Vigilar y castigar en la red: la experiencia francesa

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Francia, el primer país del mundo que llevó a cabo una política de supervisión y represión de contenidos en Internet, cierra un ciclo este domingo: a menos que ocurra un milagro, Nicolás Sarkozy perderá la presidencia ante el candidato socialista, François Hollande. El Presidente, quien construyó su reputación sobre la disciplina y la aplicación estricta de las leyes, puede vanagloriarse en propuestas de control que él creó prácticamente solo (como la ley Hadopi). Es por ello pertinente evaluar los resultados y efectos que su gestión ha tenido sobre la coerción virtual, es decir, si las acciones han ayudado a los artistas a percibir más réditos por sus obras y si el público ha cambiado sus prácticas en la red. Sobre todo, vale la pena preguntarse si el aumento de control y vigilancia por parte del Estado tiene efectos (y cuáles) sobre la libertad individual y de expresión.

 

El primer intento de controlar y regular los intercambios de contenidos fue un esbozo de ley llamado «ley de creación e Internet» que luego devino en la famosa ley Hadopi (año 2009). Ley precámbrica en lo que a la red se refiere, estaba orientada a rastrear e identificar a las personas que intercambiaban ficheros protegidos por derecho de autor a través de sistemas como E-mule y Torrent. Sí, leyeron bien: si algún cavernícola seguía utilizando E-mule en el 2009 (por qué no Napster, ya que estamos), su información podía ser transmitida a las autoridades. Luego se enviaban dos advertencias: la primera por correo electrónico («usted ha sido detectado intercambiando archivos, queda advertido, etc.»), la segunda por correo físico («esta es la segunda advertencia, blablabla») y, si el recidivo insistía una tercera vez en seguir descargando contenidos utilizando exactamente los mismos métodos que le valieron dos advertencias, se le cortaba la conexión a la red.

 

Desde un punto de vista social, esto no reguló absolutamente nada. Sistemas como GrabIt o páginas de intercambio de archivos comprimidos (amén de la utilización de programas como Tor) estaban a años luz de la legislación geriátrica de Sarkozy. Incluso los franceses que siguieron utilizando plataformas como Vuze simplemente elaboraron una apuesta de Pascal, versión 2.0: seguían descargando torrents y se prometían detenerse cuando recibieran el primer correo electrónico de advertencia. Como no conozco a nadie que conozca a alguien que haya recibido siquiera la advertencia (menos, que le hayan cortado el servicio), podemos decir que la sociedad, en general, hizo caso omiso del esperpento jurídico.

 

Peor aún fue el resultado desde un punto de vista legal. En junio del 2011, la Comisión Nacional de la Informática y de la Libertad a la Información (CNIL) sonó la alarma sobre las prácticas de recolección de información. El organismo congeló las actividades de la empresa encargada de reunir datos sobre los infractores ya que estimó que había abusos e intromisión en la vida privada y, sobre todo, que los datos eran almacenados más allá del tiempo estipulado por la ley. También constataron fallas de seguridad que permitirían a cualquier pirata informático (¡Aargh!) acceder a la base de datos.

 

Sin embargo, en el 2011, Sarkozy, a través de su ministro del Interior, promulgó la ley Loppsi, que contiene una regulación específica sobre la «ciber pedo-pornografía». Esta ley, rechazada violentamente por la sociedad civil, también contiene incisos sobre la vigilancia por video en sitios públicos. Prevé aumentar el número de cámaras en Francia a 60 mil y dotar a la policía de los medios necesarios para utilizarlas. En el 2012, el presupuesto destinado a esta ley es de 657 millones de euros.

 

Al ratificar todas estas leyes y al firmar de manera entusiasta la ley ACTA, Francia se convirtió en uno de los países con mayor número de controles a la actividad cibernética. No contento con esto, Nicolás Sarkozy ha propuesto, en caso de ser reelegido, una nueva ley Hadopi que regularía la reproducción de películas en línea (streaming) y este año, luego de la masacre de Toulouse, propuso espiar a las personas que visitan ciertas páginas. Los usuarios que acceden a sitios con contenidos fundamentalistas religiosos (a quién quieren engañar: estamos hablando de los islámicos solamente), racistas o discriminatorios, serían fichados por la policía de manera automática (a menos qué, claro está, utilicen cualquiera de los no menos de cinco métodos para evitar ser rastreado).

