Ante el hecho de que aparentemente tenemos que ser todo el tiempo guasones y fiesteros por haber nacido «en el caribe», me permito emitir algunas opiniones que, lo sé, son totalmente contrarias al sentir y el pensar general de mis compatriotas. Yo les recomendaría, además, que revisaran bien su sentir y su pensar, ya que gracias a esa manera retorcida de ver las cosas es que estamos en un hueco y sin posibilidad de salir por un buen tiempo.
Prefiero vivir en un lugar donde:
1) El cielo esté gris y llovizne todo el tiempo.
2) La gente no sea simpaticona en la calle (aquí te sonríen pero luego te das vuelta y te vuelven mierda con chismes e insidias).
3) Todos anden con cara de culo.
4) Te metan preso por bucearte a un culo.
5) Nadie te brinde una birra.
6) No se vea el puto Ávila de los cojones (lo lamento, pero me causa cierta gracia molestar a los caraqueños metiéndome con su totem).
Si en cambio:
1) No hay ni un hueco en la calle.
2) Llegas a una oficina (pública, o privada, en Venezuela hace rato que eso da lo mismo) y te atienden con eficacia, cortesía y RESPETO.
3) Vas al mercado, a la farmacia, a la ferretería y consigues lo que estás buscando sin problema alguno y sin lidiar con pendejos que se creen que te hacen un favor haciendo su trabajo.
4) Puedes salir sin cargar una ristra de llaves que semeja a la de San Pedro.
5) Puedes salir y no hay un caos de buhoneros, carros pitando, motorizados partiendo retrovisores, humo y corneteo de las camioneticas por puesto, reguetón y salsa erótica a volúmenes de Concorde rompiendo la barrera del sonido.
6) No estás en la obligación de estar paranoico todo el tiempo cuando sales un pelo a comprar el pan.
7) Sabes que andas manejando y no te va a salir un maldito borracho o un loco del volante a poner en riesgo TU vida por SU irresponsabilidad.
8) Sales por la mañana de tu casa y sabes que el autobús pasa por la parada a las 7:15 de la mañana y que no se va a montar ni un charlero a venderte estupideces ni un malandro a robarte.
9) Tener un hobby como la música o la fotografía no es un lujo para millonarios (acá, si quieres tener un equipamiento decente tienes que vender tu casa, tu carro y un riñón).
10) Vas a un hospital y te atienden como en si fuera el Centro Médico Docente La Trinidad.
Si viniera un genio, como el de la Lámpara aquella, y me prometiera cambiar el «sabor tropical» de nuestra gente por un mínimo de sensatez, madurez y decencia, pues yo le diría «échale bola, pa luego es tarde».
Es más, si quisiera cambiar Choroní y La Gran Sabana por un poquito de amor al trabajo, respeto por la palabra empeñada, amor por el conocimiento, responsabilidad y algo de repugnancia por la mediocridad, de pana que no me arrecharía.