Carta abierta para Hugo Chávez
Hace más de un año una profesora nos pidió como ejercicio de escritura, que redactásemos una carta a un político, no importaba su nacionalidad ni su cargo actual. El ejercicio tenia como fundamento que trabajásemos una escritura más formal y hasta diplomática. El tema fue que yo entregué lo siguiente:
Estimado Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, soy una comunicadora audiovisual venezolana radicada en algún país del mundo, como miles de jóvenes venezolanos emigré de Venezuela buscando crecer profesionalmente pero sin dejar de añorar poder haberlo logrado allá. Usted no me conoce y dudo mucho que escuchase hablar de mi, aunque tengo muchas cosas en la web que llevan mi firma y mi nombre claramente.
La presente carta no es para otra cosa que para preguntarle un par de cosas que tengo rondando en mi cabeza hace un par de años, le comentó que lo hago de esta manera porque no es viable en un meeting o conferencia de prensa que usted ofrezca. Sr Presidente, luego de tanto años de gobierno y con un gabinete que ha sido renovado cada cierto tiempo ¿cómo explicaría usted que nuestro país sea considerado en el ámbito económico como el país con el indice de inflación más alto de Latinoamérica?.No me grite y me diga que eso no es así, revise Presidente y no se deje engañar por su séquito de aplaudidores. El sueldo mínimo no alcanza ni para un cuarto de la canasta básica, y no me diga que debo ir a Mercal o a Pdval a comprar porque el problema de estos centros de abastecimiento es que no se encuentran ni la mitad de los alimentos necesarios para la dieta regular de cualquier venezolano. Detengámonos un momento a pensar seriamente esto Sr. Presidente y evaluemos en donde nos estamos equivocando, y si son sus decisiones económicas lo que nos está llevando al borde del abismo.
No me hable de planes de financiamiento ni créditos para la independencia económica del venezolano porque eso es otra farsa más, como en una lucha por un cupo en una universidad pública solo tienen accesos a estos recursos los que se presentan como adeptos y creyentes de su manera de gobernar. Ahora explíqueme usted, de eso trata su revolución o no era algo así que alguna vez le escuché por 1999 que la idea era un gobierno inclusivo, donde todos tuviésemos los mismos derechos y deberes. Le recalcó esto último porque no solo ocurre en este ítem, para aspirar un puesto de trabajo en el estado también sucede lo mismo y aquí le agrego otra pregunta ¿En una entrevista de empleo, que vale más mis conocimientos y experiencia profesional o el tono de mi tinte político?. Le dejo esta última para que la analice con todos los gerentes de RRHH que forman parte de las diferentes gobernaciones, alcaldías, ministerios y cualquier ente político.
No se alebresté Presidente, que yo aún no lo he insultado si se fija bien no he usado un lenguaje obsceno y mucho menos denigrante; y hasta ahora solo le he hecho dos preguntas. Nótese que en el párrafo anterior no hable de los contactos que se deben tener para acceder a un cargo en el estado, ya que eso es algo que no sucede solo en Venezuela si no en cualquier país del mundo. Ahora si el tinte político pesa más que mis conocimientos y experiencia laboral, ¿Será posible que las instituciones y empresas gubernamentales (incluido PDVSA y todos sus derivados) estén plagados de trabajadores incompetentes y no formados correctamente para el cargo que ejecutan? Con esto último no estoy denigrando al trabajador venezolano solo que en muchas oportunidades, no estamos capacitados para el puesto que desempeñamos, imagínese usted si yo decidiera dejar la comunicación audiovisual para trabajar en una refinería , no le parecía algo descabellado sabiendo que yo solo tengo experiencia en el ámbito audiovisual. Creo que eso pasa muy a menudo o más de lo que usted piensa. Si a toda esta charla usted le suma que las empresas no reciben los recursos económicos y tecnológicos para un mantenimiento efectivo de las mismas, le informo que tenemos un gran problema.
