Ahhh, las terceras partes…Dentro de lo que son las franquicias cinematográficas siempre suelen ser la piedra en el zapato de los fans, quiénes generalmente vienen después de una segunda parte excelente con expectativas altísimas.
Pocas veces cumplen lo prometido.
El síndrome de la tercera parte ha plagado las salas de cine y jugado con el espectador en innumerables ocasiones: ¡Terminator 3 !, ¡Superman 3! ¡Batman Forever! ¡X-men The Last Stand!, ¡Spiderman 3! ¡Piratas del Caribe 3! Solo algunos ejemplos que personalmente me parecen vomitivos y cuyo estreno esperé como el maná (me niego a incluir al Padrino 3).
Al parecer el problema es que esas expectativas están altísimas, el estudio está entrometido en lo que supuestamente queremos ver o, simplemente, las historias dieron todo de sí en una o dos entregas pero había que hacer dinero y punto.
Lo cual nos lleva al tema que nos atañe y el que hizo a que me decidiera a escribir mi primera crítica cinematográfica (¿Discusión? ¿Felación a Christopher Nolan?): ¿Es The Dark Knight Rises (2012) una buena tercera parte? ¿La mejor?
Fuck yeah!!!
Según mi manera de entenderlo, para que una tercera parte sea buena tenemos que salir de la sala con la sensación de que se ha cerrado un ciclo, una trilogía. Pero no estamos hablando de trilogías que son manufacturadas para conseguir resultados en taquilla (y ¡lo lograron!) como Piratas del Caribe o Matrix. Hablo de trilogías que cuentan un viaje en tres películas pero que cada una de ellas puede ser visionada individualmente por alguien que no necesariamente ha visto las otras dos.
El caso que más puedo relacionar a un cierre total de una historia es El Retorno del Rey (2003). Un amigo me dijo que no recordaba bien cuál de las películas era cuál porque le parecían una sola. Está claro que el mismo Tolkien escribió los tres libros como uno sólo y tiene más coherencia percibir estas historias como tal.
Es por esto que tiene un gran impacto para mí que las tres películas de Batman de Nolan también funcionen como una, a pesar de tener estilos diferentes y tocar temas diferentes.
Christopher Nolan ha dicho que esta trilogía cuenta fundamentalmente el viaje de Bruce Wayne hacia la redención.
¿Trilogía?
El mayor cumplido que le puedo hacer a Nolan es que ha creado una trilogía que cierra perfectamente sin haber tenido nunca la intención de crearla.
Batman Begins era un experimento, traer al hombre murciélago al mundo real (bueno, lo más real posible si tenemos en cuenta que hay ninjas en el Tíbet entrenados para derrumbar a la sociedad occidental. Pero desde luego creando reglas inquebrantables dentro de su propia narrativa) explorando el tema del miedo en nuestra sociedad moderna. Los que vimos una película del hombre murciélago tan compleja (flashbacks dentro de flashbacks OMG!) y tan divertida (it´s a black…tank!) no sé como no fuimos a la casa de Joel Schumacher con palos y piedras para evitar que volviera a hacer algo como lo que nos hizo con Batman Forever y Batman y Robin..
Fue sólo después del relativo éxito comercial de esta película y de la buena acogida de la crítica y público que Nolan se puso manos a la obra con la secuela (No sin antes darnos la excepcional The Prestige).
The Dark Knight fue Nolan libre de riendas metiéndonos en un mundo más parecido al nuestro todavía. La carta que tenía bajo la manga no era un As, sino un Joker que a día de hoy podría considerarse el mejor (¿?) villano de la historia del cine. En esta secuela tocaba temas relevantes al zeitgeist del año 2008 (terrorismo, derecho a la privacidad, el miedo otra vez, ¿es válida una mentira si supone el beneficio de una sociedad sea cual sea?
Pueden cambiarnos a Katy Holmes por un Bulldog y no nos vamos a dar cuenta? etc.) De esa película me dolerían los dedos de tanto escribir y lo dejamos para otro día. El punto es que tras The Dark Knight ni el mismo Nolan estaba seguro de que continuaría con la saga ni mucho menos cerraría una Trilogía.
La muerte de Heath Ledger fue un motivo importante para no querer explorar más aún este universo y se dedicó a crear una película que siempre quiso hacer y que ahora tenía la influencia y el dinero para hacer como le diera la puta gana: Inception. Después de ganar cuatro óscars por esa película, Nolan DE VERDAD no tenía nada más que demostrar.
No quiero ser ingenuo y pensar que Warner Bros no le puso un Tumbler lleno de dólares frente a su casa para que hiciera la tercera parte, pero estoy seguro de que aún en ese caso Nolan sólo haría la película si de verdad creía que podía aportarnos algo mas. Y, para repetir el mantra de miles de fanboys durante los últimos 4 años…
In Nolan we trust. (En Nolan confiamos)
En The Dark Knight Rises nos encontramos 8 años más tarde de los acontecimientos de The Dark Knight. Gothan está libre del crimen organizado gracias al Harvey Dent Act. Básicamente la mentira de Batman y Gordon ha dado sus frutos. Tras la muerte de Rachel Dawes (si consideras esto un spoiler no mereces mi respeto) Bruce Wayne está recluido en su mansión y ha retirado a Batman. Se encuentra físicamente en su peor momento y se tiene que servir de un bastón para caminar.
