Quería escribir a un artículo acerca de la responsabilidad de los chavistas para el nuevo período, es decir, acerca de la importancia de su rol en Venezuela al avalar con su voto el gobierno de Chávez. Como bien decía en el artículo que escribí acerca de la abstención yo no creo en el voto como un cheque en blanco sino como un contrato donde ambas partes tienen una responsabilidad, unos deberes y unos derechos. Acá nadie puede decir que votó engañado y que no sabía en lo que se estaba metiendo. Recordé cuando iba a empezar a escribir un pasaje de «La Insoportable Levedad del Ser» que creo puede explicar mucho mejor que yo lo que pienso y siento al respecto.
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A los que creen que los regímenes comunistas en Europa Central son exclusivamente producto de seres criminales, se les escapa una cuestión esencial: los que crearon estos regímenes criminales no fueron los criminales, sino los entusiastas, convencidos de que habían descubierto el único camino que conduce al paraíso. Lo defendieron valerosamente y para ello ejecutaron a mucha gente. Más tarde se llegó a la conclusión generalizada de que no existía paraíso alguno, de modo que los entusiastas resultaron ser asesinos. En aquel momento todos empezaron a gritarles a los comunistas: ¡Sois los responsables de la desgracia del país (empobrecido y despoblado), de la pérdida de su independencia (cayó en poder deRusia), de los asesinatos judiciales! Los acusados respondían: ¡No sabíamos! ¡Hemos sido engañados! ¡Creíamos de buena fe! ¡En lo más profundo de nuestra alma, somos inocentes! La polémica se redujo por lo tanto a la siguiente cuestión: ¿En verdad no sabían? ¿O sólo aparentaban no saber? Tomás seguía atentamente esta polémica (la seguían los diez millones de habitantes de la nación checa) y opinaba que había comunistas que no eran del todo inocentes (inevitablemente tenían que haber sabido algo de los horrores que habían ocurrido y no cesaban de ocurrir en la Rusia posrevolucionaria). Sin embargo, es probable que la mayoría de ellos, en efecto, no supiera nada. Y llegó a la conclusión de que la cuestión fundamental no es: ¿sabían o no sabían?, sino: ¿es inocente el hombre cuando no sabe?, ¿un idiota que ocupa el trono está libre de toda culpa sólo por ser idiota? Supongamos que un fiscal checo que a comienzos de los años cincuenta pidió la pena de muerte para un inocente fue engañado por la policía secreta rusa y por el gobierno de su país.
Pero ¿cómo es posible que hoy, cuando sabemos ya que las acusaciones eran absurdas y los ejecutados inocentes, ese mismo fiscal defienda la limpieza de su alma y se dé golpes de pecho? ¡Mi conciencia está limpia, no sabía, creía de buena fe! ¿No reside precisamente su irremediable culpa en ese «¡no sabía!, ¡creía de buena fe!»?
Y fue entonces cuando Tomás recordó la historia de Edipo: Edipo no sabía que dormía con su propia madre y, sin embargo, cuando comprendió de qué se trataba, no se sintió inocente. Fue incapaz de soportar la visión de lo que había causado con su desconocimiento, se perforó los ojos y se marchó de Tebas ciego. Tomás oía los gritos de todos los comunistas que defendían su limpieza interior y se decía: Por culpa de vuestro desconocimiento este país ha perdido quizá por siglos su libertad, ¿y vosotros gritáis que os sentís inocentes? ¿Cómo sois capaces de seguir presenciándolo? ¿Cómo es que no estáis aterrados? ¿Es que conserváis la vista? ¡Si tuvieseis ojos, deberíais atravesároslos y marcharos de Tebas! Aquella comparación le gustaba tanto que la utilizaba con frecuencia en las conversaciones con sus amigos y, con el paso del tiempo, iba expresándola con formulaciones cada vez más precisas y elegantes. Leía entonces, como todos los intelectuales, el semanario editado por la Unión de Escritores Checos, con una tirada de alrededor de 300.000 ejemplares, que había logrado una considerable autonomía dentro del régimen y hablaba de cosas de las que otros no podían hablar públicamente. Por eso en el periódico de los escritores se hablaba también de quién y cómo era culpable de los asesinatos judiciales durante los procesos políticos al comienzo del régimen comunista. En todas estas polémicas se repetía siempre la misma pregunta: ¿sabían o no sabían? Tomás creía que esta cuestión era secundaria y por eso escribió un día sus ideas sobre Edipo y las envió al semanario. Al cabo de un mes recibió respuesta. Le invitaron a que pasara por la redacción. Cuando llegó, lo recibió un redactor de escasa estatura, erguido como una regla, y le propuso que modificase la sintaxis en una frase. El texto se publicó en la penúltima página, en la sección de cartas de los lectores. Tomás no quedó satisfecho. Se habían tomado la molestia de invitarle a visitar la redacción para que les autorizase a modificar la sintaxis, pero después, sin preguntarle nada, recortaron notablemente su texto, de modo que sus ideas se vieron reducidas exclusivamente a la tesis básica (considerablemente esquemática y agresiva) y dejaron de gustarle. Eso sucedió en 1968. En el poder estaba Alexander Dubcek y con él los comunistas que se sentían culpables y estaban dispuestos a reparar de algún modo las culpas contraídas. Pero los otros comunistas, los que gritaban que eran inocentes, tenían miedo de que la nación indignada los juzgara. Por eso iban diariamente a quejarse a la embajada rusa y a pedir ayuda. Cuando se publicó la carta de Tomás, gritaron: ¡Hasta aquí podíamos llegar! ¡Ya se escribe públicamente que nos tienen que arrancar los ojos! Y dos o tres meses más tarde los rusos decidieron que en su virreinato las discusiones libres eran intolerables, y una noche su ejército ocupó la patria de Tomás.
