En un cuento de Carlos Drummond de Andrade: Flor, teléfono, muchacha, un gesto cambia la vida de la protagonista, una reacción, un movimiento realizado sin querer, al descuido, trastorna todo su mundo hasta destruirlo. En la vida real pasa, algunas situaciones pueden cambiarte la vida, no necesariamente la vida de afuera, la que los otros ven y conocen, si no la que más importa: la vida interior, el ánimo, el carácter. En Margaret (2011) a Lisa le pasa, su vida aparentemente tranquila se trastorna debido a una imprudencia o a un gesto que no meditó como muchos de los que acometemos todos los días, ¿Cuántos de nosotros vamos por la vida pensando que podemos alterar el universo propio y el ajeno? ¿Cuántos de nosotros pensamos en las consecuencias de nuestras acciones? Pocos, además acometemos tantas a diario, que pareciera casi imposible estar alerta las 24 horas.
Anna Paquin, ganadora de un Oscar por El piano cuando solo contaba con 11 años, es Lisa, en esta cinta de casi tres horas que ni se notan. Si, ese es el principal elemento que hace que la película de Kenneth Lonergan (quien también es autor del guión) logré enganchar: cada minuto de duración es necesario –y no pesa ni aturde ni aburre- para comprender, para ver el mundo por ratos, para encontrarnos con el universo de Lisa (lo que le rodea) que no necesariamente concuerda con quien es o con quien esta a punto de convertirse.
¿Hace falta amar a un personaje cinematográfico para que te toque? Creo que no, también puedes odiarlo y surtirá –quizas- el mismo efecto. A Lisa (no, la película no se llama Margaret porque ese sea el nombre de la protagonista) no la amas, te parece una niña malcriada, intensa, una adolescente inmadura, que va trastocando su animo en lo que avanza el film, y todo porque tiene algo poco común: necesidad de integridad. Es decir, Lisa, como toda adolescente, esta buscando su lugar en el mundo, sus ideas, preferencias y sensaciones, pero para buscarlas se va por el camino duro: explora su conciencia, sus reacciones, se involucra, se jode, tratando de que la sinceridad sea el espejo fundamental donde pueda mirarse.
La sinceridad, esa cosa tan fácil de lograr muchas veces con el arte y tan difícil de obtener en los espacios de la vida real, es la principal cualidad del personaje de esta cinta, que como su director no esta dispuesta a cambiar para complacer al mundo que le rodea (Kenneth Lonergan se negó a reducir su guión o adaptarlo, ya que obtuvo varias criticas por su extensión poco comercial) Lisa necesita rescatarse a si misma, incluso cometiendo tonterías e infantiladas en el camino.
Con un gran reparto: Mark Ruffalo, Matthew Broderick, Matt Damon, Jean Reno, entre otros, este film es una muestra del interesante e inteligente, además de entretenido cine independiente que se hace en Hollywood, para todos aquellos que dicen que el cine esta estancado.
Calificación: 10/10