Estamos ante la calma antes de la tormenta y es aquí donde se unen la tercera parte de la trilogía con la primera: La liga de las sombras no ha tenido aún la última palabra. Este puente con el tono más fantástico de Begins eleva a la trilogía a un punto de cohesión total. Los eventos de las dos primeras películas tienen relevancia absoluta y pequeñas escenas de una película de hace 7 años cuyo director no sabría si sería la única ahora cobran sentido. Eso sólo puede ser prueba de que el guión está minuciosamente edificado. Estamos ante los tres pasos de un truco de magia que Nolan auguró con The Prestige y que no nos quede ninguna duda: The Pledge, The turn, and The Prestige . La presentación (Begins), el truco (The Dark Knight) y el prestigio (The Dark Knight Rises) son los pasos que ha sabido tomar Nolan para elevar esta trilogía de un hombre en mallas corriendo detrás de criminales en la mejor saga de súper(¿?)héroes de la historia del cine.
El encargado de llevar a cabo la misión de la Liga tras la muerte de Rhas Al Ghul no es otro sino Bane. El único personaje en el cómic (saga Knightfall) que supone una amenaza física real para Batman. Los puristas dirán que su relación con la liga tiene poco que ver con sus orígenes en las páginas de DC cómics, pero cuando hemos establecido quién es este Batman y por qué sólo él puede hacer las cosas que hace, es la única vía (y repito, la mejor para cristalizar las tres películas) posible.
Los ingredientes están servidos en cuanto al muro que se le pone delante a Wayne (chiste fácil) : un enemigo imponente en lo físico (los que vimos Warrior nos quedamos tranquilos hace meses en cuanto a la capacidad de Tom Hardy para intimidad/quebrar a Batman), con una misión que supone la destrucción de todo lo que cree y con una inteligencia y frialdad que justifica totalmente el acento de Sean Connery con filtro Darth Vader! El que no pegue un salto cuando oiga su voz venir de fuera de campo CADA vez, está sordo o vio la película en Cuevana.
Catwoman.
La única reserva que llevaba conmigo al entrar a la película. Anne Hathaway literalmente te PATEA LAS BOLAS cada vez que está en plano. Su Selina Kyle tiene una energía y una anarquía que hasta los mayores detractores tendrán que cerrar el pico (me incluyo) al verla. Si, ya lo sé, el jefe de la Warner seguro que se lo impuso a Nolan, quién ha dicho que la idea de ver a Catwoman en la pantalla le parecía igual de ridícula que ver a Robin junto a Batman. Pero Nolan y su hermano Jonah supieron introducirla en este guión el cual, aunque un poco abultado necesitaba darle a Bruce Wayne un punto positivo en su vida (aunque su quiropráctico no esté de acuerdo con lo que digo).
Luego tenemos a John Blake, interpretado por Joseph Gordon-Levitt. Uno de los personajes que más tiempo de película se lleva para no ser conocido. Es un policía idealista que a pesar de que no ha vivido en su vida adulta todos los acontecimientos que han llevado a Gotham a donde se encuentra ahora ,me parece que tiene la visión más global de lo que se debe hacer aunque sólo sea desde un punto de vista moral. Vemos un arco de transformación muy interesante en él, y al final de la película se habrá borrado totalmente de nuestro cerebro el niño estraterrestre de Third Rock from the Sun!
Los secundarios tienen todos su momento de brillar: Gary Oldman es el que más empatía me produce, porque ha pasado por prácticamente lo mismo que Wayne sin el entrenamiento ,el anonimato, (ni el dinero ni las supermodelos!). Sus status de héroe de a pie se eleva al máximo en esta película. Morgan Freeman como Lucius Fox, nos aporta el toque cool e incluso cómico que la película necesita muchísimo a veces, es totalmente reconfortante cuando le vemos en plano, como sólo Freeman puede hacerlo. Finalmente tenemos a sir Michael Caine, derrochando emoción pura. Es la voz de la conciencia de Bruce y vemos que está totalmente destrozado por dentro ante la idea de perderlo, sabe que esta vez sí que existe una amenaza tan grande que puede acabar con su único hijo (adoptivo claro está). Si para evitar esto debe hacer cosas que no desea, las hará. Si uno de sus monólogos acabara con la frase: buenas noches príncipe de Maine, rey de Nueva Inglaterra, ¡hubiésemos llorado todos como niñas!
Mientras menos hablemos de Marion Cotillard mejor…
Como no podía ser de otra manera, la película toca temas actuales sin ser necesariamente predicadora. A todas las personas que desean la caída de los banqueros, instituciones, la bolsa, los ricos en general…aquí tienen una bola de cristal, pueden divertirse como enanos viendo qué pasaría si pudieran sacar a los políticos de las barbas (!!!) de sus mansiones y arrastrarlos a nuestro nivel. Pero ojo, puede que el que esté detrás de esta revolución bol…., ejem, revolución esté pensando sólo en sus propios intereses personales y simplemente las ovejas estemos cambiando de pastor.
Que podamos buscar estas alegorías en una película en la que sale un hombre murciélago volando en una especie de helicóptero sin hélices simplemente demuestra que estamos en un momento GENIAL para el cine, donde las ideas si son coherentes funcionarán (y mucho) sin importar el género en el que nos encontremos. Y que podamos salir de la sala sintiéndonos que hemos recorrido un viaje hasta su más satisfactoria conclusión posible no es otra cosa sino una absoluta bendición.