En torno al lenguaje oficial y cómo combatirlo

24
1312

«Es en sus palabras y no en sus actos es donde yo he detectado el espectro de la época»
Karl Kraus

Hace poco volví a leer En torno al lenguaje de Rafael Cadenas, y en esta segunda oportunidad me convencí de dos cosas: Venezuela siempre ha tenido gente que la piensa, pero la mayoría se ha encargado de ignorarlos sistemáticamente, y que leerlo en esta coyuntura histórica, es asistir a una proyección en tres dimensiones de nuestra realidad actual. Lo reitero: En torno al lenguaje es un libro que debería ser de lectura obligatoria en el bachillerato venezolano.

A pesar de que el genio del idioma defiende, estoico, su brillante obra, de alguna manera, los totalitarismos han podido usar el lenguaje en nuestra contra. Lo han permeado para mantener la injusticia y debilitar la individualidad. Muchos lo han utilizado y el chavismo no es la excepción. Desde el principio, ellos han entendido la importancia de la palabra y la han utilizado para someternos, quebrar la lógica, transfigurar la realidad y engañarnos.

Pareciera caprichoso, espontaneo o banal sus intenciones, pero no, todo el vocabulario acuñado por el chavismo, cada bautizo, cada declaración ha sido calculado y pensado para obtener importantes beneficios. Siendo el más importante, convencernos de que son indispensables, un mal necesario, la única opción.

Comenzaron cambiando nombres arbitrariamente, el chavismo no es constructor, simplemente, rebautiza obras, se echa encima esfuerzos ajenos. El país, la represa, los parques, los buques. Ahora no tenemos ambulatorios, sino barrio adentro. Los híper mercados son abastos, las areperas socialistas, los subsidios son misiones, la ineficiencia son operativos, nuestra nacionalidad una quimera.

Hasta llegar al día de hoy, cayendo en incongruencias de todo tipo. Somos un parque temático con siglas imposibles. No vivimos, vivimos viviendo, los ministerios son para el poder popular, asfaltar las calles no es una obra, es la fiesta del asfalto. En esta cacofonía, esta desmesura, este afán de exagerar y reiterar se buscar inflar la realidad, las palabras son muletas que le ayudan a sostenes una imagen que no tiene correspondencia con la realidad.

Se me ocurre que, siendo el lenguaje un patrimonio universal, nuestra herencia compartida, la casa que habitamos todos, podríamos, en el mismo terreno dar nuestra lucha, rebelarnos y debilitar el pensamiento único. Las palabras en toda sus belleza y versatilidad, las que sirven para la seducción o el humor, también puede ser nuestras armas. Veamos

I

Revertir el resentimiento

Muchas características tiene el discurso oficial, siendo el más obvio, conseguir mediante la palabra avivar el resentimiento, poner en evidencia nuestra desigualdad socioeconómica, dividirnos en bandos de buenos y malos, profundizar nuestras diferencias hasta hacerlas irreconciliables. El discurso es simple, sin matices, dicotómico, superficial, de telenovelas, rabioso, chantajista, dramático, reiterativo y visceral. No hay matices, ni tolerancia, no dejan un solo resquicio para que el individuo reflexione o se forme una opinión.

Así se asegura un inmenso capital, como por ejemplo, la relación sea más emocional que racional, llevando las pasiones al terreno político. Es muy fácil utilizar esta estrategia en un país como Venezuela. Un estado petrolero inmensamente rico, que por diferentes razones, dio como resultado un país subdesarrollado, con una gran pobreza, con clases sociales bien diferenciadas, y que socialmente se encuentra fracturado. Somos tierra fértil para que el discurso chavista dé muchos beneficios.

Pero su mayor triunfo es cuando consiguen que la otra mitad atacada se comporte y hable igual, en esa trampa cayó muchísimo la oposición, y así es imposible comunicarse con la otra mitad, o con el grupo que les hastía la polarización política.

Se trataría de no caer en el juego, no introducir en nuestro vocabulario descalificaciones que están programadas para terminar de fracturarnos como colectivo, hablo de las obvias, las que escuchamos todos los días, y que además resultan muy artificiales, como escuálido, fascista, chavista, micomandante, majunche, etc.

Pero más importante aún es poner cuidado y tratar de desterrar vocablos que hemos utilizado desde antes del chavismo, que se nos colaron durante la mejor y peor época de nuestro legendario nuevoriquismo.

