Caracas será el último lugar que reciba a La Última Cruzada de los reagrupados Zapato 3. Será este domingo en el Parque Los Caobos, gratuito, para cerrar la Feria del Libro instalada hace días. Una nueva, y quizá última oportunidad, de reencontrarse con el quinteto que levantó emociones hasta hace 13 años, y de nuevo hace una semana, en la capital. El formato ayudará: un espacio abierto como aquél emblemático concierto masivo de 1992 en el Nuevo Circo.
En el espectáculo queda demostrada la calidad de una banda ya madura, a la que le costó 2 años ponerse de acuerdo en salir de gira de nuevo (la primera idea era reencontrarse el 10/10/10). Menos mal que Fernando Batoni dejó de negarse. Así el público puede despedirse de ellos como nunca antes pudo hacerlo, y nuevas audiencias caerán en el hechizo de su fuerza en directo.
En La Última Cruzada la tarima es un patio de juegos para quienes aprendieron hace mucho a hacer las cosas bien. El dominio técnico y el sonido limpio de ahora se llena con el contenido furioso de hace dos décadas cuando la actitud sobrepasaba el cuidado técnico. El resultado es poderoso durante las 24 canciones que interpretan en un maratónico espectáculo de 2 horas. Carlos Segura destaca en su rol de vocalista, más por su entrega y teatralidad en tarima que por su capacidad vocal, algo que poco se ve ahora en la escena criolla. Los cinco se bañan en aplausos al mostrar su entrega al rock sucio, obsceno, peligroso, como debe ser. Así buscan recordar, sin que la nostalgia se apodere del momento. Por eso los nuevos arreglos, arrolladores y actuales. Cada uno de los músicos lo da todo, en ejecución y en actitud. Así debe ser el rock.
Al cierre, muchos querrán más. Otro disco. Otra gira. Lo primero viene con un directo de los conciertos (algo que nunca habían hecho). Lo segundo está en veremos, y no es muy probable. Quizá la oportunidad sirva, sí, para que muchos presentes, cuando vean esas imágenes lavadas por el tiempo en la pantalla al comienzo del show,miren atrás a su propio pasado y recuerden cómo dieron la espalda al grupo (colaborando con su muerte) con sus últimos dos discos, golpeados por un público que quizá no entendió que Zapato 3 era mucho más que “Pantaletas Negras”, besos y suicidios.
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