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Qué es el poder (en «Choque de Reyes», segundo libro de la saga de «Canción de Fuego y Hielo», de George R.R. Martin)

(ALERTA DE SPOILER: ABSTÉNGASE DE LEER ESTO SI TODAVÍA NO HA LEÍDO EL PRIMER Y/O SEGUNDO TOMO DE CANCIÓN DE FUEGO Y HIELO, «JUEGO DE TRONOS» Y «CHOQUE DE REYES», O SI EN SU DEFECTO NO HA VISTO EL PENÚLTIMO CAPÍTULO DE LA PRIMERA TEMPORADA DE «JUEGO DE TRONOS» DE HBO)

 

En vista y a propósito de nuestras elecciones (que cada vez están están más cerca) y las intensas discusiones políticas que se están generando en torno a ellas, he decidido colocar este pequeño fragmento del segundo libro de «Canción de Fuego y Hielo» de George R.R. Martin, a modo de reflexión (y discusión) en torno a la naturaleza y modos del poder.

Interesantes las ideas que van y vienen entre el eunuco y el enano, al buscar la solución del acertijo de Varys.

—El poder es una cosa muy curiosa, mi señor. Decidme, ¿habéis tenido tiempo de meditar sobre el acertijo que os planteé hace unos días en la posada?
—Le he dado algunas vueltas —reconoció Tyrion—. El rey, el sacerdote, el hombre rico… ¿quién vive y quién muere? ¿A quién obedecerá el espadachín? Es un acertijo sin respuesta; mejor dicho, con demasiadas respuestas. Todo depende de cómo sea el hombre de la espada.
—Pero, en realidad, el hombre de la espada no es nadie —señaló Varys—. No tiene corona, ni oro, ni el favor de los dioses, sólo un trozo de acero afilado.
—Ese trozo de acero es el poder de la vida y la muerte.
—Exacto. Pero, si en realidad quien nos gobierna es el hombre de armas, ¿por qué fingimos que son nuestros reyes los que ostentan el poder? ¿Por qué un hombre fuerte con una espada se plantearía jamás obedecer a un niño rey como Joffrey, o a un idiota borracho como su padre?
—Porque esos niños reyes y esos idiotas borrachos pueden llamar a otros hombres fuertes, con otras espadas.
—Entonces serían esos otros guerreros los que en realidad tendrían el poder. ¿O no? ¿De dónde salen sus espadas? ¿Por qué obedecen? —Varys sonrió—. Hay quien dice que el conocimiento es poder. Hay quien dice que el poder deriva de los dioses. Otros dicen que el poder lo da la ley. Pero aquel día, en los peldaños del Sept de Baelor, nuestro piadoso Septon Supremo, la legítima reina regente y vuestro seguro servidor, con todos sus conocimientos, estuvieron tan impotentes como cualquier zapatero remendón de la multitud. ¿Quién mató en realidad a Eddard Stark, vos qué pensáis? ¿Joffrey, que dio la orden? ¿Ser Ilyn Payne, que blandió la espada? ¿O bien… otra persona?
—¿Vais a decirme la respuesta del maldito acertijo, o sólo queréis empeorarme esta jaqueca? —Tyrion inclinó la cabeza hacia un lado.
—De acuerdo —dijo Varys sonriendo de nuevo—, ahí va: el poder reside donde los hombres creen que reside. Ni más ni menos.
—Entonces, ¿el poder es una farsa?
—Una sombra en la pared —murmuró Varys—. Pero las sombras pueden matar. Y a veces un hombre muy pequeño puede proyectar una sombra muy grande.
—Lord Varys, por extraño que parezca os estoy tomando cariño. —Tyrion sonrió—. Aún es posible que os mate, pero lo lamentaré de verdad.

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