Pocos venezolanismo son tan despectivos como «Cachifa».

Piénselo por un momento, al utilizarla, o al decir, “pareces un obrero”, no estás solo siendo soberbio, también estás descalificando a la mano de obra técnica y oficios que son tan necesarios como los profesionales para desarrollar un país. Y de una vez terminar con ese estúpido complejo de pensar que un administrador es más que un plomero, o que hay trabajos más dignos o necesarios que otros.

El hecho de que Nicolas Maduro haya sido chofer no lo hace menos que nadie, el problema es que no siguió los pasos necesarios ni tiene la preparación para ser canciller. Cada vez que alguien utiliza la palabra “chofer”, a secas, para insultarlo, ellos se frotan las manos, complacidos.

“Esto parece un rancho”, «mono», «tuki», «tierruo», y hasta «sifrino». Todas palabras que utilizamos sin darnos cuenta cómo ayudan a mantener la situación en la que estamos. Les estamos regalando el juego, al no tratar con su debido respeto a las demás personas.

II

Rebelarse ante la neolengua

¿Por qué nos resulta tan incomodo y chocante “República Bolivariana de Venezuela? ¡Porque ellos están adjetivando una abstracción! Los nombres de los países son vitales para sus correspondientes colectivos. Le pertenecen a millones de personas, nombran el lugar donde naciste o creciste, al ponerles un adjetivo estás desvirtuando y modificando la referencia mental que tiene cada quien con el nombre de su país. Esa es la razón por la que adjetivos como “Islámica” o “Bolivariana” resultan tan antinaturales en el nombre de un país.

En algún punto, esto tendrá que cambiar, será algo necesario. Los nombres son muy importantes, te dan tu identidad. Y para los países son tan importantes que, por ejemplo, los Estados Unidos de Norteamérica se apropió de “América” porque necesitaban un nombre. Además, el inglés hace muy difícil convertir los sustantivos “Estados Unidos” en adjetivo, es mucho más natural con “América” (Americans). Este ejemplo lo utilizo para ilustrar un punto, pero merece mucho más que un párrafo, es un tema fascinante.

El lenguaje oficial fue impuesto arbitrariamente, para debilitar nuestra memoria histórica, cambiar nuestras referencias, para obligarnos a aceptar algo que por lógica es imposible: la historia de este país se divide en antes y después de nosotros. No, rebélate, utiliza el nombre que te resulte más cómodo. Yo jamás hablo en bolívar fuerte, porque mi dinero sigue siendo débil. Para mí, tal cosa cuesta un millón de bolívares, no mil.

Cada vez que puedo, escribo o digo “República de Venezuela”. Eso es un supermercado, esto un ambulatorio y aquello un subsidio. Parecerá irrelevante pero no lo es, porque hacerlo te mantiene más cerca de la realidad. La neo lengua se combate con precisión. Es como cuando se impone un idioma en un país colonizado por otro. Lo aprendes, lo utilizas oficialmente, pero en tu casa, a la hora del amor o el duelo, utilizas tu lengua madre.

Son detalles, pequeñas rebeldías, que no hacen sino preservar tu individualidad. Y así también se combate el pensamiento único.

III

Le estaba dando vueltas al asunto, y esperando mi turno en la charcutería, la semana pasada, obtuve la clave. La señora que venía antes de mí, sostuvo el siguiente dialogo con el charcutero, ésta es una historia verdadera:

—Mi amor, dame 100 bolívares de jamón serrano. Me lo picas bien finito, mi amor.

—Ok.

—¿Me das un poquito para probarlo?

Le da un pedacito, la señora come y dice:

—Está muy grueso, mi rey

El charcutero termina su trabajo, entrega el paquete y ella le contesta:

—Gracias, mi vida

Me quedo pensando y sólo atiné a preguntarme: Si esta señora, en una conversación le dijo al charcutero mi amor, mi rey y mi vida, ¿Cómo le dirá a sus esposo o a sus hijos? ¿Eres el noveno planeta alrededor de mi sistema solar? ¿Pluriverso, tráeme agua?

El problema con el “miamorciteo” venezolano es que se desgasta la carga semánticas de las palabras hasta banalizarlas. Cuando se siente, se escucha hermoso, cariñoso, agradables. Pero cuando se abusa de términos de esta clase se siente forzado, impostado, zalamero y hasta adulante, se siente una necesidad de empalagar con las palabras para conseguir algo a cambio.

