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Jamás llevo sostén

Me llamo Laura y tengo veintisiete años, y soy adicta al sexo, no soy promiscua ni nada solo deseo expresarme con otros seres a través de mi cuerpo, ahí está todo lo que deseo la mejor expresión de arte y vida que existe, son dos cuerpos sudados y hambrientos contemplando lo desconocido, me gustan hombres y mujeres por igual (no tengo preferencias), un lindo culito, unas lindas téticas, una vagina limpia y bien afeitada con aroma a canela, un chico lampiño con una buena entrepierna nunca cae mal, pero por lo general cuando follan, no se manifiestan, no diluyen el placer y todo se queda en el típico(mete y saca ). Son fríos e inseguros, no quieren progresar sexualmente hablando.

No sé si la adicción al sexo sea algo malo, mi terapeuta dice que mi adicción es mental, yo no lo veo así, antes de que lo acabara follando hace un par de semanas, en una de las primeras secciones le dije:

– sabes que la adicción al sexo no sé si es un invento moralista de algún psiquiatra o realmente es así, pero si lees a Sade o Mishima

¿Eran adictos al sexo?

Fue tanta la cara de monigote que puso, que me recomendó ir a clases de yoga para canalizar mi ansiedad, y así pasaron las sesiones de terapia hasta el martes de la semana antepasada que estaba tumbada en el sillón, llevaba una falda corta y una blusa de color amarilla y sin sostén, jamás llevo sostén a pesar de no tener unos pechos muy grandes los considero acogedores y sensuales, él estaba mirando en la estantería de su oficina algunos libros que me iba a prestar, me lo buceaba de espaldas tenía un buen culito y quizás estaría bien dotado, mientras él me hablaba de espaldas yo dibujaba una línea recta con mi dedos índice y anular, bajando lentamente entre mis pechos, luego a mi vientre y lentamente hasta mi sexo, introduje primero el índice suavemente cerca de  clítoris y luego rosando suavemente el anular de arriba abajo  intentando no hacer demasiados movimientos, desearía tener una lengua ahí abajo, jugando con mis labios, saboreando toda la fragancia y yo acariciando dulcemente su cabello, Ricardo mi terapeuta sigue hablándome, imagino su voz susurrándome al oído, mientras acaricia  mi piernas y besa mi cuello dulcemente, con sus manos toma mi pechos y los lame, baja lentamente hasta mi vientre besándolo mientras con una mano acaricia mi coño con la otra sostiene mis pechos, abro los ojos y veo a Ricardo mirándome mientras me toco, no sé qué hacer me sonrojo y rapidamente saco las mano de allá abajo, acomodo mi falda y la blusa, él se acerca lentamente hacia a mí con su rostro serio y con una barba de dos días sin afeitar, antes de que se acerque lo suficiente le suelto en un tono casi de perdón :

–          Lo siento me deje llevar, creo que debemos dejar esta sesión hasta aquí y buscarme otro terapeuta, dime cuanto te debo.

Sonríe y me asusto un poco, se acerca mí y besa mis labios, sin lengua solo un juego maternal de boca, jugando un poco a morder, con sus enormes manos que me gustan, me va desvistiendo, baja a mi cuello y luego a mi vientre, acaricio su cabeza lo observo mejor desde este Angulo, lame mi coño y no importa nada, ni el día de ayer o el de hoy solo importa es esto, su lengua pasando por mi vulva y introduce sus dedos lentamente me Inclino hacia atrás, él se toma un momento para respirar nos observamos por unos instantes y vuelve a mis labios con más deseo.Se detiene y se levanta, empieza a quitarse el pantalón se lo baja bruscamente, se quita el bóxer, me muestra su hermoso pene blanco y depilado, no escatimo en irme hacia el besándolo y lamiéndolo completo, mientras que con mi mano derecha acaricio sus bolas, me acerco a ellas y las chupo, masturbo su pene, tomo un respiro y lo miro directamente a  los ojos, me encanta es un éxtasis absoluto, me tumbo otra vez en el sofá ( no quiero que se corra) abro mis piernas y me penetra bruscamente, sujeto con mis manos sus hombros, acaricio su espalda el aumenta el ritmo con sus fuertes piernas y nos besamos rapidamente mientras me penetra con más fuerza, luego me volteo quiero cambiar de postura y que me dé a cuatro patas, noto que saca su pene y espero que me vuelva a penetrar, pero él se aleja y se levanta a buscar los cigarrillos que están en uno de los bolsillos de su pantalón, me quedo atónita e insatisfecha, enciende un cigarrillo y me da uno, luego suelta el humo denso y agrega ;

–          No puedo hacelo, en esa posición me canso  demasiado y no puedo verte a los ojos

Le doy una calada al cigarrillo y le respondo bruscamente:

–          Como si para tener un orgasmo bastara solamente con la mirada, y si no vas a venir aquí a seguir follándome lo mejor es que me valla.

