El pasado fin de semana conocíamos la noticia del rescate bancario que el Gobierno de España ha pedido a la Unión Europea. 100 mil millones para salir de la crisis que ya lleva arrastrando un tiempo y que parece no acabar. Para acompañar esa realidad, la música termina convirtiéndose, como en tantos otros momentos, en la banda sonora. Así como Bruce Springsteen alzaba la voz en Estados Unidoos, en España no son pocas las agrupaciones que comienzan a levantar esa bandera.
Uno de esos grupos es Niños Mutantes con su octavo disco de estudio, Naufragos (Ernie Producciones), un trabajo enfadado con el mundo, reivindicativo a más no poder y protestón, pero también lleno de tragedias no solo sociales, sino personales e íntimas, como demuestra por ejemplo el tema «El Infierno», surgido tras la ruptura de uno de los miembros del grupo.
Inicia este Naúfragos» con el tema «La Puerta», que se cierra para dar un portazo y romper con lo anterior, con los jefes abusadores, las corporaciones mezquinas, pero que se abre para dar paso a lo nuevo, a lo que está por venir. Una huida, una escapada hacia adelante que, si bien es dolorosa, se muestra con su lado positivo.
Casi profético es el tema «Caerán los bancos», donde Niños Mutantes descargan toda su rabia y apuntan directamente al corazón de la crisis española con letras nada suaves («Arderán los ladrones y sus cenizas se irán con el viento. Vosotros no sois más que reptiles, sanguijuelas, alimañas, piratas del aire, malnacidos», reza la canción) pero asiéndose de una tabla de salvación infalible: la música.
Esta rabieta social musical cuenta con 12 temas nada sombríos, pero que exponen temas delicados, en ocasiones con mucha dureza. Nos pasean por la historia de una salida que, en un punto, se convierte en caída, cuando «el miedo te hunde los pies en cemento» y ahí, presos de ese miedo, se inicia el naufragio personal.
Termina este Naúfragos con un tema casi experimental, «Muerte de un Ampli», con un sonido nada convencional en la agrupación y que huele a resurgimiento, a inicio de una nueva aventura ya renovados luego del viaje por aguas encrispadas. Este trabajo de los granadinos cuenta con colaboraciones de Banin de Los Planetas, Antonio López de Lori Meyers y Jimmy García de Eskorzo, cuya trompeta les da un aire a Caléxico.
Lejos de ser un naufragio musical esta placa ha servido a la banda para el descubrimiento de ellos mismos, hacer uso de la percusión, sintetizadores y ukeleles. Y también para encontrar en la música la salida a las tragedias más íntimas. Es la demostración de que se pueden escribir letras profundas, llenas de rabia y protesta, trágicas incluso, sin que la música pierda luminosidad. Es un ejemplo a seguir en nuestras fronteras, donde pareciera que la realidad no es suficiente caldo de cultivo a la creatividad y en muchos casos las letras terminan divorciadas de nuestro propio entorno, con claras excepciones.
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