Lo mismo pasa con «hermano», «hermaito», «bróder», «compadre», «mi corazón», «te quiero», «te amo», «te adoro», y con los famosos «mi vida» o «mi amor». Procuro ser muy cuidadosa con eso. Cuando yo las utilizo, las personas pueden estar seguras que eso es exactamente lo que quiero decir. Esas palabras son pequeños homenajes, muestras del afecto que siento por las personas que quiero, respeto y admiro. No me gusta gastarlas, volverlas un lugar común.

De manera natural, se tiende a confiar más en el criterio de alguien que tiene un amplio repertorio de adjetivos para calificar. Si alguien dice que todo es excelente o mi amor a todo el mundo, nunca será una sorpresa. Además el español te ofrece muchas palabras para ser amable o dulce sin necesidad de dirigirte al cajero como lo haces con tu pareja.

Y así como se desgastan esas palabras, se desgastan las groserías, al punto que tenemos que reunir varias en una sola oración para mostrar el tamaño de nuestra frustración.

De esa necesidad de exagerar, inflar las palabras, sobre adjetivar para darnos a entender nace, por ejemplo, el famoso “me iría demasiado”, porque no basta irse, hay que irse demasiado. De ahí viene el tristemente célebre “vivir, vivendo”. Entonces cuando dices tal ley es inconstitucional, quedas como un tibio sin corazón, porque hay que decir que ése es “un dictador de mierda”, cada vez que se habla de la violación de algún derecho.

Al desgastar la carga semántica de las palabras se necesita la exageración, y al seguir escalando nos quedaremos mudos. Por favor, no me mal entiendan, cada quien se dirige a los demás como quiere. No se trata de encorsetarnos o hablar como robots. Se trata de darle su justo valor a las palabras. Eso ayuda a ser más precisos, tener matices, explicarse mejor. Cómo vamos a entendernos con otros bandos si empezamos diciendo: “Ese hijo de puta es un ladrón, asesino que está acabando con Venezuela”

El idioma es sabio y tiene sus mecanismos para poner en evidencia a los impostores, utilizarlo es un derecho y una forma de defendernos. El idioma es generoso, exacto y preciso. Da más de lo que quita.

24 Comentarios

  1. Muy bueno, tienes mucha razón, a mí me cuesta entender que la gente de oposición se identifique, a veces hasta orgullosamente con los epítetos del presidente, cayendo completos en la trampa. Entre ser un majunche y un revolucionario ¿quién es mejor? la respuesta es obvia, independientemente que tú le quieras dar una carga semántica positiva, la carga va a ser negativa, además que es una derrota dejar que tu opuesto te defina.

    Además hay otro asunto muy orwelliano en todo esto, con la prohibición de algunas palabras y el desgaste de otras se nos quiere limitar la forma de pensar, mientras más pobre nuestro léxico, más difícil es enunciar conceptos abstractos. ¿qué significan en verdad las palabras independencia y soberanía? por poner un ejemplo con conceptos que se repiten una y otra vez pero que no significan nada en un país donde le debemos la vida a los chinos y todo lo traemos de fuera.

  2. Sí totalmente, Luis. De hecho, la exageración y el discurso simplificador vienen por la falta de vocabulario. El primer ensayo de En torno al lenguaje de Cadenas denuncia que el venezolano habla un español básico y eso nos hace presa de los embaucadores de turno.

    Lo del lenguaje es tema sumamente profundo, complejo, y fascinante. Ahorita estoy leyendo El genio del idioma de Alex Grijelmo, el de Cadena y éste son unos must. Te los recomiendo, en serio

    Abraxs

  3. «Cuando las palabras pierden su significado, el pueblo pierde su libertad» Confucio.

  4. Ok, ya se que nadie me va a creer. Pero lo juro.
    Con todas mis deficiencias siempre utilizo la palabra precisa para el momento y digo exactamente lo que quiero decir. Solo en contadas excepciones he utilizado el «te quiero» o «el te amo» Y estoy de acuerdo con tu analisis; las palabras pierden el significado cuando se manosean mucho, por eso solo las utilizo cuando es nesesario.
    Ahh y sobre los insultos hace años me d cuenta de eso, decirles a alguien en la autopista marico no es coño. Una vez le dije a otro chofer » la jedionda vulva de tu madre» y me parecio que si se ofendio.
    Hay que ser creativos, hasta para insultar

