“A ti te va a pasar como a las anoréxicas, se empeñan en verse gordas y acaban volviéndose locas”
Abre los Ojos. Alejandro Amenábar
En un cuento del escritor brasileño Joaquín María Machado de Asís, un canario en una jaula es cuestionado sobre que es el mundo, y este responde describiendo lo que le rodea. Tratando de confundirlo cambian su jaula de lugar, y luego le hacen la misma pregunta, entonces el canario vuelve a describir lo que le rodea.
¿Qué es el mundo? Lo que vemos, nuestro entorno o más bien, la percepción que de nuestro entorno tengamos, que no es necesariamente lo que el resto ve, la realidad se transforma según los ojos de quien la mire. Todo el mundo lo sabe: eres lo que piensas y vives esclavo o amo de tus ideas.
Después de todo, ¿qué es real? Muertos que aparecen, santos que cumplen milagros, vida eterna, eso es real para mucha gente que cree en ello, para el resto serán pamplinas, tonterías sin importancia.
“No importa lo que tu veas, importa lo que vea yo” le dice César a Antonio en una de las últimas escenas de Abre los Ojos de Alejandro Amenábar. La película se va construyendo con el relato de César, quien “va a cumplir 25 años y le gusta comer, dormir y hacer el amor como a todo el mundo”.
César (Eduardo Noriega), joven, guapo y rico, en contraposición con su amigo Pelayo (Felé Martínez), conoce la noche de su cumpleaños a Sofía (Penélope Cruz), y siente que su vida acaba de tomar un rumbo diferente. Sin embargo un “accidente” acaba con todo, incluyendo con su cara que le queda más o menos como el fantasma de la opera.
En Abre los ojos lo que vemos no necesariamente es lo que parece: realidad y sueño se confunden, solo al final llegamos a saber que es real, para César y por ende para el film.
Las apariencias, el concepto de realidad, sueño y fantasía, la posibilidad de que la vida sea un espejo de nuestros deseos (para bien o para mal) son algunos de los temas que plantea Amenábar en su segunda película. De igual modo el poder que conllevan las ideas, la forma en que nos manipulan y como se refleja en las acciones –y por ende- en las circunstancias de la vida son temas capitales en el film.
La mayoría del tiempo se nos olvida, pero somos y vivimos según nuestra percepción de la realidad, podemos cambiarla y con ella nuestros estados de ánimo: “te dije que todo dependía de tu mente”, “tu infierno te lo has inventado tú”, le dicen a César a lo largo de la historia. El subconsciente y nuestras ideas juegan en nuestra contra o en nuestro favor: y tu… ¿qué eliges?…
La primera película que vi sola en una sala de cine a los 18 años escapando de una clase en la universidad, la primera película que vi sin leer la sinopsis o sin saber quienes eran los actores o lleada por ¨la moda¨… Si el cine cambia la vida, a mi me cambio Amenábar, a estas alturas, a los 30… la he visto mas de cien veces, el film… lo vale!
Nada que ver con la lamentable versión realizada por Tom Cruise años después, la cual cuenta con Penelope Cruz quien repite papel, pero no performance.
Calificación: 10/10
Luisa Ugueto