Hace apenas veinticuatro horas los venezolanos fuimos participes de uno de los procesos electorales mas significativos en la historia contemporánea venezolana. Fuimos participes de una elección presidencial con la menor cantidad de abstención en la historia del país en la que luego de catorce años de un gobierno de izquierda una oposición esperanzada veía como una posibilidad tangible salir victoriosa. Pero esta ilusión de mayoría electoral termino entrada la noche cuando los rectores del Consejo Nacional electoral muy risueños por haber dirigido una de las elecciones más trasparentes, rápidas y con la más baja abstención en alguna elección realizada en el país (sin importar mi posición política, de haber sido ellos también lo estaría) anuncia una victoria del presidente Hugo Chávez con cerca del cincuenta y cinco por ciento de los votos. Momentos tensos mientras se espera la declaración de Capriles y la angustia de cómo se tomaría la derrota en los sectores más reaccionarios de la oposición; sin embargo triunfa el sentido común y Capriles admite que Chávez gano las elecciones en buena lid. Gran sorpresa! Nunca en catorce años la oposición había admitido una derrota sin argumentar algún tipo de fraude por parte del C.N.E. Respiramos tranquilos, ya la idea de una “guarimba” había quedado atrás. Pero ¿Qué significa todo esto? ¿En verdad es tan sorprendente que la oposición aceptase calmadamente una victoria oficialista? De hecho si!! En la tarde de hoy la mesa de la unidad declara la imposibilidad de fraude en esta elección, al parecer la oposición después de catorce años está consciente de que en verdad la mayoría de la población está a favor del proceso socialista. Pero al parecer en estos últimos meses ya Capriles y su equipo de campaña empezaron a darse cuenta de que los “nini” podían y debían ser convencidos de votar. Y como lo hicieron? Suavizando su discurso hasta tal punto de parecerse al de un joven Chávez allá por el 98, de hecho al igual que Chávez en ese momento visito pueblo por pueblo, ciudad por ciudad ganándose a esos “ninis” pero no solo eso, además admite que el gobierno ha emprendido algunas buenas medidas sociales que promete perpetuar en su mandato y al parecer esa estrategia pago bien puesto que la diferencia fue de un millón de votos, muchísimos menos que en la elección del 2006. Pero esto no es suficiente, aunque les cueste creerlo a Capriles y a su gente, ese cincuenta y cinco por ciento de los venezolanos apoya fervientemente su revolución socialista y la defenderán por todos los medios necesarios. Después de tanto tiempo escuchando a candidato tras candidato que le van a quitar sus misiones, sus médicos además el recuerdo ya lejano de un paro petrolero que nos hizo hacer colas para comprar gasolina hacen la tarea de convencer a un chavista vote por Capriles sea una empresa titánica, tres meses de campaña no lo iban a lograr pero queda el precedente de que la oposición está empezando a actuar inteligentemente. En contra yo como elector dudoso y cauto decidí leer el plan de gobierno de Capriles y sin embargo me quedan ciertas dudas que gracias a falta de medios de comunicación objetivos hacen difícil que por ejemplo un periodista de un medio opositor le pregunte a Capriles si pretendía dejar una tasa de interés fija a los bancos o si liberaría el precio del dólar de ser electo. El otro lado de la moneda, el oficialismo, se encuentra con un nuevo panorama político: Una derecha más organizada con muchos más partidarios de los que contaba en el año 2006 y con un aumento prácticamente nulo de partidarios. El gran talón de Aquiles del socialismo?? Su derrota en la guerra contra el hampa y tan solo seis años para lograr cambios significativos en el número de muertos semanales en las barriadas venezolanas así como el numero de víctimas de robos que diariamente se cometen en nuestro país. El segundo gran fallo de la revolución socialista es la gran y ya prácticamente institucionalizada corrupción en cualquier ámbito de nuestras instituciones que pese a que es un problema que viene desde muy atrás es obvio para cualquiera que este gobierno ha resultado ineficaz en lograr al menos controlarla. Honestamente creo que una parte fundamental en la solución de estos dos problemas es la educación, lo cual pone a Chávez en una situación difícil ya que educar a una sociedad no es una tarea en lo absoluto fácil y teniendo apenas seis años más hasta las próximas elecciones ponen a Chávez un factor de presión muy difícil de superar. La carrera de los seis años empezó ayer en la noche