  5. Sí, por allí iban los tiros cuando conversábamos sobre La banalización del mal en Venezuela (http://li.co.ve/eCC). Algo nefasto, que me llena de inquina (vos no queríais palabrejas complicadas, pueh) es el desgaste irresponsable al que se someten las palabras para vaciarlas de todo sentido.
    El «fascismo» por ejemplo, la «ultraderecha» y la «dictadura» son conceptos y prácticas políticas definidas, marcadas por el sufrimiento de miles de personas, la discriminación, el terrorismo y la muerte.
    Llamar «fascista» a Capriles es insultar a la gente que de verdad sufrió el fascismo, gente que era apaleada por los camisas negras diariamente.
    Igual pasa con las comparaciones ridículas de Chávez con Stalin, por ejemplo.
    Personalmente, me di cuenta del estado patético, subterráneo, de los intelectuales venezolanos cuando empezaron a mal usar el lenguaje. Todavía recuerdo a un bobalicón reputado por sus ensayos históricos gritando en el 2000 que estábamos en una «dictadura», o a Roberto Hernández Montoya diciendo que todos los que se oponen a Chávez son de «UltraDerecha».
    Así no se puede. Si ni los intelectuales, ni los (ajém) «Comunicadores sociales» (cof), no detienen la transmisión televisiva para decir, «lo siento, pero es inaceptable que usted compare el chavismo al Holocausto. No soy judío, pero un mínimo de respeto, cómo coño se le ocurre», pues es imposible avanzar.

  6. Muy atinada reflexión. Lastimosamente no sólo asistimos a «la quiebra de la lengua» a la que alude Cadenas, sino que formamos parte de ella. Si no la cuidamos nosotros del desgaste y el sinsentido, ¿entonces quiénes?
    Saludos y ¡abajo las neolenguas!

  7. Adriana, una vez más me haces reventar en aplausos hacia otros de tus geniales artículos. Definitivamente, la mutación (¿o debería decirse perversión?) del lenguaje en estos últimos 14 años a partir de adjetivos despectivos o «cariñosos» y nombres rebuscados es un factor y una consecuencia del maëlstrom que constituye nuestra sociedad; y tal como tú misma dices, es algo cuyo rescate resulta de poco interés para la población general; incluso quien escribe estas líneas confiesa haber cometido no pocas veces las aberraciones que aquí enumeras.

    ¿Qué alternativas o propuestas podrías ofrecer para que cada persona caiga en cuenta del tesoro empozoñado que es nuestro hablar y el cómo irlo purificarlo de los males impuestos por el régimen?

    PD: ¿Has visto una serie animada de Colombia llamada «Profesor Super O» ? Está dedicada al rescate del «buen hablar» aunque lo hace desde el ámbito de la gramática y la ortografía.

  8. Caramba, disfrute mucho tu artículo, sobre todo me gustaron los aportes, no es la critica por la critica sino que además se nota la buena intención, es cierto, muchos caemos en eso que planteas, no darle el justo valor a las palabras, desgastarlas, usar las mismas con todo el mundo hace que se pierda la gracia, a veces es mejor dar un paso al lado y excluir del lenguaje esos calificativos innecesarios, luego, nuestro ego nos invita a ser políticamente correctos o despiadados como si con eso se lograra algo. Lo que dices me parece fundamental para deslastrarnos de ese dame que te doy, eterno, te compro esa idea porque es buena, y abrirá una brecha en futuras generaciones que aspiramos no se contaminen tanto de esas ligerezas del lenguaje en que muchos caemos. XD

  9. i
    Excelente post Adriana.

    ii
    Por esa misma razón no puedo evitar sentir náuseas cada vez que escucho a alguien autodenominarse ‘escuálido’. Me hace sentir que se ha tirado la toalla, que el síndrome de Estocolmo se ha impuesto en nuestra sociedad.

    iii
    Me voy a permitir hacerte una recomendación. La forma como has estado estructurando tus artículos últimamente me recuerda al estilo de otro frecuente participante de Panfleto. Y para serte sincero no veo la necesidad. Tienes suficiente talento y cualidades para no necesitar que tus escritos se parezcan a los de otra persona. A parte que si los escritos de los diferentes escritores comienzan a usar un estilo parecido, la página va a terminar volviéndose uniforme y aburrida. Una de las cosas entretenidas de esta página siempre ha sido la completa falta de estilo o esquema fijo en los artículos.

