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La Literatura no es un terreno para especialistas

Para mi hermano Luis Armando: te pregunto de nuevo ¿Bailas?

Me molesta el modo en que mucha gente «De Letras» habla de la literatura, como si fuera un terreno minado por donde sólo pueden pasar «los elegidos». Me molesta eso de los lugares comunes con el «arte», la filosofía y los libros porque me gusta la literatura, soy una lectora apasionada y uso bikini, corro, y hago pesas escuchando «Lo que no sabes tú…»

Ayer vi una entrevista a Ernesto Sábato, me gustó mucho. Parece un caballero, un tipo amable, noble, las entrevistas de Soler Serrano son increíbles, todos deberíamos verlas una y otra vez, para aprender, para vivir mejor, no para escribir mejor, eso da igual, eso al final ni importa. El verdadero motivo del arte es la vida, ayudarte a estar en ella. Es lamentable que el ego, que todo lo pervierte, crea siempre otra cosa.

La literatura no es una instancia de minorías, ni siquiera en Venezuela, donde reconozco que pocos leen. Si, una minoría es lectora, esa es una realidad, sin embargo, me parece bastante idiota, por no decir lo menos, ese discursito de ciertos grupos sociales que utilizan algo tan elevado como los libros o la literatura, para sentirse “mejores” que el resto.

Recuerdo bien cuando estudiaba Letras, la clase de un profesor, donde la gente se jactaba de ser “diferente” y por ende “mejor” por estudiar Letras: “En este país de neófitos somos otra clase de gente” claro que aquellos que piensan así son “otra clase de gente”, gente idiota que segrega en mayor o menor grado que el resto supuestamente envilecido, supuestamente menos informado. Es un síndrome colectivo entre mucha gente (ojo: no todos) que escriben o se dedican a las actividades “culturales” el creerse “mejor” que el resto, como si el arte pudiera ser una justificación para la vida. No lo es, en modo alguno, si lo fuera Amy Winehouse, una cantante talentosísima, tal como la describe mi hermano Luis Ugueto, en su excelente articulo, no habría muerto en una muestra máxima de baja autoestima: enviciada por el alcohol y las drogas. Su talento no la salvo de la autodestrucción, y el vacío.

Detesto las sectas, los guetos, culturales o no, de arte o no, segregan, joden. Creo que todos somos igual de necesarios, y desarrollar una actividad no debe aislarte de las otras, pues el terreno donde todos convergemos es el de la vida. Leo y escribo (un poco) pero sin la persona que me arregla las uñas no podría leer ni escribir a placer, no puedo prescindir de quien me lava las sabanas en la tintorería, no puedo prescindir de quien hace el pan que tanto me gusta, necesito a la señora que me vende los dulces en la oficina (¿Alguien escribe comiendo? Yo si). Por otro lado, no puede ser la literatura un territorio de pocos, ya que la vida es el gran escenario donde ésta se forja, el dueño del supermercado vive inmerso en la literatura, la señora que limpia, el taxista, aunque no lo sepa y lea poco, las historias nos rodean, las historias son la vida de todos: nos mueven, nos entretienen, nos ayudan.

Los clichés son el camino fácil, la forma endeble en que la gente forma su conciencia, eso de que no puedes escuchar a Chino y Nacho, si lees a Javier Marias, no puedes ver cine de arte si te ries con Adam Sandler. Cultura es todo lo que hace el hombre, decían en la escuela, reconozco categorías y talentos diferentes unos de otros: Marias es un escritor que bordea la genialidad, pero Fuguet no es menos, es otra cosa, Chet Baker fue un músico talentoso, pero la voz de Luis Miguel es única (lo es para mi), del arte como de la moda tomo lo que me acomoda. Recomiendo lo mismo.

Flaco favor le hacemos a la literatura metiendola en un agujero donde solo «algunos» pueden entrar. Nos conviene que salga, les conviene que salga a esos que se hacen llamar escritores, que supongo, quieren ser leídos y no gozar de reconocimiento sólo entre sus amigos.

Como lectora, considero a la literatura un organismo vivo, no me hace falta escribir, ni publicar, ni mi titulo universitario para disfrutarla, porque a los 8 ya la amaba, la literatura ennoblece la vida, no esta por encima de ella, pero tampoco «fuera», al menos no de la mía.

 

Luisa Ugueto

@elproyectordedo

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