Frecuentemente se esgrime el argumento: «aquí se informa lo que no se ve en otros medios», pero ese razonamiento no resuelve el problema de la inclinación de la balanza hacia un extremo en detrimento de la verdad, y no hablo de la verdad en su sentido absoluto, me refiero al estar expuestos al conjunto de evidencias que nos puede ayudar a alcanzar una lectura del entorno más balanceada. Obligatoria es la pregunta, en que ayuda al «usuario» el ser alimentado con una interpretación parcial de su entorno? Yo me atrevo a contestar, sin titubeos, que en muy poco. Y es que en Venezuela son muy pocos los incautos que pueden afirmar, sin que les reclame la conciencia, que vivimos en una sociedad de iguales; los menos inocentes afirman que por lo menos estamos en la vía a hacia una sociedad más igualitaria. Pero el hecho es, que ahora mismo, en este instante, nos gobiernan élites, élites “de derecha”, “y de izquierda”, lo cual es discutible, pero en fin, élites. Hago este breve paréntesis porque me perece necesario el recordarnos lo obvio: que es que aquí, y en cualquier parte del mundo, las élites controlan los medios de comunicación de masas. Entonces, en que ayuda al «usuario» el ser alimentado con una interpretación parcial de su entorno? Un último detalle antes de intentar responder; recordemos que el concepto de “usuario” introducido por el nuevo paradigma, tiene como sinónimo la palabra beneficiario. Todos sabemos que los fenómenos mediáticos moldean nuestra percepción de la realidad de una forma u otra, si un medio nos expone a una realidad incompleta, pues nuestra percepción es parcial. Es bueno que recordemos esto porque sospecho que el concepto de «nuevo paradigma comunicacional» ha sido efectivo en la estratégica tarea de camuflar esta vieja, y conocida verdad. Entonces, a la luz de lo hasta hora explorado, en el actual modelo, de qué lado de la cámara se encuentran los beneficiarios?
El otro día le escuche decir a una funcionario argentina que estaba de visita en
“El nuevo paradigma” no le da una participación más activa al periodista en la elaboración de la historia, sino mas bien lo convierte en instrumento que impulsa una agenda de manera activa, agenda que puede estar siendo diseñada por un ente ilegitimo en el sentido democrático. Para reducir este riesgo, se hablado durante años de neutralidad, de objetividad, de ética. En el caso de nuestro país, fue a partir de los eventos del 11 de abril se puso en duda la existencia de esta supuesta objetividad, las evidencias están ahí, y son muchas. Desde entonces, se ha radicalizado el discurso, se ha desechado, poco a poco, esta idea, y de una manera no tan tacita, se ha dejado de considerar. A tal punto hemos llegado, que muchos profesionales de la información creen que es una idea pasada de moda, y que no tiene que ver con el “nuevo paradigma”. Es normal ahora escuchar cosas como esta “Ya llego el candidato de la Patria!” de la voz de un periodista en el noticiario. De esta manera se hace con la noticia, lo que hacían los romanos con los cristianos por allá en el años cien después de la muerte de Cristo. Será exagerar decir, que la realidad informativa venezolana tiene poco que envidiarle a un coliseo? Y es que ver las noticias en estas circunstancias es como asistir a la pelea entre un tigre hambriento, y un ser humano que solo viste harapos. Al pobre cristiano apenas puede gesticular sonidos mientras es devorado vivo. El espectáculo es grosero, es desigual, es revanchista; pero esto a muchos les da placer; mantiene el rating, y a la opinión pública exasperada como una herida abierta que nunca sana.
Por ultimo queria citar algo que escuche en el Circuito Unión Radio, que como ustedes saben intercala su programación entre programas a favor del gobierno, donde los entrevistados solo hablan a favor del mismo, y programas donde se hace oposición al gobierno donde sus invitados son exclusivamente opositores. Hoy (23-8-2012) escuchaba a la Señora Eliana Millán quien entrevistaba a un directivo de una organización llamada “La Plataforma de Periodistas” se trataba del señor Lenin Tremont, quien argumentaba cual profesor, que no podía haber neutralidad en el periodismo, porque el ser humano no es neutro por naturaleza: “fíjate en los niños” dice el señor Tremont “ los niños no son neutros, de igual manera como le puedes pedir neutralidad aun periodista?”. El señor Tremont, y la señora Millán parece ignorar que ellos, y la a mayoría de los periodistas son adultos. Es esta la manera como el hecho ético informativo es devorado, troceado, sin el mas mínimo derecho a la defensa. Y me pregunto que emociones se encontraran en este coliseo el 7-O, y un poquito mas alla?