Acabo de ver «El Retiro», corto introspectivo de Nicolás Manzano. Cuenta con una fotografía poderosa en blanco y negro, bajo el diseño de una banda sonora impecable, hasta sublime y poética. Siento ecos de Van Sant, Malick y Polanski, salvando las distancias.
El principio es sencillamente demoledor. Impresionante la relación del contexto con la locución de fondo. Crea un efecto hipnótico de gran impacto social y emocional. Llevaba tiempo sin disfrutar de un cine nacional tan sensible, melancólico y políticamente comprometido. No ofrece soluciones.
Cumple con mostrar y describir nuestro actual clima de paranoia. Lo mejor: carece de diálogo. Sus imágenes nos seducen. Lo peor: dura poco. Te quedas con ganas de más.
El balance es positivo, a mi entender. Mis respetos para sus realizadores. Van por muy buen camino. Ojalá el gobierno no los vaya a satanizar y a condenar como a los chicos de «Caracas, Ciudad de Despedidas». Hagámoslo viral. Denuncia de la inseguridad y del desangramiento de un país.
Retrato expresionista de la soledad, la alienación y el aislamiento de una sociedad atormentada.