Esta mañana publiqué un artículo a través del cual expongo brevemente los motivos por los cuales creo que más de 7 millones de venezolanos viven en un país completamente diferente al que yo conozco. Se trataba de mi primera colaboración para Panfleto Negro, a quienes agradezco la oportunidad de dejarme divulgar las cosas que, por varias razones, no puedo expresar en mi página web. Como era de esperarse, rápidamente recibí varias respuestas, las cuales me parecieron muy interesantes. Sin embargo, por desconocer el funcionamiento de WordPress pase por alto el primer comentario que me dejaron; mismo que me hace regresar antes de lo previsto.
Puede que algunas personas no estén de acuerdo conmigo, cosa que me parece excelente, pero de ellos espero recibir opiniones que despierten discusiones enriquecedoras para todos los ángulos posibles, no respuestas genéricas.
Para algunos venezolanos, entre los cuales está alguien denominado “A.J.C.”, la mayoría de los problemas de Venezuela son producto de los mensajes “malintencionados” que envía un pequeño canal de televisión caraqueño llamado Globovisión.
“Globovison enferma, apaga esa vaina.”
Esa fue la respuesta que obtuve de A.J.C., entonces me pregunte: “¿Será que si le hago caso a A.J.C., nada de esas cosas malas de las que hable me afectarán a mí y a mis familiares?, “¿será que un canal de TV me tiene tan manipulado que veo cosas que no pasan en el mundo real?”. A mí estimado A.J.C. le digo que hace años deje de ser un niño al que podían manipular fácilmente, y que gracias a muchas circunstancias de la vida he ido desarrollando algo llamado criterio. Obvio que todos los canales de TV (medios de comunicación en general) manipulan e intentan moldear a su audiencia. Es más, creo que la manipulación es algo tan cotidiano como desayunar e ir al baño (las mujeres manipulan a los hombres, los niños pequeños manipulan a sus padres, los amigos manipulan y en ocasiones empujan a hacer cosas inapropiadas), pero está en cada quien decidir qué tomar y qué dejar por fuera del camino a la formación de una opinión propia.
Entonces volvemos al meollo del asunto. A.J.C., yo puedo dejar de ver Globovisión y comenzar a ver más seguido Venezolana de Televisión (VTV), pero te aseguro que eso no cambiará en los absoluto las cosas porque es imposible tapar el sol con un dedo. Hasta tú sabes que la mayoría de las cosas que dije en “7 millones de venezolanos viven en Disneyland” son ciertas. Por favor, no me hagas creer que la teoría de La Aguja Hipodérmica sigue estando vigente.
Me vas a negar que tú o alguien conocido no ha sido asaltado o asesinado por un hampón, ningún funcionario público te ha maltratado, o más cotidiano aún: ¿jamás has hecho una cola inmensa para comprar productos de la cesta básica?, ¿no has sido víctima de la burocracia?, ¿nunca se te ha ido la luz?
Espero tu respuesta.