se me ocurrió esta idea después de, por casualidad, dar con esta frase de gandhi:
«provees asistencia a un sistema malvado de la forma más efectiva obedeciendo sus órdenes y decretos. un sistema malvado nunca merece tal lealtad. una lealtad como esta significa ser parte del mal. una persona buena resiste un sistema malvado con su alma entera.»
tuve un tren de pensamientos después de leer eso. esto fue lo que pensé:
si antropomofizáramos los pensamientos colectivos del país, venezuela sería un país narcisista. por alguna razón los venezolanos estamos pensando que vivimos en un país rico, lleno de gente de pinga, con playas hermosas y todas las ridiculeces que suelo escuchar cuando alguien hace una estimación del país. pero esto no es cierto.
venezuela no es un país de pinga; es un lugar horrible en el que nadie merece vivir. ahora, digamos que eso es una suerte de tautología y que todos los que están leyendo esto lo saben, y que ha sido repetido aquí hasta la muerte. tengo algo quizás nuevo que presentar, que es que hay que desmoralizar el país.
lo que se tiene que volver conocimiento común es lo que dije antes. venezuela es una porquería, y esto debería ser lo que todo venezolano tiene que saber en todo momento, sin considerar a chávez. ¿por qué? porque si no sabemos esto, no tenemos mucho incentivo para mejorar. si cualquiera anda pensando que venezuela sería de pinga sin chávez, aceptando que hay demasiada gente que piensa así, el país no va a ir a ningún lado. si venezuela es el país número 1, como estoy casi seguro que escuché a capriles decir, ¿qué incentivo tenemos, como colectivo, para darnos cuenta que el diablo está más allá de chávez y pensar en alguna forma de enfrentarse a él? y que el diablo no es chávez solo, si no que el diablo es parte de la cultura venezolana, es una verdad. lo que tenemos que hacer es lograr que todos sepamos lo terrible que es venezuela con o sin chávez, lo que sería desmoralizar la forma antropomórfica del pensamiento colectivo venezolano, y tratar de que en vez de desanimarlo para siempre haga que se de cuenta que tiene que ser distinto.
cualquier persona buena en vez de decir «¡viva venezuela!» debería decir «¡muera venezuela!», explicarse y aceptar ser apedreado. dios sabe que no me pondría en una situación en la que me pudiesen apedrear.