Eso último genera una pregunta que tengo curiosidad desde hace mucho tiempo, ¿a dónde va el dinero si el barril de petroleo se posiciona sobre los 100 dólares? En mi (des) conocimiento no deberíamos tener ciudades como Dubai o en su defecto ubicarnos en el primer puesto de los países con mayor desarrollo de Latam, ¿o es que todo eso son solo delirios que armo en mi cerebro?. No me llame loca Sr. Presidente, que yo no le estoy faltando el respeto; si no podemos tener una ciudad como Dubai al menos ¿podemos tener mejores carreteras, un sistema de transporte público que funcione o un sistema eléctrico donde no ocurran apagones cada dos por tres horas o a veces días enteros?. Sabe algo, en algunos lugares de Venezuela se acostumbraron a esto a vivir sin servicios y eso es injusto porque se supone que en su plan de gobierno todos somos iguales.
Que soy una exagerada y que estoy pidiendo demasiado, que eso se construye poco a poco; no me salga con esas Sr. Presidente que hace más de doce años que esta en ese puesto y las cosas están peor que nunca. Además pedirle demasiado sería exigir una vivienda digna para cada venezolano, un sistema educativo adecuado a la demanda que se tiene. No me toque el tema de los programas habitacionales y mucho menos de la creación de la UBV y las misiones, que acá entre nos no son su mejor arma, la tela que podemos cortar de allí harían eterna esta carta. Sin embargo tengo otras interrogantes para que me las responda cuando desee; si el gobierno me da o hace una casa ¿por qué esa casa no me pertenece?, o sea ¿por qué el titulo de propiedad de la misma se lo queda el gobierno?. Ahora bien, si yo comienzo a estudiar en la UBV una carrera cualquiera, digamos en este caso Medicina ¿por qué me graduó en tres años y no en cinco como normalmente lo haría un “Médico Cirujano”? Esto sin contar el resto de los años que incluyen especializaciones y demás cosa que hace que la carrera dure aproximadamente doce años por la medida chiquita.
Ojo, no estoy insultando su manera de priorizar la educación pero si considero que no lo hace de la forma adecuada, además que cuesta pensar en generar mayor presupuesto para las universidades públicas que ya existen, de manera que estas amplíen sus espacios y contraten más docentes que den la oportunidad a la educación libre y sin restricción para todos los venezolanos. No estoy soñando Sr. Presidente pero no cree usted que para que el pueblo cambie debe tener una educación accesible. La educación debería ser una de las base de su gobierno.
Ya para finalizar y no hacer más largo esto, le comento un par de cosas más. No, tranquilo no voy a hablar del control de cambio y de como cada vez es más complicado y engorroso acceder a los dolares oficiales. Pero usted me haría el inmenso favor de explicarme ¿en que momento algo por lo que yo trabaje toda la vida para adquirir, ahora le pertenece al estado?, quiere decir que eso que yo pague con el sudor de mi frente y que usted indicó que me “expropiaran” arbitrariamente, ¿nunca fue mio? Yo no tendré que dejarle a mis hijos y nietos, porque a usted un buen día le dio por arrancármelo de las manos y hacer con él lo que le vino en gana o simplemente nada.
No pensará usted que iba a olvidar un tema tan importante como lo es la inseguridad, que su gobierno ha sido uno de los más violentos de toda la historia política de Venezuela. Alguna vez ha visto los indices de muertos que deja cada fin de semana, o nunca le llegó la información de que somos el país numero 123 en el ranking de los países más violentos del mundo. La gente no visita nuestro país por miedo a ser secuestrado, asaltado y lo que es peor muerto en manos del hampa, ni hablar de todos los que salen diariamente a trabajar y a estudiar pensando que lo pueden matar por un teléfono celular a la vuelta de su casa.
Ahora si Sr. Presidente me despido, dejando temas y muchas preguntas por fuera pero añadiendo una reflexión en palabras de Wiston Churchill “La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”.
Hasta luego Sr. Presidente. Si algún día se acerca por estas tierras y decide hablar con la juventud, prometo ser la primera en la fila esperando poder preguntarle todo lo que por aquí no pude.