Su cara ahora no me parecía tan atractiva, ni su cuerpo tan hermoso, era otro hijo de puta machista o quizás el peor hombre con el cual me hubiera liado en toda mi vida, pero lamentarme no valía la pena y más porque yo fui la que empezó todo, me quede callada odiándolo y fui vistiéndome rapidamente, quería huir de la oficina lo más rápido posible, tome mi bolso, baje la escaleras con un cigarrillo en la mano, estaba soltando tacos, la fulana terapia no servía para nada, y así quedaba yo.

Odiando a los hombres, con más insatisfacción que sueños a realizar, no volví a las terapias termine por completo con las ganas de curarme, la verdad es que lo que realmente le tengo miedo no es al sexo, mi miedo esta es en la emociones ese cadáver de inseguridades que crean las personas alrededor de su pareja, se masturban y todo pierde su encanto después de unas cuantas revolcadas, lo sé porque las veces en que he entregado todo, la otra persona miente para estar contigo y más si son de esos que se creen Mario Vargas llosa y pretenden ser Borges, son los peores. Tal vez lo detesto porque los conozco muy bien, se creen intelectuales o futuros noveles, pero no son mejores ni peores que los prospectos que a veces buscamos por ignorancia o por desequilibrio mental.

No crean que soy, una asocial o una de esa que por ahí pensando en un príncipe azul con una verga de veinticinco centímetros, ni mucho menos en esas tipas contemporáneas mi edad que se lamentan a diario porque su novio, marido, amante o rejunte no las folla como debería, quizás el problema radica en los conceptos de lo femenino y masculino, para mí una mujer de verdad es aquella que disfruta del sexo y sabe hacerlo, no depende de un hombre o una mujer para sentirse cómoda consigo misma.Tampoco niego que el problema radica en ese absurdo mundo de las etiquetas que les damos o las relaciones humanas o es física o química, no hay más a donde mirar, mi pareja perfecta seria aquella que caminara conmigo como Bonnie y Clyde robando todo lo que fuera producto del ser humano, y no esperar a que los años lleguen mientras que trabajas para otros como un producto que se etiqueta y se vende al por mayor en una sucia calle de la quinta avenida.Esa es la solución, y mejor inyección para cerebros atrofiados y desesperados por un poco de afecto, y pechos hechos a la medida pagando cuotas mensuales pensando en darles seno a sus hijos con silicona no heredable y los libros en la biblioteca cagados de la risa sin jóvenes lectores que prefieren con el dinero de papi y mami viajar a estados unidos y conocer dysneilandia, y por supuesto pagando con intereses a largo plazo celulares que cagan y  mean más rápido (teléfonos inteligentes) controlados por personas con mierda en el cerebro.Pero con el tiempo he aprendido a tolerar todo esto y saberme mover entre este océano de telenovelas, basura musical y patanes con dinero en el bolsillo, Michel dice que soy una neurótica y que me lo tomo todo muy enserio, mientras que he pensado en todo esto la estoy esperando en el café de una conocida librería de la ciudad, pero la puntualidad no es un rasgo característico de Michel, tomo mi tasa y saboreo el café con sabor a ron que me ha traído la mesera, que no es por nada está bastante buena, quizás sea por sus bonitas piernas pero me ladillo de esperar y esperar, media hora me dijo, luego la veo venir con si figura alta, pelo rubio y sus lentes de miope, se me acerca lentamente besa mi frente con una dulzura casi fraternal, ( así debe sentirse el verdadero amor )  como un buen polvo echado a la carrera un martes por la mañana,  se sienta junto a mi lado y me ofrece un cigarrillo.

–          Vaya horitas de llegar,  he estado a punto de irme

Enciende el cigarrillo y me observa con esa cara de soy tu mejor amiga, hemos follado juntas, he soportado a tus parejas y nadie te soporta, miro al cielo por unos cuanto segundo y busco de nuevo los ojos de Michel que esta vez son más tiernos  y me dice

–          Disculpame cariño, estuve muy ocupada y el estúpido de Sed me estuvo torturando toda la mañana con sus problemas existenciales, es como un niño pequeño que llora cuando no le doy teta.

–          Pero hubieras avisado con un mensaje, hasta tuve que aguantarme a un pesado que vino a hablarme de libros y a recitarme poemas que ladilla.

Solo al culminar estas palabras vuelvo al cigarrillo y le dijo:

–          es más fácil decirle a alguien: te voy apegar un coñazo (y que se vea normal) a decirle: me masturbare pensando en ti eso puede ofender a cualquiera tremendamente no.

–          ¿De que estas hablando ¿?

 

Inhalo lentamente el humo y medito mi respuesta, mientras que sobre la cabeza de Michel debe haber un signo de interrogación gigante intentando comprender la mitad de lo que le dicho.

 

–          Solo creo que deberías disfrutar más del sexo y no quejarte tanto solo porque Sed es más dicto a tu vagina, que a tus besos.

 

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