Hace un tiempo ya recibí por Twitter la mención de un Abogado Constitucionalista y Penalista/Profesor Universitario afecto a la interpretación del Socialismo -al que me opongo- que el Gobierno de Venezuela practica. El hecho me causó curiosidad y me honró a la vez que fuera considerado por el Profesor para llevarme al debate de las ideas, dado que el tweet me refería a un artículo que él publicó en un portal pro-gobierno.
El título del artículo es «Eurocentrismo» y en éste, el Profesor hace un análisis acertado sobre la base histórica de las relaciones colonizador-colonizado entre Europa y el resto del mundo, con el que nos lleva a la conclusión que los pueblos americanos, asiáticos y africanos que no han sido vacunados por el Socialismo, sufren de un complejo de inferioridad en el que «sin apoyo de ningún análisis científico histórico, (…) han asociado ancestralmente a los europeos invasores con el desarrollo, la felicidad y la belleza; y a los tercermundistas conquistados con el atraso, la desdicha y la antiestética».
Muy bien. Hecha la mención, la vena reflexiva y política en mí, un estudiante de Ingeniería que suele escribir muy circunstancialmente y que mucho menos es docto en la materia a debatir, sino que cuenta con lo que ha visto, escuchado, compartido, leído y se ha hecho criterio, como armas para responder; atiende a esta crítica, que no lo niego, tiene razón en función de la base histórica que mencioné. He aquí lo que pienso:
Lo aducido por el Profesor nuevamente, en función de la base histórica es muy cierta, pero lo que hartas veces me pregunto cuando veo este tipo de análisis es: «¿vamos a seguir mirando al pasado?». La Historia es para estudiarse y no condenarse a repetirla, no para reeditarla. El episodio de la colonización europea de nuestros pueblos, para no entrar en detalles históricos que no vienen directamente a este debate, es ciertamente muy oscuro y lamentable, como lo fue casi toda la Edad Media, signada por la dominación de los pueblos en función de la creencia religiosa o ideológica y el poderío que ejercía la Iglesia Católica en la época.
He aquí donde entran mis siguientes consideraciones. Cuando se habla por ejemplo de los pueblos asiáticos, también dominados por el desplazamiento europeo medieval y se usa a éste como argumento para darle mayor fuerza discursiva al emplazamiento que hace, se olvida que la Historia no comenzó en la Edad Media, porque desde Asia hubo también movimientos colonizadores como el del Imperio mongol, el Imperio otomano y el Imperio persa que invadieron regiones europeas y no fueron precisamente colonizaciones de paz y amor.
Con lo anterior, no justifico lo hecho por Europa, sino más bien trato de hacer entender que conociendo la Historia es la mejor forma de vacunarnos contra el complejo de que sea posible la existencia de una raza superior y pura que es capaz de dominar a las razas inferiores (entre las cuales se incluye nuestra raza mestiza) y es ahí donde desestimo todo comentario racista que pueda venir por parte de los «eurocentristas». En consecuencia, no hace falta inyectar o alegar que es necesaria una nueva ideología que contrarreste la ideología dominante introducida por la Iglesia Católica europea para vacunarnos de este complejo social. Basta con educar, educar y educar, no con más mesianismos derivados de ideología Socialista, Capitalista, Imperialista, Católica, Comunista o Musulmana alguna, sino con el conocimiento sin sesgos.
Ahora me dirijo a la premisa del artículo al que respondo y que se resume en las primeras líneas de éste: «Si de establecer un escalafón se trata, sobre los lastres ideológicos más deleznables que agreden la dignidad de los pueblos del tercer mundo dentro del régimen capitalista, sin vacilación habré de referirme al Eurocentrismo.» Repito que no niego la existencia de esta tendencia y su infamia, como sí se niega la infamia de episodios como el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural maoísta o el Holocausto judío promovido por el nazismo alemán; pero no puedo apoyar a quien, en la búsqueda de sumar razones para odiar una ideología e instaurar otra, subestima la condición de nuestros pueblos por no ser capaces de desligarnos de la condición de tercermundistas y colocarnos en el papel de los débiles del mundo como una especie de fatídico destino que nos condenará a ser siempre no más que eso.
