Regresamos a Caracas en medio de la algarabía por el exitoso cierre de campaña de la oposición, donde militamos a mucha honra.
Venimos de vuelta a ejercer nuestro derecho ciudadano el próximo domingo, pues cada voto cuenta.
Nos jugamos el futuro del país y de la democracia, aunque te suene a lugar común. Pero es cierto.
Hoy la capital se pronunció contra la pretensión de reducirla a un grupo homogéneo controlado por un partido o una minoría de ultraderecha, tal como le gusta a VTV decirnos para descalificarnos.
Vimos caravanas de todo tipo de gente.
En general, la imagen de la avenida Bolívar vale por mil palabras. Mis respetos para quienes la llenaron.
Nos quedan solo siete días.
Prohibido confiarse.
Necesitamos un cambio.