 

Por otro lado, la política de Sarkozy, orientada a combatir lo que él estima una hipertrofia estadal, se ha orientado al recorte presupuestario y la desaparición de servicios públicos. Reducción de profesores y maestros de escuela básica, enfermeras y parteras en los hospitales, y policías a nivel nacional, han sido los puntos estratégicos de su gestión. De esta manera, la cantidad de policías fue reducida en el 2010 a niveles del año 2002 (144 mil); se planea eliminar 3 mil puestos más en el 2012.

 

Sucede lo contrario con la recolección de expedientes: dado que leyes como Hadopi y Loppsi envían información de manera casi automática a la policía, el número de expedientes explotó bajo el gobierno de Sarkozy. La policía tiene ahora 122% de archivos más que en el 2006.

 

Todo esto puede resumirse en una mayor recolección de datos (a veces con prácticas de una legalidad cuestionable), una menor cantidad de funcionarios para procesarlos, un aumento en la vigilancia por cámaras de los espacios públicos y una estricta supervisión de los sitios web visitados.

 

¿Puede justificarse esta política agresiva con los resultados? ¿Vale la pena hacer caso omiso de los grupos que defienden la libertad individual y se quejan de los atentados a la privacidad?

 

En abril de este año, un análisis publicado por un organismo independiente arroja cifras reveladoras (aunque poco sorprendentes). Como era de esperarse, el estudio afirma que los usuarios franceses han emigrado a sitios de visionado en línea (streaming) e intercambio de ficheros. Al momento de cerrar megaupload, los franceses representaban 10% de sus usuarios.

Esto significa que megaupload habría generado 2,6 millones de euros al año en Francia, gracias a la publicidad y a las cuentas Premium. El informe también afirma que la descarga ilegal de contenidos protegidos por derecho de autor está «reorganizándose, en vez de ir en retroceso«.

 

No sorprenderá a muchos entonces aprender que las leyes francesas para controlar los intercambios de contenidos en la red han sido un franco y rotundo fracaso. No han afectado ni las prácticas individuales, ni el cobro de réditos para los artistas. Han sido costosos esperpentos legales que han reducido la libertad y atacado la vida privada de los ciudadanos. Es lo que suele suceder, previsiblemente, cuando se intenta legislar algo sin entenderlo ni analizarlo, simplemente valiéndose de toda la fuerza de coerción del Estado para tratar de imponer unilateralmente prácticas individuales a toda la población.

 

Que los contenidos y las obras deban aún encontrar su nicho en la red para remunerar a sus creadores es una realidad a la que pocos nos oponemos. Sin embargo, la experiencia francesa nos muestra que no es con leyes de épocas pasadas que regularemos prácticas contemporáneas, y nos deja un amargo sabor de boca al ver nuestras libertades coartadas en pro de un proyecto fallido, anacrónico, errado y disfuncional. Ojalá sirva de ejemplo a otros países.

4 Comentarios

  1. Eso tiene tiempo preocupandome, como estamos perdiendo nuestra propia libertad e intimidad, casi con alegria, debido al miedo.
    Como tememos ser asaltados permitimos que las camaras nos sigan, con los prograas de reconocimiento se puede seguir a casi cualquiera, pero lo aceptamos por el miedo, y con el terrorismo pasar por un terminal de aeropuerto nos hace sentir casi culpables.
    En las zonas economicas libres de china,se vio todo el potencial de ese sistema. en el 2008 y 2009 se presentaron protestas contra el gobierno y contra la explotacion de los empleados en las calles, para evitarlo el gobierno puso camaras en todas partes, en el 2010 se vio el potencial, las personas que protestaron fueron detenidas en sus casas, ya que esas camaras aunado a los programas de reconocimiento facial, los identificaba.
    Se acabaron las protestas, y ahora todos saben que estan siendo vigilados ¿aplicar ese sistema es impensable en nuestras sociedades, supuestamente libres?
    Si aqui en caracas ponen esas camaras yo seria uno de los primeros en apoyarlo, ya que tengo miedo y el estado puede aprovechar ese miedo para coaccionarnos de manera inimaginables