Si tan solo tomáramos los ejemplos de lo que en Europa se hace bien (a mencionar el sistema educativo de Finlandia por ejemplo), en vez de criticar desde una posición -con todo respeto- acomplejada, y añadiendo la grandeza de espíritu y de capacidades que se observa en nuestra civilización, producto de la mezcla de la raza blanca, negra, india y sí, también asiática, así como contando con los recursos paradisíacos que nos prestan estas tierras, podríamos pararnos en una posición de avance tal que no pudiéramos ser catalogados de tercermundistas, consolidaríamos un nuevo polo de poder económico, social, tecnológico, turístico y pare usted de contar y desestimaríamos los fatuos principios del racista Eurocentrismo.
Lamento decir que esto de mirar atrás en el pasado y pensar en el Eurocentrismo, es otra excusa más para justificar la necesidad de una ideología que aplicada radicalmente ha demostrado fracasar en el mundo y en el tiempo; refugiados en la inacción y pobreza de nuestras naciones y culturas para salir adelante, introduciéndonos en constante conflicto con los vecinos o con nosotros mismos.
Los pueblos asiáticos y europeos, así como los nuestros producto de los procesos independentistas que sucedieron hace 200 años, han venido apelando a su capacidad de autodeterminación de sus futuros, esto no se ha hecho sin cometer enormes y reprochables errores; pero la contemporaneidad nos obliga a crear desde adentro nuestro futuro y dejar a un lado esto de echarle la culpa de nuestro atraso al resto de los niños en este patio de juego que es la Tierra.
El Profesor es Jesús Silva y el artículo se encuentra en esta dirección: http://www.aporrea.org/internacionales/a60687.html
Como corolario digo que debemos aprender a ser dueños de nuestro propio destino como naciones y culturas. Pronto trataré de presentar por esta vía (como le comentaba al Profesor Ricardo Sucre), ideas o propuestas políticas que a mi parecer deben ser el principio para encaminar a nuestros pueblos y naciones por la senda del éxito y hacer temblar intelectual, tecnológica, económica y culturalmente a las potencias del mundo. Pero repito, soy un simple estudiante de Ingeniería.
He leído el artículo del profesor Jesús Silva y debo decir con toda humildad que lo percibo poco constructivo. Primero que nada la historia, y en particular, ese periodo de la colonización debería ser aproximado de manera multidisciplinaria, tal cual como uno debería hacerlo si uno quiere entender el proceso globalizador actual. Multidisciplinario por qué no puede uno pretender entender la historia desde un punto de vista moralmente parcializado y desde un punto de vista casi exclusivamente económico, pues así es muy fácil terminar con una reinterpretación donde solo existen monstruosos explotadores y víctimas de la explotación. Esto puede ser muy útil en aquello de impulsar las agendas políticas del momento, pero dudo que ayuden a superar los problemas, que son en mi opinión, y en gran parte, problemas de interpretación del punto de vista del oprimido. Por ejemplo podría uno preguntarse, es posible imaginarse un proceso de colonización distinto, mas ‘’humano” dado el contexto socio-cultural en el que este sucedió? Y no se trata de justificar, se trata de reconocer que las cosas han cambiado desde entonces, y que estos cambios bien pueden afectar nuestra manera de interpretar la historia. Redefinir el proceso de conquista me parece positivo y necesario, pero hay que tener cuidado pues puede uno terminar exigiéndole a Cristóbal Colon cosas inconcebibles para un hombre de su cultura, en su época. Sobre “la recién aprobada ley europea anti inmigrantes” el otro le escuche decir algo a Slavoj Zizek, en lo que en mi opinión, tiene mucha razón. La aprobación de dichas leyes, según Zizek, responde a la erosión del socialismo en Europa, han sido décadas en los que se lograron avances muy importantes en seguridad social, educación, distribución de la riqueza etc. Pero según el filosofo esloveno, el papel socialismo en Europa se ha reducido exclusivamente moralizar los problemas, que malo lo de la injusticia social, que malo lo de explotación, que malo lo del racismo, lo de la matanza de las ballenas etc. Mientras que a las espaldas de la sociedad esa izquierda acomodada fragua comprometedoras alianzas con los sectores privados. Los partidos de derecha han sido más pragmáticos, y aprovechando el descontento de estas estériles quejas, y con el uso del populismo, han ganado espacios en los parlamento europeo; es así que se han impulsado estas draconianas leyes en Holanda, Alemania, Grecia, Italia, España etc. A la izquierda Venezolana yo le noto estos nocivos rasgos, ese talento para la queja, siempre dentro de lo políticamente correcto, complaciendo a un público socialista. La pregunta es en que ayuda el quejarnos del eurocentrismo a superarlo, quizás deberíamos trascender esa queja y superar en el discurso y en la acción, y esto es una tarea ardua, difícil, y multidisciplinaria.
