Ivanna Chávez, Javier Pita y compañía pensaron que hacer un documental sobre la emigración de los jóvenes en Caracas sería una buena idea, lo cual sí lo es, pero al entrevistar sólo a su séquito de fetos subnormales, que muy acertadamente definieron su entorno socio geográfico con su jerga e idiosincrasia, cagaron su experimento desde que sus cabezas huecas la plantearon.
El pasado viernes tardé casi una hora en ver los 17 minutos que duraba ese video en cuestión. No es por nada, pero todos los personajes entrevistados a excepción de una me produjeron una repulsión tan fuerte como incomprensible. Desde el mariquito de #meiriademasiado, pasando por el tal Johan y su célebre “Yo ni siquiera soy caraqueño, yo soy un bicho del este del este. ’Sea”, la sociópata que tiene un estante lleno de pintadedos chorreados, y ni hablemos del ganador del Oscar, el carajo con corte totuma y cara de mongólico (que pena con los mongólicos) apenas aparece en pantalla, y ya me imaginaba pateándole la cara. Ya digerida la bronca inicial que me produjo mi intolerancia y clasismo innato – que todos tenemos, pero negamos – hacia estos espermatozoides y óvulos malgastados (o mal gestados) no pude parar de reírme de ellos con mis panas, como cuando nos tripeábamos Laura en América a eso de las 11 de la noche con las respectivas birras y comiendo Doritos, hasta quedar largo a largo en el piso y con las costillas adoloridas de tanto reír. Esto también es entretenimiento, sólo que los personajes son más bonitos y menos rancios.
Por excelencia soy apático y abogo por la indiferencia, pero me vi en la necesidad de descargar mi rabia y odio – como caraqueño que se respeta – ante el que montó el video (javie88) y terminé otro buen rato leyendo todos los insultos y recaditos que ya les estaban dejando mis conciudadanos vía web. Me sentí en La Matrix viendo por la pantalla una turba cayapeando a un parapléjico. Cuando tenía que empezar a actualizar cada minuto para mantenerme al día con los cariñosos insultos, empecé a sospechar de que estos carajos se han metido en tremendo lío, y suponer de su desgracia y humillación me dió tal gusto que vi innecesario escribir mi respectivo improperio. En cambio seguí leyendo a los cyber-trollers, que cuando se saben protegidos por el anonimato y de la superioridad numérica, dicen de todo y sin pelos en la lengua; a tal punto de que el cabeza de Pita terminó colocando su video de carácter privado, y luego eliminando de Youtube. A buena hora la vinieron a cagar esos hipsters wannabe, porque no soy el único que se aburrió de los chistes de Alicia Machado.
El tema que tocaron en sí es obviamente delicado y complejo, porque es causa y consecuencia de muchas variantes que debieron discutir, y yo no debí tomarlos tan a pecho, aunque debo admitir que ver ese video me causo un odio incomprensible. No se necesita ser antropólogo para saber que la migración es un fenómeno cultural constante cuyos destinos cambian según el lugar donde se origina el peo. Hoy por ejemplo muchos jóvenes europeos y gringos están pirando para Brasil, y en Venezuela gracias al coctel social, político y económico gestado desde hace tiempo ya, dejo de ser un país de inmigrantes a ser progresivamente de emigrantes en potencia. Atrás quedaron los días cuando esto se consideraba un oasis, que atrajo por gusto y necesidad a todos esos inmigrantes europeos, arribando en oleadas, donde la gente los recibió con brazos abiertos, sonrisa de oreja a oreja y birra en mano, ese país donde se podía hacer “un señor mercado” con 500 Bolívares. Es necesario valorar la tierra, pero los que lo hacen con patriotismo, boinas y camisas Vinotinto, terminan venerando otra cosa y se salpican los pies al mear fuera del perol.
Pasada la bronca sé que no debo generalizar, y no debo juzgar a la ligera. Esos burgueses no representan a todos los que viven en el este del este, el hecho de emigrar no te hace un “burgués de mierda” por excelencia. El que emigra no siempre huye por cobarde, y el que se queda no siempre es arrecho y nacionalista. Cada quien puede elegir el rumbo que le dé la gana, para poder conseguir todo aquello que no consegues en casa, aunque Cadivi diga lo contrario.
Parte1. Antologia del cyberbulling en la Quinta Republica. Esto promete señores.
El editor de panfletonegro la va a pegar del techo cuando compile el libro que tu y tus compinches entreguen por cuotas en esta pagina.
Vamos mi pana… que esa ulcera siga creciendo todos los dias con esta pendejada. Confiamos en ti y en todos los pichones de nazi como tu.
Es increíble como un vídeito de menos de 20 minutos ha sido capaz de sacudir los más bajos resentimientos de la mayoría de la gente que lo ha visto, acompañado de la respectiva oleada de balurdeces vía comentarios en la Internet, como es el caso de este artículo. «Ovúlos y espermatozoides mal gastados»… yo creo que antes que esos chamines de la Monteávila hay un montón de gente en este país que sí son óvulos y espermatozoides mal gastados pero claro, aún no han gastado su tiempo en elaborar y publicar un vídeo de 20 minutos para hablar sobre lo mucho que desprecian a las demás clases sociales distintas a ellos.
Ya está bueno del bullying a los chamos del video. Cometieron su error, son humanos como todos nosotros y creo que ya han sufrido bastante escarnio, más del que se merecían… basta.
Pues esos chicos solo reflejan la realidad de los jovenes de hoy en dia, es triste en lo que se ha convertido el país, personalmente no me causa gracia, ni encuentro motivos para reirme de ellos