  10. Adriana, (manita! jejej es sólo un chiste creéme!! :)) éste artículo esta muy bueno, de verdad creo que es buen material para seguir mejorandolo!! e indangando creo que se desvio un poco y lo que empezó como A terminó como B :)

    no es una critica por que quiza sea un trabajo que evoluciona, no terminado, y que podria dar para al menos dos articulo (mas enfocados) saludos!!

  11. excelente! me gustan tus ideas. éste artículo esta muy bueno, buen material para seguir trabajandolo y deleitandonos!! ya que se desvio un poco (por el aspecto politico del comienzo y de su titulo, que lo veo como un tema) y otro el aspecto más general -el cal me gusto mas :) – acerca de como los venezolanos somos tan «alegres» y quiza muy informales a la hora de usar nuestra lengua. Asï creo que esto podria dar para al menos dos articulos (mas enfocados) . saludos!

  12. Gracias a todos por leer y comentar. Ciertamente, se trata de un tema con muchas aristas y muy complejo, pero si me voy «más» de las ramas, vuelvo el post un desastre. No saben lo que me costó éste. Pero siempre estaré tratando el tema porque se ha convertido en una pasión, así que escribiré sobre el asunto más seguido. Saludos

  13. Otro ejemplo de esto:

    Usan la palabra anarquia arbitrariamente como sinonimo de anomia, y si todo el mundo se riera de esa persona o al menos le señalara su error, pues vale, pero es que todo el mundo parece creer eso.

    Lo mismo con el comunismo.

  14. Eso hay que matizarlo un poco: ellos usan la palabra «anarquía» tal como la usaba Bolívar («uníos, o la anarquía os devorará»), quien murió antes de todas las formulaciones teóricas de los anarquistas decimonónicos (aunque no sé si haya leído a Godwin y, para ser franco, tampoco sé si Godwin usaba la palabra «anarquía»).

    En todo caso, las ideas de Bolívar eran bastante roussonianas, así que no creo que simpatizara con la acracia.

    Para diferenciar entre el uso vulgar y el uso en filosofía política de «anarquía», igual podrías usar «acracia» o «socialismo libertario» (si te va el rollo anarquista de izquierdas, el único auténtico según algunos).

  15. De acuerdo, pero ya las ideologías son un mundo a parte en este aspecto, siendo el comunismo/socialismo el concepto más prostituido de todos, a mi parecer. Este artículo de Vinz habla de ese tema http://li.co.ve/eCC

    Warholio, si me estoy copiando de alguien aquí no sabría exactamente de quién, tal vez de xLuis, pero de pana, cuando el artículo es largo necesito a los romanos, hace lo muy largo, algo más corto y el texto se ve más limpio y yo con eso soy un fastidio ;)

    Lore, no he visto Profesor súper O, pero estoy segura que me va a gustar

    Saludos a todos, y otra vez, gracias por sus comentarios

  16. Adriana, este tiene que ser el mejor artículo que he leído aqui en los últimos meses, te felicito.
    Siempre me veo tentado a escribir un post aquí en Panfleto pero por lo general nunca logro unir las palabras necesarias para redactar algo decente. Lo que escribes es fascinante, lo he venido conversando desde hace un tiempo con mis amigos y encontrarme con este artículo me hace pensar que no estoy loco.
    A mi no deja de sorprenderme como nos agarraron mansitos y nos manipularon a su gusto, como dice Luis1210, la enorme cantidad de paralelismos que hay entre nuestra realidad y el universo orweliano es escalofriante.

  17. Hola, Napo, muchas gracias por tu comentario y por leer :)

    Es una verdadera lástima que ese libro no esté disponible en línea en mejor formato que este, pero es un libro corto, excelentemente escrito, esencial y poderoso, seguro se te hace ligero

    http://es.scribd.com/doc/40602908/Rafael-Cadenas-en-Torno-Al-Lenguaje

    Hey, decídete a publicar, si uno espera mucho, nunca lo hace.

    Esperaré tú artículo por estos lados

    Muchos saludos y gracias nuevamente :)

  18. Excelente artículo, Adri. Reflexión necesaria para dar el valor justo a las palabras.

    Quisiera acotar algo que he pensado cuando lo leo en las redes sociales:

    Sabes que detesto a este gobierno de mierda y todo el compendio de desidia, trampa, corrupción y caos que representa el país. Lo digo dándole el valor exacto a esas palabras.