Me disculpan por la confusión causada por la previa entrada que estaba sin editar.
He leído el artículo del profesor Jesús Silva y debo decir con toda humildad que lo percibo poco constructivo. A mi manera de ver, en poco ayuda al entendimiento de la historia el aproximarla exclusivamente desde un punto de vista ideológicamente interesado . Por ejemplo, creo que el periodo de la colonización debería ser aproximado de manera multidisciplinaria, tal cual como uno debería hacerlo, si uno quiere entender el proceso globalizador actual. Multidisciplinario porqué no puede uno pretender entender la historia desde un punto de vista moralmente parcializado, tomando en cuenta solo lo socioeconómico, pues así es muy fácil terminar con una reinterpretación donde solo existen “monstruosos” explotadores y víctimas de la explotación. Esto puede ser muy útil si lo que se busca es impulsar las agendas políticas del momento, pero dudo que ayude a superar los problemas, que son en mi opinión, y en gran parte, problemas de interpretación del punto de vista del oprimido. Por ejemplo podría uno preguntarse, es posible imaginarse un proceso de colonización distinto, mas ‘’humano” dado el contexto socio-cultural en el que este sucedió? Y no se trata de justificar, se trata de reconocer que las cosas han cambiado desde entonces, y que estos cambios bien pueden afectar nuestra manera de interpretar la historia. Redefinir el proceso de conquista me parece positivo y necesario, pero hay que tener cuidado, pues puede uno terminar exigiéndole a Cristóbal Colon cosas inconcebibles para un hombre de su cultura, en su época.
Sobre “la recién aprobada ley europea anti inmigrantes” el otro le escuche decir algo a Slavoj Zizek, que para mi tiene mucho sentido. La aprobación de dichas leyes, según Zizek, responde a la erosión del socialismo en Europa; han sido décadas en los que se lograron avances muy importantes en seguridad social, educación, distribución de la riqueza etc. Pero según el filosofo esloveno, hace tiempo que el papel del socialismo en Europa se ha reducido exclusivamente a moralizar los problemas, que en mucho casos, tienen poco que ver con los problemas inmediatos de las clases desfavorecidas ”que malo lo de guerra contra el terrorismo, que malo lo del mercado de armas, lo de la matanza de las ballenas” etc. Mientras que a las espaldas de la sociedad esa izquierda acomodada fragua comprometedoras alianzas con los sectores privados. Mientras, los partidos de derecha han sido más pragmáticos, han aprovechando el descontento causado por estas estériles quejas, y han aproximado, de manera populistas, la solución de estos problemas concretos de los ciudadanos, es así que han ganado espacios en los parlamento europeos, es así que se han impulsado estas draconianas leyes en Holanda, Alemania, Grecia, Italia, España etc.
A la izquierda Venezolana yo le noto estos nocivos rasgos, ese talento para la queja dentro de lo políticamente correcto, pero conservadoramente, complaciendo a su socialista público domestico, e internacional. La pregunta es, en que ayuda el quejarnos del eurocentrismo a superarlo? deberíamos quizás trascender esa queja y superar, creando discursos que se traduzcan en acciones concretas? Esto es una tarea ardua, difícil, pero definitivamente multidisciplinaria.
No creo que uno de los problemas inmediatos de las clases desfavorecidas sea la matanza de las ballenas.
Por otro lado, las izquierdas europeas podrán desgarrarse las ropas por las leyes antiinmigración pero las agradecen encapillados porque el estado de bienestar que inventaron no soporta precisamente esas inmigraciones.
Entrando en materia, resulta irónico que el autor se lance contra el eurocentrismo siendo que Marx (el autor es marxista) era un eurocentrista furibundo, por lo cual no entiendo como el socialismo (o comunismo, para marx y Engels eran lo mismo) supuestamente vacunaría al tercermundo contra ese mal.
Por otro lado, asocia la riqueza europea con el empobrecimiento de sus colonias. La repetición impertinente de estos clichés trasnochados se evitaría con una lectura aunque sea por encimita de los libros «Del buen salvaje al buen revolucionario» y «El Tercermundismo».
La supuesta inferioridad que sienten los (ex) colonizados no explica casos como los de Japón u otros países asiáticos .
Finalmente quiero hacer pública mi queja por haber tenido que leer un artículo (el de profesor Silva) tan malo.