco hiede muy mal.

4 Comentarios

  1. Muy buen texto, me gusto mucho.
    Ahora bien la manera como se comportan los cardumenes o las aves es un proceso diferente, y no tiene nada que ver con los procesos emergenes.
    Hace un monton de años yo pense en ello y como crear lo que tu llamas «una masa critica» me base en la reaccion belousov-shabostinsky, tal vez debido a que me pase un monton de tiempo jugando con ella y por analogia con los electrones en un laser, ya que las ecuaciones de reaccion-difusion es muy similar a la explica el comportamiento desordenado de las ondas en un laser, y como logra esa coherencia.
    Si pensamos que las personas son particulas de una reaccion quimica, y de hecho se comportan como tales en grandes grupos, pueden salir comportamientos emergentes, por lo regular son incontrolados, como el de la luz de la cocina.
    Pero si sabemos lo que queremos, o se comporte en determinada manera como en la reaccion belousov-shabostinsky o el laser lo podemos hacer con un minimo esfuerzo.
    si se conocen las ecuaciones extrapolarlas a un conglomerado humano, es facil y mas facil es controlar su futuro comportamiento, que siempre sera meta-estable.
    Ese razonamiento es tan obvio que es imposible que sea el unico que sea ha dado cuenta de ello, quizas las soceidades mas estables sean guiadas por un pequeño grupo, o una elite influyente, que actuara como atractor extraño, para mantener la sociedad en el camino predeterminado, por analogia que el laser siga siendo coherente

  2. Garcwyn, estupendo artículo. Muy duro, la verdad. Uno mira por encima la historia de Venezuela y observa, fácilmente, que en un punto algo se quebró, nos desviamos, nos falta concretar algo. Yo hablaba de que aquí no hay un pacto social, algo que este por encima de los políticos, los partidos y los gobiernos, también cabe esa masa crítica a la que aludes en tu post.

    Aquí traté de hacer una aproximación a ese tema https://www.panfletonegro.com/v/2012/03/27/populismo-a-la-venezolana/

    Saludos, no te pierdas :)

  3. Muy bueno, Gordon.
    También me he visto en la situación de discutir con politólogos instantáneos capaces de recetar soluciones mágicas para nuestros «pobres» países.
    Lo más ridículo de tu interlocutor, a mi parecer, es decir que en los EEUU la «masa crítica» (que no es más que la clase media estudiada, ¿no?), no permitió una debacle. Que me expliquen entonces cómo se define un país imbuido en dos guerras, de las cuales una aún continúa, quebrado, secuestrado por la banca, con severos problemas de desempleo que no parecen tener solución a largo plazo y un sistema bipartidista disfuncional y psicótico.
    Creo que el tiempo de los Estados Unidos como «donneurs de leçons», o repartidores de lecciones, se acabó hace un buen tiempo.
    Espero volver a leerte por acá.

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