El 07 de octubre de 2012 Venezuela deberá tomar una importante y crucial decisión, este domingo los venezolanos tendremos la oportunidad de elegir mucho más que entre dos partidos o dos colores o dos toldas políticas o dos seres humanos, ese día Venezuela tendrá que decidir entre dos países, entre dos Venezuelas. Sí, lamentablemente llegamos a este punto, al punto de ser dos países, pero no vale la pena seguir lamentándonos por lo ya ocurrido, por los errores cometidos, lo importante es tomar las acciones para remediarlo. Y precisamente eso es lo que cada uno de nosotros tiene la posibilidad de hacer este domingo al ejercer su derecho al voto.
Para mí Venezuela es nuestro barco, y este 07 de octubre estoy convencida de que, con la experiencia de casi 14 años de ausencia de alternabilidad en el poder, y de las consecuencias que esto nos ha traido, decidirá finalmente tomar con fuerza ese timón. No es fácil, porque este barco está lleno de todo tipo de gente, con ideales, deseos e ideas distintas, al fin y al cabo, y para nuestra fortuna (créanlo o no), nuestro barco es el más variopinto de los muchos que zurcan el mar.
Así como llegaron barcos europeos a nuestras costas hace ya décadas (pasadas pero no olvidadas), llenos de seres humanos que huían del hambre y la desesperación, y después de haber superado calamidades y atrocidades en su puerto de orígen y en el camino, de esa misma manera, los venezolanos hoy zurcamos aguas tormentosas. Afortunadamente nuestro barco, a diferencia de muchos, lo hemos ido construyendo con sueños e ilusiones, y lo mejor es que es a todo color. ¿Por qué? Porque nuestro barco es joven (sólo va por los 500 años) y ha sido construido con fragmentos de los elementos más sólidos que da la tierra.
Por más de una década, una terrible tormenta (¿tifón?) nos ha dificultado el rumbo. De esta tormenta no podemos culpar a nadie más que a nosotros mismos. Al fin y al cabo la inexperiencia propia de nuestra juventud nos ha hecho cometer los errores que han provocado que nos veamos en la necesidad de navegar en estas aguas tormentosas. Nuestros errores de juicio nos han hecho perder a muchos tripulantes, tripulantes todos ellos valiosos e indispensables. Esas pérdidas nos tumban el ánimo, nos hacen dudar si seguir luchando por mantenernos a flote vale la pena, y es en gran parte por ello que nos ha costado tanto superar esta terrible tormenta.
El 07 de octubre Venezuela decidirá fijar el rumbo hacia puerto seguro. Las reparaciones de los estragos que nos ha dejado el tifón nos tocará hacerlas en el camino. Sabemos que no será fácil, que no tenemos tiempo que perder, pero estar conscientes de ello es el primer paso para avanzar, el segundo es poner manos a la obra.
Venezuela, nuestro viaje siempre es con destino incierto, pero sin duda vamos mejor preparados, con la lección que nos ha dejado la terrible tormenta que amenazó con hundirnos. Mantener el rumbo es difícil, nuestra juventud nos lo dificulta, todo lo queremos hacer rápido, para allá, y ya vemos que eso se paga con creces. Nunca olvidar el recorrido y aprender de lo vivido es lo que nos toca para poder siempre llevar el barco a puerto seguro.
En los años venideros nos toca emprender un nuevo viaje lleno de incógnitas. Porque este viaje de Venezuela, que es el viaje de la vida, no se detiene nunca, y este barco, que es de todos, debe seguir zurcando los mares con la ayuda de todos sus tripulantes.
Y por último, por favor, no perdamos más compañeros de viaje, porque ¿qué es el viaje si no tienes a tus amigos a tu lado?
VENEZUELA AQUÍ VAMOS, EL 07 DE OCTUBRE ESCOGEMOS A NUESTRO NUEVO CAPITÁN, PARA FINALMENTE RETOMAR EL TIMÓN, YA ES HORA, 14 AÑOS A LA DERIVA ES MUCHO TIEMPO.