El Populismo del Corazón de Mi Patria

La totalidad de la patria no late al ritmo del corazón de Chávez. Pero su campaña quiere imponerlo así, de forma conductista y arbitraria.
Después de apelar por años al lenguaje del odio y la confrontación, los asesores de imagen le bajan dos al discurso encendido del candidato para venderlo como la mansa paloma de la concordia del país, cuando su llegada dividió a la nación en una lucha estéril condenada al vacío y el fracaso.
Por tal motivo, nadie cree la consigna afectiva de la propaganda del inquilino de Miraflores. Esconde la doble moral de un pasado ajeno al futuro promisorio de amor y paz.
Otro problema. El logotipo es una fotocopia del emblema corporativo de una farmacia de Caracas. Curiosa manera de cambiar el remedio por la enfermedad del comandante.
Por ende, también se oculta su rostro actual, proyectando la sonrisa de una foto maquillada de años atrás. En consecuencia, la máscara del poder revela su faceta menos verosímil.
Se busca conquistar el aprecio de la clase media y reforzar la estima del mercado cautivo.
Al final, genera un efecto boomerang en el receptor, incapaz de tragarse el paquete chileno y la telenovela del cariño demagógico.
Populismo mediático de quinta.
Por último, queda la percepción de encontrarse delante de una publicidad kistch, cursi y ridícula, diseñada a la manera de una tarjeta de San Valentín pero entregada durante el halloween.
Viñeta de corte new age imposible de tomarse en serio. No en balde, instrumentaliza a su favor una técnica explotada por la publicidad capitalista: la teoría de las «love marks». Clásica incongruencia en la retórica del socialismo bolivariano.
Sigamos discutiéndola en el foro.
Cierro con un estupendo comentario de Adriana Pérez Bonilla: ¿Y las propuestas, las promesas, las ideas, la inspiración? Bien, gracias. Un total vacío conceptual e ideológico, no hay nada, puro amor de cartón piedra, puro chantaje sentimental, una campaña reaccionaria y patriotera para embaucar a los de siempre.