Milan Kundera, La Insoportable Levedad del Ser
Casualmente volví a leer este libro hace un par de meses. La primera vez que lo hice fue cuando comenzó su fama, a finales de los 80. En ese momento no pude captar a plenitud lo que trataba de exteriorizar, pues me parecía algo demasiado ajeno a nuestra realidad. La segunda lectura ya me fue más familiar, y me vi retratado y lo que es peor proyectado en un futuro no tan lejano.
Me pasó igual cuando lo leí por primera vez que sería por el 2000 o así, realidades muy ajenas, luego lo releí sería para el 2008 y ya habían pasado cosas como la lista Tascón que me daban escalofríos, desde entonces lo tengo muy presente, la verdad me parece un libro genial por como funciona en tantos niveles.
El viejo dilema de la responsabilidad *que nadie quiere asumir*. Sin embargo, en este caso, no es que no quiera asumirse sino que nadie sabe que se está tirando a su madre. Sí, están follando pero no se sabe nada más.
Estoy leyendo por coincidencia otro libro de Kundera. El libro de la risa y el olvido. Muy bueno y bastante en línea con las ideas de este extracto de su libro más famoso. Este es el primer libro de él que leo, pero debo confesar que es una lectura difícil justamente por todos los paralelos que veo con nuestra realidad.
Gracias por compartir este extracto. La insoportable levedad del ser quedará pendiente para más adelante.
Y de algún modo esto me llevó a pensar en algo:
Desde el lunes he visto a casi todos los chavistas de mi Facebook llamando a la tolerancia, en una suerte de extraño sentir colectivo contra el uso de las descalificaciones e insultos. Hablo de personas que pasaron los últimos días de la campaña electoral posteando cualquier cantidad de ofensas en contra de la oposición (ustedes saben, los ya tristemente célebres «majunches» «apátridas», «oligarcas», «disociados», etcétera)
Y no deja de ser raro, risible o absurdo. ¿De verdad están llamando a la paz y al amor quienes votaron y han votado por un hombre que, durante toda la campaña, fue incapaz de llamar a su contendiente por su nombre, pues prefería el recurso infantil del insulto? ¿Llaman a la paz y al respeto quienes apoyan a un gobierno integrado por Nicolás Maduro («Mariconsón»), Mari Pili Hernández («Los jóvenes no chavistas son apátridas», «Los que se fueron de Venezuela son apátridas, no quieren al país»)?
Sí, les agradezco las buenas intenciones, pero me cuesta creerles. Y entonces, al leer lo que has posteado de Kundera, Luis, pienso: ¿Es ese llamado en los muros de Facebook una manera sutil de soslayarse, de desmarcarse de lo que el mismo chavismo ha construido y fomentado? ¿Por qué de repente casi todos esos chavistas (no exagero, hablo de verdad de casi todos los que tengo en esa red social) sienten la necesidad de decir tales cosas? ¿Es ese el modo en el que ahora dicen: «Yo no fui, yo no sabía, no es mi culpa»?
Tarde piaron.
Los chavistas llaman a la tolerancia porque chavez así se los ordenó. Espérate unas 2 o 3 semanitas a q el pana salga del modo «corderito» y vuelva al insulto y al verbo inflamado para q veas a la legión de jala bolas seguir el mismo camino.
Concuerdo con A. Barreda, ya otras veces ha pasado y no suele durar mucho, no entiendo como pueden pasarse toda la campaña insultado y discriminando sin ningún tipo de control para luego decir que era joda, que en verdad sí quieren ser nuestros amigos.
Para mí el caso más emblemático de esto es el de Baduel, un carajo que apoyó en todo a Chávez, de repente un día se vio a sí mismo en la acera de enfrente y empezó a hablar. ¿Por qué no habló antes? ¿en verdad antes no sabía o más bien no quería saber? Para luego además pedir piedad al otro bando después de haber hecho todo lo que hizo.
La característica de los que brincan la talanquera, sin importar hacia cual parte lo hagan, es su locuacidad. Allí está por ejemplo el tránsfuga perenne William Ojeda, que de decir que Chávez fue el que le robó el tetero al niño Jesús ahora está hablando barbaridades de sus excompañeros de bancada.
Este comentario tambien voy a incluir la respuesta a Gyubari y Andreina en sus post de https://www.panfletonegro.com/v/2012/10/08/de-regreso-al-pais-de-la-fantasia/#li-comment-463154 y https://www.panfletonegro.com/v/2012/10/08/7-millones-de-venezolanos-viven-en-disneyland/#li-comment-462476 respectivamente. Yo vote porque queria un cambio ya que a donde estamos ibamos a seguir en la misma mierda, y es bueno que ustedes tambien lo entiende asi como muchos mas, pero como haces para entender la otra mitad de Venezuela sobre esa necesidad del cambio. Pareciese qu estan mas comodo con este bochinche y mas aun los politicos (independientemente de que lado esta) ya que solo quiere su parte del cambur y que los demas se joda. Por eso digo que el principal problema nunca fue Chavez y su combo de ladrones en los dos bandos, sino la idisicracia del mismo venezolano que espera que otro le resuelva el dia, y mas aun que no les importa dejar los problemas a sus hijos y nietos.
En mi opinion lo mejor que Venezuela pudiese pasar mejor seria una guerra civil o una catastrofe natural de tal magnitud para que los mismos venezolanos entienda que a donde esta no ira a alguna parte mas que el precipicio.
Es lo que pienso del movimiento chavista, porque tiene que serlo. Y todo quien apoye este gobierno, aplicando su *logica*, es culpable de todo lo que suceda.