En uno de mis artículos anteriores hice referencia sobre la prostitución en la televisión, hablé de como las programaciones están llenas de personas con excelente cuerpo y físico, pero carentes de inteligencia y talento. Mencioné varios ejemplos y reseñé que a pesar de que el área de dramáticos es el que más personas tiene con estas características, no era el único. Además, realicé varias preguntas referentes a cómo pudieron ser seleccionadas estas personas y como pudieron tener presencia en la pantalla.
Pero, resulta que últimamente se ha venido sumando otro factor , el tráfico de drogas. Los casos más recientes han sido los de Karla Osuna (reportera de «En Pelotas» en Canal Plus de Inter) y el de Jimena Araya («Rosita» del programa humorístico «A Que te Ríes» de Venevisión), sin embargo no son los únicos casos, ya anteriormente se vio involucrada en una situación idéntica la famosa Diosa Canales (tráfico de estupefacientes) y la modelo Caroline Visser capturada en Perú por venta de crack.
Lo más triste de todo esto, es que los canales de televisión y los asesores o representantes de estas personas se lavan las manos, alegando que no conocían la vida privada de su 
empleado o representado. Entonces, ¿qué significa esto? o mejor dicho (y que me disculpe el lector) ¿qué vaina es esa? actuar de esa manera es burlarse del espectador y abusar del medio. Decir en público o en privado o a través de un tercero «en realidad no sabíamos nada de esta situación, solo sabemos lo que nos muestra en pantalla» es lo mas decepcionante que puede haber para los productores, directores, conductores o asesores, porque si eso es verdad ¿Cómo seleccionaron a esas personas? ¿Quién o quienes las contrataron? ¿Por qué las contrataron? ¿Dónde las seleccionaron? ¿En que momento? ¿Que hicieron? Porque si analizamos el caso de una de ellas, antes de ser actriz ya tenía antecedentes criminalísticos, esta situación deja mucho que pensar de los canales, directores, productores y asesores. No revisan antecedentes penales ni policiales, no verifican curriculum vitaes, no saben en que círculo social se desenvuelven, prácticamente nada de nada. Pareciera que ahora con tal de que pagues con el cuerpo no importa quien eres, ni de donde eres, ni a que te dedicas, ni adonde vas, porque mientras pagues la cuota tu estarás recibiendo lo que pediste, «la pantalla», y el día que aparezcas envuelto en un escándalo o en una situación criminal, ese es asunto tuyo porque te cumplieron al darte «la pantalla» lo demás no importa.
Ahora yo pregunto ¿hemos caído así tan bajo los venezolanos? ¿ya no tenemos valores? ¿nos vendemos al mejor postor como si fuéramos una subasta de un objeto? Sí es así, es una lástima porque no hay nada peor en el mundo que ser «esclavo de si mismo» , dejar que otros hagan con nosotros lo que quieran mientras recibimos a cambio cuatro lochas, sencillamente deprimente.
Para finalizar pregunto ¿Hay tráfico de drogas en la televisión?
Saludos
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