  2. Supongo que tenemos que entender al Estado como un ente netamente coercitivo en su naturaleza: allí empezaremos a barruntar por qué, cada vez que se propone una ley, es el simple ejercicio del poder puro y duro.
    Cada vez que estoy en un aeropuerto, me pregunto por qué diablos me tengo que quitar los zapatos, o peor, botar el envase de agua; pues sencillamente porque un loco, que nadie vio, y nadie conoce, que no logró nada, intentó incendiarse las suelas; o porque un imbécil sin estudios en química, trató de mezclar nitroglicerina en los servicios de un avión.
    Debido a estos dos genios, se nos obliga a renunciar a ciertas libertades, o se nos somete a un trato humillante y económicamente perverso (compra un agua más allá de la línea de control militar: verás que no pagas menos de 4 dólares americanos).
    En todo caso, lo que sí está claro aquí es que las leyes draconianas y voyeuristas de Sarkozy no ayudaron a aboslutamente nadie. Permdimos libertades, renunciamos a la vida privada, y los artistas siguieron igual de pobres.
    Fue un fracaso estrepitoso.
    Saludos

  3. Por otra parte, la figura del creador profesional aparecio en el siglo XIV en italia, pero el concepto tuvo pegada y ya en el siglo XVII era una practica comun, ahora con internet estamos viendo como ese concepto esta siendo puesto en duda.
    antes el pintor no se dignaba a poner su firma, era anonimo, en esta era del yo eso es impensable, aunque soy de esa corriente. Y mucho menos obtener lucro por sus obras.
    La profesionalizacion de la funcion del artista a logrado cosas maravillosas, han creado obras impensables si tuviesen que dedicvarse a otras cosas y tener la funcion artistica como algo de vez en cuando. pero tambien a permitido la banalizacion del arte.
    Por lo menos yo, solo he vendido dos obras en mi viida, y no me atrae la idea de vender mas, pero sigo dibujando, principalmente, aunque nadie lo compre o lo vea, ya que lo hago para mi, no para los demas.
    Y es algo que no puedo evitar hacer. Van gogh tenia esa misma pulsion, el pintaba auqnue nadie viera lo que el hacia, era algo inevitable.
    y estoy seguro que existen millones de personas igual, no vamos a dejar de crear debido a que no estamos siendo lucrado por ello.
    Creo que el concepto de artista profesional esta siendo socavada por intenet y es hora de buscar un muevo paradigma.
    Esa adaptacion siempre encontrara resistencia, pero es inevitable.
    De cualquier forma quienes estan interesado en mantener el negoccio de los «artistas profesionales» son los industriales y lo mercadere de esta, por cada librro publicado u obra vendida en una galeria, el autor recibe un dolar por cada 40 o 60 del mercader.
    Esa discrepancia es obscena, el tratar de proteger el viejo sistema, tal como los derechos de autor por parte de los estado en beneficio, no el creador, si n del negocio del arte como en francia es solo retrasar o inevitable.
    Fijate, gastastes tu tiempo en escibir esto, y yo en responderte, ni tu ni yo obtenemos un centavo por ello.
    Lo hacemos debido a que queremos hacerlo, queremos expresarnos, y nadie lo puede evitar, incluso que no me paguen.
    No voy a dejar de escribir o de exponer mis pensamientos debido a que no me paguen, incluso que nadie me lea. Si me leen,. De Pinga, si no lo hacen tambien de pinga, ya que eso no es lo importante, lo importante es hacer pipi, expresarse es como tener ganas de hacer pipi, no importa donde estes, o cuando sea, lo tienes que hacer, no importa si te ven o no te ven, lo haces, esa es la esencia de la creacion.
    Quizas internet tenga la virtud de volver a poner la creacion en su lugar original, en la necesidad de crear y expresarse. De hacer pipi.

  4. Bueno, en la edad media había mecenas; hoy en día hemos sustituido a los mecenas por el Estado. No hace falta tampoco dar ejemplos sobre decisiones estadales desacertadas en temas culturales, roscas de amiguismo, corrupción y demás, todos sabemos que el sistema de mecenazgos estadales es injusto y cuestionable. Poco ha cambiado.
    Como tú dices: el que quiere crear, lo hace, así esté bajo una piedra. En todas las épocas ha habido gente produciendo por fuera del sistema. Que perdure o no su trabajo es otra cosa, por eso es que Internet, como nuevo soporte, nos da acceso justamente a eso, a la autopublicación y autogestión.

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