    Sin embargo, confieso que me llama la atención la manera en que se descose a Nicolás Maduro con lo de chofer. No sé, me causa cierto ruido; porque una parte sincera y objetiva en mí, sabe que si un chofer de Metrobús llegara a un cargo importante, enmarcado en ideales de oposición, al pana le jalarían demasiadas bolas. Se leerían cosas como: «es un ejemplo perfecto del cómo con trabajo y perseverancia se puede llegar a ser alguien importante en el país»; «el hombre tiene su mérito, comenzó desde abajo»; «Nicolás es el vivo ejemplo de que si sueñas grande, puedes lograrlo. No importa que seas barrendero, con perseverancia lo puedes lograr».

  19. Querida Amiga Adriana: Quiero decirte que ha sido una sorpresa encontrarte escribiendo aca. Siempre tuviste una vocacion de escritora fascinante, me enorgullece inmensamente ver que estas haciendo algo que disfrutas tanto y ver tambien que tanta gente te lee y mas importante, que le gusta lo que lee. Te quiero mucho amiga…eres increible!

  20. El Regimen Castro-Chavista aprendio hace tiempo a utilizar 2 tipos de lenguaje muy eficaces para mentir.

    Y saben perfectamente bien cual es la Audiencia vulnerable, increiblemente ignorante, lamentablemente «alfabrutizada».

    No son ustedes, los opositores con cierta educacion y sentido critico propio, ni el Millon de profesionales en exilio, ni la comunidad internacional mejor educada e informada.

    Es el 69% de la poblacion de indios mal educados Chavista, que todavia hoy, incluye a 6 Millones de Maduristas.Esta audiencia es evidente o completamenete enchufada y corrupta, complice con la Cleptocarcia, y/o abrumadoramente mal educada, increiblemente ignorante. Se creen lo que sea, porque no saben nada. Guerras economicas, que Cuba es un paraiso, cualquier disparate. Muchos subestiman al Chavismo: saben perfectamente bien esto, mienten a proposito, y es es a ti o a mi, es a ese pueblo bruto.

    Utilzan dos metodos principalmente: Hablar or escribir «Fino» y/o hablar «en buen criollo», hasta vulgarmente. El primero, casi norma en plataformas coheteras inter-galacticas como Aporrea, consiste en utilizar grandes vocabularions, palabras que suenan «educadas» y que la gente ignorante immediatmente clasifica como verdaderas (lo poco que comprenden), inteligentes, reveladoras.. Logran asi impresionar al pueblo «hay, mira que gonito habla ese rebolusionario», sabe lo que dice..»

    Para no perder completamente la atentacion de tan alfabrutisada audiencia popular, mezclan en estos discursos intelectualoides «finos» multiples aforismos y expresiones populares, saltan de lo refinado a el lenguaje de barrio campesino de una frase a la otra. Siempre adulando y masajeando el ego maltrecho del «pueblo» con sus populacherias baratas y sus ataques a los «burgueses» or «imperialistas».

    Este arma linguistica de doble filo no es nada nuevo. Lo utilizan los politicos desde el principio de todas las tribus humanas.
    En Cleptozuela es enormemente eficaz debido a la enorme ignorancia y, peor aun, mala educacion, lavado de cerebro masivos. Un Pueblo Bruto, no teman reconocerlo, esa es la audiencia, no ustedes los verdaderos «intelectuales, o gente educada y honesta. Basta escuchar cualquier discurso publico de cualquier politico, inclusive los «buenos» de gente buena de la oposicion. Escuchar a Capriles.. que tratan de rebajarse a duras penas al penoso nivel educacional de sus audiencias chavistas. Lo hacen de las 2 formas que aqui explico, y entre-mezclando los discursos finos con los burdos, pero sobretodo los pseudo-intelectuales de rancho reciente, expresion que acabo de inventar, buscando impresionar, confundir y adoctrinar, mientras injectan sus potentes venenos divisionistas, creando mas odio, resentimiento y confusion.

    Resultado hoy en Cleptozuela? 69% todavia adoran a Chavez, 20% de invertebrados corruptos e ignorantes a Maduro. Estamos hablando de un 70%, 20 Millones y Millonas de alfabrutizados, y/o enchufados corruptos.

  21. Disculpen los errores, hablando de «educacion» y fui lo suficientemente holgazan para no releer y corregir antes del click..

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here